Cartagena


Bayunca, atascado en el tiempo

EL UNIVERSAL

28 de julio de 2010 12:01 AM

Cada mañana los habitantes del corregimiento de Bayunca tienen que despertarse para caminar entre heces fecales. Este drama, que han tenido que soportar hace 200 años cuando fue fundado el corregimiento, tiene que ver con su principal demanda: la instalación del alcantarillado. Esta condición hace que varias de las zonas por las que transitan sus pobladores, parezcan haberse congelado en el tiempo por el aspecto abandonado de sus calles y viviendas. Paradójicamente, la mayoría de los moradores indican que, pese a que cuentan con el servicio de acueducto desde hace un año y dos meses, éste también ha contribuido a la generación de nuevos problemas. “No negamos que el acueducto ha traído algo de desarrollo, pero necesitamos el alcantarillado, porque la gente bota a la calle el agua que utiliza para bañarse, lavar ropa, o limpiar sus deposiciones. Al final del día se convierten en charcos con aguas de jabón y mierda”, explica Víctor Amaranto Caraba-llo, miembro de la Junta de Acción Comunal. De esta manera, los vivientes de este corregimiento, que fue incorporado hace 64 años a la Localidad 2 o de la Virgen y Turística de Cartagena, se debaten entre tener que soportar los malos olores que recrudecen con las inclemencias climáticas como el sol o las lluvias que empozan las aguas negras, y la proliferación de mosquitos y culebras. Arroyito “Las serpientes habitan también en nuestras casas. Por las noches es muy difícil dormir, tenemos que poner toldos para que no nos piquen los mos-quitos, los niños se quejan”, asegura Arabella Monsalve, vecina afectada por las aguas negras. Sin embargo, ninguno de los pobladores lo pasa tan mal como quienes viven en el sector Arroyito, llamado así porque cuando llueve se forma un pequeño riachuelo que arrastra todo tipo de desperdicios volviendo intransitable toda la zona e inundando sus casas que están a lo largo de 1 kilómetro y medio. Al respecto, la presidenta de la JAC, Estela Marrugo Díaz, expone que ante la falta de alcantarillado más de la mitad de los 20 mil bayunqueros construyen, de manera artesanal, pozas sépticos, mientras el resto excreta en bolsas de plástico que tiran alrededor de las 350 viviendas que conforman esa zona. Aguas negras con las que obligatoriamente tienen contacto, y que como consecuencia atiborran de enfermos con distintas afectaciones al único puesto de salud del pueblo. Inseguridad Otro de los grandes inconvenientes que tienen que afrontar los bayunqueros es la creciente inseguridad. De acuerdo con Martha Jurado, líder cívica, los atracos están a la orden del día en casi todos los puntos de esta comunidad, en su mayoría de estratos 1 y 2, que se ubica a 13 kilómetros de Cartagena. Jurado afirma que los asaltos no sólo se limitan a las calles de Bayunca, sino al interior de sus casas. “Aquí, con frecuencia, se meten a robarnos en nuestras casas. Pedimos más presencia de la Policía. Es más, a un albañil lo atracaron hace tan solo unas semanas y le robaron un millón de pesos, sin mencionar que también atracan a los cachacos de las tiendas”, señala. El Universal, además, dio cuenta del temor de algunas personas para hablar sobre los expendios de alucinógenos, condición que también va en au-mento y que ensombrece la percepción de seguridad del corregimiento. “Caminos de herradura” Así mismo, los lugareños denuncian que ninguna vía ha sido pavimentada, después de la que conduce al Anillo Vial. La presidenta de la JAC expresa, “aquí hace tiempo que nadie le mete un peso a nada. Inclusive, los pocos bordillos que tiene Bayunca han sido pa-gados por nuestro propio fondo local, las demás calles son caminos de herradura en donde ni los burros se atreven a transitar. Definitivamente nos sen-timos ignorados no sólo por la alcaldesa Judith Pinedo, sino también por nuestro alcalde local Reinaldo Manjarrez”. Sumado a los barrizales que se forman sobre las vías en época de invierno, los moradores se quejan del servicio de transporte, pues sólo disponen una ruta (Bayunca – Cartagena), la cual deja de funcionar después de las 6 de la tarde. Petición a la alcaldesa La medida tomada por Marrugo y sus miembros para conseguir el anhelado alcantarillado ha sido una acción popular preventiva contra el Distrito de Cartagena, interpuesta el 20 de agosto del año pasado ante el Juzgado 12 Administrativo del Circuito de Cartagena, el cual derivó en una Audiencia de Pacto de Cumplimiento. “Nos citaron a una audiencia en el Juzgado 12, pero no se pudo llegar a un acuerdo porque el representante de Aguas de Cartagena no se presentó. Así que ahora le estamos solicitando a la alcaldesa que se presente a nuestra próxima reunión, el sábado 31 de julio aquí en Bayunca”, pide Marrugo. En definitiva, esta comunidad se duele del abandono en el que ha estado sumida, primero siendo olvidada cuando perteneció a la jurisdicción de Santa Rosa; y ahora, después de 64 años, perteneciendo al Distrito de Cartagena. Salud hacinada La Policlínica de Bayunca tiene pocos médicos e insumos, pero debe atender no sólo a los pacientes del corregimiento sino también a todos los pro-venientes de las localidades de la Zona Norte de Cartagena. William Hernández, otro de los miembros de la Junta de Acción Comunal, dice que el número de médicos y enfermeras es insuficiente para atender a la cantidad de personas de todas las edades que diariamente se agolpan en las instalaciones del centro de médico. “Coosalud y Comfamiliar, las empresas que facilitan el servicio de salud a los usuarios de esta zona, logran repartir unas 20 fichas diarias para sus pa-cientes, pero fácilmente podrían quedarse sin atender hasta 50 personas”, cuenta el trabajador cívico. Y, como si fuera poco, al pequeño número de enfermos que logran ser atendidos les toca, de su propio bolsillo, conseguir los insumos con que debe-rán ser examinados y curados. La dirigencia comunal manifiesta vivir preocupada porque en la sala de urgencias permanece un solo médico, a la vez que se carece de una ambulan-cia. En la puerta del establecimiento hay una poza séptica destapada, de la que diariamente emanan aguas negras cargadas de malos olores y produciendo mosquitos que afectan a los mismos pacientes, sobre todo a los niños. Relatan los líderes comunales que hace unos seis meses se reunieron con las directivas de la ESE Cartagena, quienes se comprometieron a asignarle a la Policlínica una ambulancia permanente, como también más personal médico, enfermeras y todos los insumos para la atención de los enfermos. “También dijeron que iban a mandar los equipos necesarios para solucionar lo de la poza séptica, pero todavía los estamos esperando”, dice la JAC. Salvar un colegio La dirigencia comunal asegura que el ambiente educativo de la localidad ha mejorado notablemente, tomando en cuenta que la “Institución Educa-tiva Bayunca” gradúa anualmente a un promedio de 230 bachilleres. Tiene jornadas diurnas y nocturnas, además de dos sedes: El Ceibal y Las Latas. Alternos a esos tres espacios educativos está un Ceres (Centros Regionales de Educación Superior), que viene siendo aprovechado por los bachilleres interesados en áreas como Salud Ocupacional, Contaduría Sistematizada, Contaduría, Informática, Mercadeo y Administración en Salud. No obstante estas bondades, los líderes comunales aprovecharon para hacer un llamado a las autoridades respecto a la situación de la sede del barrio El Ceibal. Se trata de un sector subnormal, en donde la escuela funciona en medio de un solar enmontado y lleno de charcos que producen mosquitos, por los cuales las profesoras, en muchas ocasiones, se han visto en la necesidad de suspender clases, sobre todo en las horas de la tarde. Aseguran los de la JAC que hace dos años se reunieron con funcionarios de la Alcaldía de Cartagena, la Secretaría de Educación Distrital y la firma interventora para la construcción de cuatro nuevas aulas y rellenar el terreno en donde los aguaceros dejan sus charcos. “En esa reunión supimos que ya existía el presupuesto para poner en marcha los trabajos, pero hasta ahora no hemos visto ni el más leve intento de que comiencen”, puntualizaron. Un escenario para todo En el “Estadio de Béisbol Javier Guzmán Torres”, de Bayunca, se juega sóftbol los fines de semana. Otros días se práctica y se juega fútbol. Además, es allí donde se está realizando un campeonato de kickball. Las promesas de la “pelota caliente” lo utilizan para desarrollar sus actividades deportivas; y es ese el sitio predilecto de chivos para pastar. La comunidad está preocupada con lo que pueda pasar con el único escenario deportivo que existe y que poco a poco se deteriora. Amalfri Suárez Bertel, el representante del “Club Deportes de la JAL”, dice que el año pasado se hicieron unos pequeños arreglos que hoy no se no-tan. “Las gradas están en mal estado y el techo se está viniendo abajo. La estructura se oxida cada día que pasa y en cualquier momento podría colapsar. El terreno está desnivelado y le falta mantenimiento a los dugout”, afirma. Para él, es necesario que, además de inversión para el escenario, se invierta en zonas verdes, en parques infantiles y en más canchas múltiples. “La única cancha múltiple no está en buenas condiciones”, precisa. La JAC desea que el deporte en Bayunca se vuelva protagonista, pues eso haría que muchos jóvenes se alejaran de los malos pasos. “Necesitamos que el Distrito nos apoye. Aquí hay equipos, pero necesitamos implementos deportivos para mejorar”, manifiesta Carlos Gómez, niño que juega béisbol en el equipo “Playa Blanca”, de Cartagena. Rusmeris, la bayunquera de oro Para nadie en Bayunca es un secreto el gran talento que tiene Rusmeris Villar, la hija preferida del pueblo, la levantadora de pesas más importante que ha dado el departamento de Bolívar en los últimos años. Ella, con sus incontables logros nacionales e internacionales, se ha encargado de sacar del anonimato a su corregimiento. Pero más allá de eso, espera que los objetivos logrados no sólo le sirvan de ejemplo a los jóvenes de su población, sino que, además, esto les permita a las administraciones volcar sus ojos en un lugar donde hay mucho talento deportivo, pero faltan escenarios para practicar. “A mí me tocó muy duro. Me inicié a los 14 años en atletismo, pero después, gracias a que el profesor de Educación Física del colegio donde estu-dié, me vio el talento y me recomendaron con un entrenador que me ayudó mucho. Hoy puedo estar donde estoy, gracias al apoyo de mis papás”, dice la campeona Panamericana de pesas, quien hoy ya tiene 27 años y muchos premios a su labor. El logro más reciente lo tuvo la pasada semana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que aún se desarrollan en Mayagüez, Puerto Rico. Allí, obtuvo dos medallas de plata en la modalidad de arranque y total; y una de bronce en 53 kilogramos, preseas que entran a ocupar un espacio en la pared donde cuelgan sus más preciados tesoros. “He ganado muchas medallas y tanto las de oro, como las de plata y las de bronce tienen un gran significado: un premio al esfuerzo, pues sólo entre-naba en Cartagena y en ocasiones era difícil conseguir los pasajes porque allá no hay dónde hacerlos”, indicó. Rusmeris Villar Barbosa tiene la esperanza de ver a Bayunca con sus calles pavimentadas, con grandes escenarios deportivos, con alcantarillado y con destacados deportistas que puedan poner el nombre de ese corregimiento en lo más alto. EQUIPO PERIODÍSTICO Rubén Darío Álvarez Andrés Pinzón Sinuco Julio Castaño Beltrán Samuel Álvarez Beleñó

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