Árbol de higuerón le complica la vida a una calle del 13 de Junio

Los moradores de la Calle Las Palmas, del barrio 13 de Junio, ya no saben qué hacer ante la amenaza que representa un gigantesco árbol de higuerón de más de 30 años de existencia. El mencionado árbol, que mide unos 23 metros de altura y 3 metros de diámetro, apro-ximadamente, está sembrado en la terraza de Marina Cota, una madre comunitaria que atiende, en ese mismo inmueble, el “Hogar infantil mis pequeños angelitos”, en donde per-manecen unos 60 niños. El temor de las madres comunitarias y de sus vecinos radica en que, por su longevidad, el árbol termine cayendo sobre la vivienda y provocando una tragedia. Los quejosos se basan en que el higuerón tiene en su tallo un hueco de unos 60 centíme-tros, al parecer, provocado por sucesivos panales de avispas. Por esa anomalía, creen que el vegetal podría caer tras uno de los fuertes aguaceros que se han precipitado durante estos me-ses en Cartagena. Al respecto, recuerdan que, durante la ola invernal, las brisas han hecho que del árbol se desprendan ramas grandes y gruesas que caen sobre los techos, pero que hasta el momento no han lesionado a persona alguna. De otra parte, señalaron que, por su altura, el árbol ha comprometido las redes del alum-brado público, y las de telefonía fija y parabólica, sobre todo en los días lluviosos, provocan-do emergencias en casi la totalidad de las viviendas. Asimismo, sus raíces han perjudicado la infraestructura sanitaria, hasta el punto de que en varias viviendas cercanas sus propietarios debieron instalar nuevas tuberías y pisos, debido a que los sistemas de evacuación quedaron prácticamente inutilizados. El baile del indio Una de esas viviendas fue la de Edinson Calvo, quien reside al lado del hogar infantil, y quien desde el año pasado comenzó diligencias ante el Gobierno Distrital para la tala del hi-guerón. En primera instancia, Calvo cuenta que se dirigió a la Junta de Acción Comunal, pero los resultados fueron nulos. A su vez, Orlando González, presidente de ese grupo, explica que después de recibida la queja de los vecinos de Las Palmas, envió un comunicado al alcalde menor de la Localidad 2, Reinaldo Manjarrez. La carta de marras, según la JAC, ya cumplió un año en el despacho de Manjarrez y éste no ha tomado ninguna acción. El Universal intentó ayer comunicarse vía celular, y en tres ocasiones, con el funcionario, pero éste nunca respondió las llamadas. Por su parte, Edinson Calvo recogió las firmas de los vecinos de Las Palmas y se dirigió al EPA Cartagena, en donde le dijeron que entre las funciones de ese organismo no estaba la de podar árboles. Sin embargo, el ente ambiental emitió la resolución 854, mediante la cual ordenaba a la JAC del 13 de Junio que derribara el árbol, pero reponiendo el corte con una siembra de ár-boles frutales, a lo que el gremio alegó no tener los recursos monetarios ni técnicos para tal empresa. En mayo del presente año, Edinson Calvo le envió una carta a la Gerencia del Espacio Público del Distrito, en donde le respondieron que la tala de árboles no estaba entre sus fun-ciones y que esa diligencia debía ejecutarla la Junta de Acción Comunal. Calvo, entonces, se dirigió al Cuerpo de Bomberos del Distrito, cuyos agentes visitaron la calle, pero se declararon impedidos para el corte, por carecer de escaleras especiales y porque la motosierra que tenían para esos menesteres se las habían robado, además de que ellos atienden esas diligencias cuando, por cualquier circunstancia, el árbol ha caído y debe des-congestionarse una vía o el sitio en donde se haya derribado. En el mes de julio, Edinson Calvo se dirigió a la Oficina de Prevención y Atención de De-sastres del Distrito, en donde le explicaron que ellos no se ocupaban de esos operativos, los cuales debían gestionarse directamente con la Alcaldía Mayor. No obstante, se dirigió a la Defensoría del Pueblo, en donde el director, Antonio Padilla Oyaga, envió un oficio a la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, para que ordenara a quien correspondiera la susodicha tala. La misiva del defensor fue trasladada por Calvo a la oficina de Archivo de la Alcaldía, en donde le dieron 10 días de plazo para que volviera por la respuesta. Cumplido el lapso, el ciudadano regresó por la respuesta y le informaron que el oficio ha-bía sido trasladado a la oficina jurídica, en donde una funcionaria llamada Katherine Monte-rrosa le hizo saber que también la estaba estudiando el EPA Cartagena. Esto último ocurrió el 11 de octubre pasado. Pero mientras estudian la misiva del defen-sor, el higuerón sigue preocupando a la gente de Las Palmas y la Junta de Acción Comunal propone organizar una jornada cívica dominical, con la colaboración de todos los vecinos, para acabar con la molestia de una vez por todas.