Calles de Bellavista, encharcadas en medio de la sequía

Las calles de Bellavista ofrecen todo menos lo que su nombre promete. Al transitar por este barrio, específicamente por la carrera 57, el barro y las aguas estancadas sobresalen en el panorama.
Estos charcos están incluso en época de verano y eso se ha convertido en uno de los grandes problemas con los que los vecinos del sector han tenido que lidiar.
Pero esta situación no es la única que los mortifica, el tráfico de vehículos de carga pesada ha dañado las carreteras y en algunos casos han acrecentado “el lodazal”, como lo definen los habitantes del sector.
“Por estas calles siempre hay agua y con el paso de las grúas de las empresas cercanas (por ser un sector industrial) se vuelve un lodazal”, dijo Rebeca González, preocupada por esta problemática.
A pesar de que Rebeca no vive en el barrio, sino que trabaja a sus alrededores, está igual de preocupada que sus moradores, ya que no puede ir a la tienda cercana sin tener que saltar charcos y estar pendiente a que ningún carro la vaya a ‘pringar’.
“Pareciera que no hubiera solución. Nadie dice nada. Por eso, le hago un llamado al Distrito para que presten más atención en donde se invierte la plata y que todos los arreglos no sean solo para tener a Cartagena bonita para las cumbres”, sentenció.
VIENE DE ARRIBA
José Miranda, residente del sector, confirmó que las aguas han permanecido en el frente de sus casas por varios meses. Para él, todo comenzó con la temporada invernal de este año y, desde allí, nunca más ha podido tener un bello panorama.
“Esta calle (Cr. 57) siempre está mojada. Al parecer el agua viene de los barrios cercanos. Lo que pasa es que los demás barrios son altos y todas las aguas se vienen para acá”.
MALOS OLORES
Los vecinos del sector también denunciaron que los malos olores provenientes de una empresa, que al parecer vierte aguas residuales en sus instalaciones, los está afectando.
“Acá queda una empresa que recoge aguas residuales de toda Cartagena y las vacía en su sede, pero algunas veces esa agua se sale y va a tener a las calles y al alcantarillado. Entonces el alcantarillado se rebosa dejando malos olores”, manifestó José González.
Tan grave es la problemática que los clientes del negocio de Humberto Arnedo no pueden evitar quejarse.
“Tengo un restaurante, y por los malos olores nadie come bien”, dijo.
Algunas de las calles de Bellavista no están pavimentadas, y con las aguas en medio de las vías, es imposible que las personas salgan de sus casas sin llevar los zapatos llenos de barro.