Cárcel de San Diego está invadida de gatos

Reclusas y directivos de la Cárcel de Mujeres de San Diego, en el Centro Histórico de Cartagena solicitan al Gobierno Distrital recoger más de 50 gatos que hoy inundan las instalaciones de este penal.
Los felinos empezaron a llegar hace poco más de un año, atraídos por los restos de comida y demás desechos producidos en la cárcel, y terminaron estableciendo su hábitat permanente el centro penitenciario.
Ahora los excrementos de estos animales están regados, y cada día hay más, en todos los rincones y espacios del penal.
Los lugares más invadidos por estos animales son la cocina y el techo de la cárcel, razón por la cual existe riesgo alto y constante de que la población de internas contraiga enfermedades infectocontagiosas asociadas a la presencia de estos felinos, manifiesta Gina Ramírez, miembro del Comité de Salud del Penal.
“Aquí hay mujeres embarazadas, ellas y  sus bebés podrían contraer toxoplasmosis. Es un caso de salud pública” dice Ramírez.
Consultado por El Universal, Manuel Meza Ospino, director de la Cárcel Distrital de Mujeres, precisa que no está en las manos del penal retirar a los animales de esas instalaciones, pues aunque pudieran capturarlos no podrían trasladarlos a otro lugar.
Indica Meza Ospino que el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) ha informado que los gatos deben ser trasladados, puesto que las reclusas están conviviendo en un espacio cerrado con todos estos animales, dando paso a una situación que no es apta para la salud esta población, entre otras cosas porque el contacto frecuente con las deposiciones de los gatos representa alto riesgo de enfermedades.
Frente a este problema de insalubridad generado por la creciente población de gatos, las reclusas afrontan otro inconveniente: la encrucijada de que si los gatos se van, serán invadidas por roedores que pueden ser igual de dañinos, o incluso más que los felinos.
“Por eso, lo que pedimos es que se lleven a la mayoría de los gatos, y que dejen aquí a por lo menos dos de ellos, que sean machos por supuesto, para que no se reproduzcan y que controlen  la llegada de los ratones en el claustro”, expone Betty Mercado, interna del penal.
Ya hubo un caso de Toxoplasmosis en el penal, pero asegura la médica Miroslava Fuentes, que no está confirmado que la interna afectada haya contraído la enfermedad dentro de la cárcel.
“Sin embargo, es necesario retirar a los animales, pues no solo las reclusas se encuentran en riesgo, también lo estamos los administrativos y guardias de la institución”, concluye el director de la cárcel.