Castillogrande insiste en que no quiere cocinas en sus playas

Para los residentes de Castillogrande no es lo mismo visitar las playas y tolerar las cocinas informales que hay a lo largo del paseo peatonal del barrio, que tener que “aguantarse” todos los fines de semana el humo, el desaseo y el desorden de estas ventas informales.
Hay varios fogones, muchas ollas y calderas, escaman el pescado, se refugian bajo un toldo y manipulan toda clase de alimentos sin las prevenciones higiénicas necesarias. Ese es el paisaje de todos los fines de semana, expresa Pilar Lían, residente del Edificio Tierra Bomba, en Castillogrande (Lea: Playa de Castillogrande, la cocina del turismo de ollas). 
Saturados por esta situación, las administraciones de los edificios Tierra Bomba, Dorothy y Fortich se han unido para protestar ante el Distrito y pedir intervención de las autoridades.
A principios de este año con un derecho de petición solicitaron a la Administración Distrital una visita de sus funcionarios a estas cocinas para determinar si cumplen con las normas higiénicas para funcionar en el espacio público.
“Es una situación que lleva varios años y estamos desesperados de no tener una solución efectiva”, comenta Pilar Lían.
SIN RESPUESTA
Existe un oficio del Dadis que ordena el retiro definitivo de las cocinas de esta zona.
Según Pilar, a principios del pasado mes de junio personal del Dadis realizó una diligencia en la que verificaron la evidente falta de condiciones higiénicas de estas cocinas en la playa de Castillo (Lea: Cocinas en la playa de Castillo, desorden de los fines de semana).
Luego de lo anterior han esperado medidas resolutivas, y por lo tanto han hecho varias peticiones en ese sentido, pero no han obtenido respuesta, de modo que remitieron una última solicitud que esperan que sea atendida por el Distrito.
Al ver que no ha pasado nada con las cocinas, las tres administraciones de los edificios mencionados le han propuesto al EPA (Establecimiento Público Ambiental) la posibilidad de adoptar ellos (las copropiedades) esa zona verde.
“La idea es que nos la den en adopción para recuperarla y mantenerla, mejorando la zona para evitar que las cocinas sigan ahí”, explica Lían (Lea: Paseo peatonal de playa de Castillo escaparía de 25 años de tinieblas).
“NO HEMOS LEGALIZADO A NADIE”
Asobocala ha estado acompañando en esta situación a las administraciones de los edificios Tierra Bomba, Dorothy y Fortich.
Esta asociación dice que mediante un derecho de petición le ha pedido a la Gerencia de Espacio Público cumplir con lo determinado por el Dadis.
“No hemos tenido respuesta alguna. A propósito, el Gerente de Espacio Publico manifestó en entrevista al periódico Gente Bahía que Asobocala ‘autorizó’ el funcionamiento de las cocinas en las playas de Castillogrande y que por eso él no puede hacer nada. Nosotros como Asociación hicimos un censo de vendedores y los carnetizamos para identificarlos, pero no buscamos de ninguna forma legalizarlos”, expresa Ignacio De Villarreal, presidente de Asobocala.