Bóveda para el fin del mundo

Dos años después de recibir sus primeros depósitos, una bóveda construida para el fin del mundo en una isla del Artico atesora medio millón de muestras que la han convertido en la mayor depositaria de una amplia variedad de semillas para cosecha de alimentos, dijeron el jueves administradores de la instalación. Cary Fowler, quien encabeza el fideicomiso que supervisa la colección de semillas, dijo que la instalación, ubicada a 1.000 kilómetros (620 millas) del Polo Norte, alberga al menos un tercio de las semillas utilizadas para cosechas en el mundo. "No creo que superemos el millón y medio de semillas en lo que resta de mi vida. Estaré bastante sorprendido si rebasamos el millón", expresó Fowler. Si alcanzáramos ese nivel, tendríamos toda la diversidad en el mundo y las muestras más seguras". Ubicada en el archipiélago remoto de Svalbard, en Noruega, la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, es un salvaguarda contra guerras o desastres naturales que podrían destruir por completo las cosechas de alimentos en el mundo. La instalación fue abierta en el 2008 como un respaldo maestro a los otros 1.400 bancos de semillas del orbe en caso de que sus depósitos se perdieran. La guerra destruyó los bancos de semillas en Irak y Afganistán, y otra instalación similar quedó inundada tras un tifón en el 2006, en Filipinas. El banco de semillas de Svalbard se diseñó para que resista el calentamiento global, terremotos e incluso un ataque nuclear. A pesar de que registra progresos veloces, Fowler dijo que la bóveda tiene faltantes importantes en su colección de semillas. "Existen algunas colecciones únicas que no tenemos ahí, a decir semillas de Etiopía y algunos materiales de India y China", apuntó. Las más recientes adiciones incluyen un frijol resistente al moho procedente de Colombia y una colección de casi todas las especies de soja agrícola desarrolladas el siglo pasado en Estados Unidos.