El contralor Distrital, Hernando Sierra Porto, pidió ayer un informe al Instituto de Recreación y Deportes del Distrito (Ider) por medio del cual se justifiquen los precios que tienen los comestibles dentro del Estadio Jaime Morón León, con motivo del Mundial Sub.
Lo anterior, como respuesta a las quejas de los fanáticos del fútbol, quienes dicen sentirse agredidos por lo que, al parecer, es una exageración a la hora de pagar los precios de lo que han consumido.
Sierra Porto dijo que, teniendo en cuenta que sólo faltan dos partidos para que finalice el mundial, el Ider tiene plazo hasta hoy (martes 9 de agosto de 2011) para entregar el informe.
En carta dirigida a Álvaro Urzola Rego, director del Ider, Sierra Porto pidió:
Suministrar los documentos (contrato, permiso o autorización) mediante los cuales se entregó a particulares el espacio físico del Estadio Jaime Morón, donde se desarrolla el aprovechamiento económico de venta de bebidas no alcohólicas y comestibles permitidos.
Información sobre el proceso adelantado para entregar a particulares el espacio físico del estadio para desarrollar actividades de aprovechamiento económico.
Indicar cuál es el reglamento aplicable o el mecanismo de control de precios de los bienes que se expenden en el estadio; y entregar la lista de precios utilizada.
¿Por ser mundial?
Como se sabe, la semana pasada El Universal contactó a Rodrigo Toro, director de Mercadeo Nacional de Logística del Mundial Sub-20, para ponerle en conocimiento las quejas de los fanáticos.
En ese momento, el funcionario justificó los precios de los productos diciendo que se trataba de un evento de talla mundial y que los precios no podían ser los mismos de una tienda o de cualquier otro establecimiento común y corriente, “porque son precios estándar a nivel mundial”.
Al respecto, el contralor Sierra Porto dijo “yo no creo que la Fifa haya determinado que en Cartagena deban venderse esos productos al mismo precio que se encuentran en Japón o en Francia, siendo que son lugares muy diferentes”.
Los asistentes al estadio aseguraron, entre otras cosas, que adentro se vendían botellas de gaseosa de a litro y dos litros a 24 mil pesos, cosa que negó Rodrigo Toro, agregando que “no se permiten esos envases porque atentan contra la seguridad de los espectadores, y al vendedor que veamos vendiéndolos, lo expulsamos”.
Sin embargo, el contralor dijo tener noticias verídicas de que sí se están utilizando ese tipo de recipientes.
Dice le gente
Una vez publicada la noticia de El Universal, el fin de semana pasado siguieron llegando cartas de ciudadanos quienes confirmaban lo referente a los altos precios dentro del estadio.
Un lector identificado como Luis Ernesto Canoa Villalobos (C.C.No. 19.121.502 de Bogotá), expresó, entre otras cosas, que “(...) lo que oculta el señor Rodrigo Toro es que le entregaron los puestos de comidas a personas sin capacidad logística.
No de otra manera se explica que intentaran despachar diez mil o más gaseosas sin contar con dispensadores, y lo hicieron sirviendo desde botellones con el hielo puesto con las manos.
Siendo el proveedor de las bebidas uno de los patrocinadores, no había el surtido de productos que maneja dicha marca. Para el segundo partido, se agotó el hielo y simplemente se suspendió la venta.
Los supuestos perros calientes de $7.000 fueron hechos con “manguera” en lugar de salchichas y con el pan más barato posible.
Los sitios de expendio no están diseñados para atender a cinco clientes simultáneamente, y más parecen puestos callejeros improvisados”.
Otro lector, llamado José del Carmen Montero (C.C. 73.236.335 de Mompox) relató que en el estadio “no dejan que los asistentes lleven sus propias bebidas o comestibles. Pero adentro implantan una venta vergonzosa de productos que cuestan 4 y 5 veces el precio en la calle: botellas de agua a $3.000; gaseosas de dos litros, a $24000.
Y ni hablar del estilo y lenguaje de los energúmenos que atienden. Naturalmente, a la hora de los descansos se presenta congestión y, como no hay suficiente gente atendiendo, groserías van y vienen”.
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