Alerta por construcciones en Cartagena

El Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Cartagena (PEMP), es un instrumento de gestión del patrimonio mediante el cual se establecen las acciones necesarias para su protección y sostenibilidad en el tiempo.
“Lo que se busca es tener un Centro Histórico vivo, orientado a proteger y resaltar el patrimonio tangible e intangible, como lo son sus manifestaciones musicales, culturales, la gastronomía y aprovechamiento de los espacios públicos para el encuentro de todos los ciudadanos” afirmó León Trujillo Vélez, ingeniero civil, con magister en Ciencia e Ingeniería Civil, miembro del Comité Técnico del Patrimonio.  
La adopción de este Plan le permite al Estado y al Distrito cumplir con los compromisos adquiridos con la Unesco para restaurar y conservar las áreas arqueológicas que consiguieron que Cartagena fuera declarada como patrimonio histórico y cultural de la humanidad, en dos oportunidades; en una primera ocasión por sus construcciones física y la segunda vez por sus costumbres y cultura.
Para el Centro Histórico, Getsemaní, Calamarí y las zonas de influencia de los monumentos, como el Castillo San Felipe de Barajas, Manzanillo, Santa Cruz de Castillo Grande y el fuerte de El Pastelillo, que aloja al Club de Pesca, ya no rige el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, sino el PEMP, y allí es donde hay una situación que llama la atención de algunos miembros del Comité Técnico del Patrimonio.

ALARMAS
De igual forma el ingeniero Trujillo Vélez plantea varias circunstancias apremiantes en la ciudad y resalta que “no se pueden analizar pequeñas porciones de Cartagena, sino la ciudad como un todo, de forma integral”.
El funcionario agregó que “Cartagena, por tener islas y penínsulas, no podía crecer desde el agua hacia la tierra, como Barranquilla, por  eso le toco escoger la alternativa de Manhattan, la densificación, es decir crecer hacia arriba, con la elaboración de nuevos edificios, con lo cual estoy totalmente de acuerdo, pero se debe tener mayor claridad de cuáles son los sitios donde se puede densificar”.
El PEMP permite organizar las estrategias para mejorar problemas como la circulación vehicular, el uso del espacio público, el uso correcto del suelo y el manejo de la economía informal, por ende “urge que Cartagena tenga unos nuevos sistema viales, como la avenida Quinta de Manga”, explicó el funcionario del Comité Técnico del Patrimonio.  

CHAMBACÚ Y EL PASTELILLO
Unas de las fortificaciones más importantes son el Castillo San Felipe de Barajas y el fuerte de El Pastelillo, desde el punto de vista histórico y militar.
La función del Comité Técnico del Patrimonio es proteger los bienes tangibles e intangibles, no solo las edificaciones y monumentos, sino también la cultura que se genera en cada sector.
El Comité ha sido celoso al hacer respetar las normas del POT en los sitios cercanos al Castillo San Felipe de Barajas y al fuerte El Pastelillo, porque cree que son convenientes y sanas.
“El Pastelillo no debe considerarse como un área de influencia de monumentos, si no como parte del centro amurallado, como un elemento integral de la defensa de la isla de Getsemaní y eso tiene que estar claro desde el punto de vista urbanístico, porque así es la historia, por ende el Comité Técnico conceptúo que allí no debía hacerse edificaciones de más de dos pisos, y ahora parece que quieren cambiar las cosas, perjudicando nuestro patrimonio cultural”, comentó León Trujillo.
Además hay lugares donde los elementos militares arquitectónicos no pueden interpretarse si no se ven en conjunto, “como sucede con el fuerte de El Pastelillo y el reducto de San Lorenzo, que está enfrente, no tiene explicación que se construyan edificios tan altos que tapen la panorámica de estas fortificaciones, que son atractivo turístico”, explicó el ingeniero.

ERROR EN MANGA
Para el miembro del Comité “Las construcciones en Manga se autorizaron para que no tuvieran límites en la cantidad de pisos de sus edificios, lo cual fue un grave error, porque antes se podía ver el cerro de La Popa y divisarlo desde cualquier parte de la ciudad, pero ahora tenemos puntos en Cartagena donde ya no se puede ver, por ese crecimiento ilimitado”.
De igual forma afirmó que les preocupa Chambacú, porque consideran que debe tomar altura a partir de una distancia adecuada del Castillo de San Felipe de Barajas.
Un caso diferente sucede con Bocagrande, donde la altura de sus edificios no afecta el patrimonio cultural de la ciudad.

LA MATUNA
Por ejemplo, La Matuna es considerada un componente fundamental que sirve de eje articulador entre sectores como San Diego, Getsemaní y el Centro Histórico, y es una zona que debe tener un énfasis urbanístico, para promover la vivienda y espacios para compartir en comunidad, lo que finalmente fortalecerá la presencia de cartageneros en esta zona y así impulsa el valor intangible, como las costumbres.
“En La Matuna contamos con edificios de 5 ó 6 pisos, cuando se hicieron las construcciones la cantidad de carros por persona en Cartagena era mínima, y se dejaron unas plazoletas para parquear que eran operativas, pero ya no lo son, y ahora quieren doblar el tamaño de las edificaciones, con el fin de destinar 2 ó 3 pisos para parqueaderos, y el resto a viviendas. Para nosotros eso es un desastre, es preocupante, además con un nivel freático ahí tan bajo, tendrían que hacer una impermeabilización y los sótanos valdrían una fortuna”, afirmó Trujillo Vélez

CONSTRUCCIÓN ILEGAL
“Tenemos un caso alarmante con una construcción diagonal al fuerte de El Pastelillo, que es de 3 pisos, porque la autorización la firmó la Directora de Patrimonio sin que los miembros del Comité Técnico del Patrimonio diéramos el visto bueno a los planos. Es una construcción ilegal, es más, ni siquiera cumple con los planos que le aprobó la Dirección de Patrimonio del IPCC”, explicó el ingeniero León Trujillo Vélez.
Inicialmente, según Trujillo Vélez, para esa construcción el Comité le aprobó la elaboración de dos pisos, luego miraría un altillo, que consiste en una salida a la azotea con una escalera techada.
La obra debía ser parada hasta que el Comité aprobara los planos de la construcción del altillo.
“Al Comité Técnico nunca nos mostraron los planos finales, para saber cómo iba a quedar construido el altillo y nos sorprendió ver la construcción porque no cumple con las normas”, agregó Trujillo Vélez.

LA DEMANDA
Tras conocer el caso, el ingeniero Trujillo entabló una demanda en la Personería. “Lo que más nos preocupa, es saber que los planos de esa construcción fueron llevados a la Curaduría sin la firma de los miembros del Comité Técnico, solamente con la firma de la Dirección de Patrimonio del IPCC, quien no está autorizada para ello, además, lo que han hecho ni siquiera está de acuerdo con los planos que  esta Dirección firmó”.
Trujillo explicó: “yo le mandé una carta al Instituto de Patrimonio y Cultura y a la alcaldesa Judith Pinedo, solicitándoles que revisaran la situación en la que se estaba construyendo el altillo, sin cumplir con los requisitos legales, pero aún no obtengo respuesta”.

VELERISMO “LIGHT”
León Trujillo Vélez, ingeniero civil, dice que cuando se hizo el ferrocarril, se elaboró un terraplén que cruza la laguna de San Lázaro, al lado de Chambacú, y considera que ese terraplén debe ser eliminado, “le hemos dicho al Distrito y a Planeación que debe rescatarse todo el lago, porque es el sitio llamado para hacer velerismo light, nos permite un desarrollo náutico liviano, para enseñarle a los niños  y jóvenes; y también emplear embarcaciones pequeñas.
“Además al liberar el terraplén hay un mejor flujo del agua y se presenta un mejor intercambio entre la bahía y los caños. Y el efecto de la brisa, que en la superficie seria óptimo, seria nuestro Central Park, como en Nueva York” comento Trujillo.