Avanzan jornadas para saber cuántos negros hay en Colombia

Los censos que se han realizado hasta el momento en Colombia no han logrado visibilizar, en su verdadera magnitud, a la población afrodescendiente. La anterior es una de las primeras conclusiones surgidas de las “Jornadas de trabajo sobre visibilidad estadística étnico-racial en Colombia: lecciones aprendidas y nuevos retos de cara al Censo Nacional de Población de año 2015”, que tienen lugar en la Casa Bolívar. Bety Ruth Lozano Lerma, una de las líderes afros que participan en el encuentro, informó que el último censo arrojó un 10% de población afrocolombiana, raizal y palenquera, en re-lación con el total de la población, “cuando sabemos que realmente somos el triple, aproxi-madamente. Entonces, necesitamos desde ahora tomar medidas que nos permitan visibilizar a la población en la magnitud que corresponde, porque eso es transcendental para las políti-cas públicas que nos afecten”, dijo. Anotó que es que necesario que el censo visibilice no sólo el número de afrodescendientes, sino también los lugares en donde están y las condiciones en que viven, para que el Estado tome iniciativas que ayuden a superar sus condiciones de vida en términos de salud, educa-ción y vivienda, etc. “Un censo bien hecho también diría qué tanto pesa el racismo en nuestras condiciones de vida y en el mercado laboral. Pero debe recalcarse que no sólo sea el censo el que incluya una pregunta apropiada para el auto reconocimiento de la población negra, sino que en todos los sistemas de información estadísticos que se hacen en el país, a nivel oficial, aparezca ese inte-rrogante, para que la población afro se pueda localizar en todos los ámbitos de la vida nacio-nal”, indicó Lozano Lerma. Este último apunte se refiere que unos atrás el Departamento Nacional de Estadísticas (Dane) aseguró que era difícil contabilizar la cantidad de negros que había en Colombia, de-bido a que muchos no se auto reconocían como tales, pero posteriormente se estableció que en realidad se trata de un problema metodológico y técnico que el Estado aún no supera. “Aunque también —dijo la líder— hay que especificar que hubo un problema de volun-tad política de parte del Estado frente a cómo se reconoce la gente, en el sentido de que ha formulado una pregunta que desconoce las observaciones y sugerencias que las organizaciones afro han hecho en relación con cómo debe hacerse esa pregunta”. Investigaciones previas Los líderes afros comparten la idea de que el Estados antes de ejecutar el censo propia-mente dicho, debe emprender varias investigaciones que ayuden a formular preguntas acerta-das que conduzcan a establecer una cantidad real de la población. “Anteriormente —recordaron— se le preguntaba a una persona que de cuál etnia se con-sideraba, lo que conllevaba a que el encuestado se confundiera, porque un ciudadano puede ser negro, pero a la vez puede estar viviendo entre gente mestiza, indígena o blanca, sin que eso lo anule como persona negra”. Como consecuencia, estas organizaciones dicen estar exigiendo que la pregunta se formule de acuerdo con la manera como las comunidades mismas se definen, “en lugar de crear una definición desde las oficinas de las funcionarios públicos, ya que mucha gente en Colombia no se define como afrodescendiente, sino que prefiere hacerlo de otra manera”, precisaron. Política regional En el mismo evento se dio a conocer que los nuevos escenarios sociopolíticos de los países de América Latina y el Caribe se caracterizan por un mayor reconocimiento de la diversidad étnica y étnico-racial de los Estados, así como por la avanzada de los movimientos afrodes-cendientes como actores sociales y políticos activos que han logrado posicionar asuntos ét-nico-raciales en las agendas públicas estatales. Claudia Mosquera Rosero, una de las organizadoras, dijo que “en este sentido, disponer de información confiable, oportuna y pertinente sobre afrodescendientes es uno de los mayo-res desafíos que han venido enfrentando los actuales sistemas estadísticos nacionales”. Las jornadas cuentan con la participación de académicas y académicos, funcionarios y funcionarias del Estado concernidos en esta reflexión, líderes de las organizaciones de la so-ciedad civil, expertos internacionales de Brasil y los Estados Unidos, con el fin de responder cuatro preguntas y crear líneas mancomunadas de acción académica-política de aquí al 2015. Dicho interrogantes son: ¿Qué hemos aprendido en Colombia del proceso de visibilidad estadística en estos últimos 16 años? ¿Qué tenemos que aprender de los países que han avanzado en esta reflexión como Brasil y los Estados Unidos? ¿Cómo vienen ocurriendo los procesos de apropiación de información post censal por parte organizaciones? ¿Qué rol desempeñarán las organizaciones de la sociedad el censo del año 2015?