La Corte Suprema de Justicia consideró que la extinta Corporación Eléctrica de la Costa Atlántica (Corelca) debe responder por la muerte de un ingeniero que murió electrocutado mientras realizaba un trabajo para dicha empresa, en el municipio de El Carmen de Bolívar. Los hechos sucedieron el 18 de marzo de 1998, cuando el ingeniero Rafael Boxiga, de 25 años de edad para ese tiempo, sufrió graves quemaduras en un accidente por electrocución en la Subestación Eléctrica de El Carmen de Bolívar. El afectado fue trasladado al hospital de esa población, después al de Bocagrande, en Cartagena, y por último a la Clínica Simón Bolívar, de Bogotá, donde falleció el 1º de abril de 1998. Por la muerte del ingeniero la Corte condenó a Corelca a pagar $473 millones, al conside-rar que esta empresa tiene el deber de adoptar medidas básicas de protección para el personal ante tan peligrosas actividades para evitar accidentes previsibles, y en este caso no lo hizo. Sin embargo, la empresa energética insistió en su defensa dentro del proceso en que la causa del accidente fue la imprudencia e imprevisión del profesional, al cruzar el límite de la distancia permitida a los operarios hasta el punto donde los elementos energizados podían causarle daño. Alegó además que este operario manipulaba un instrumento metálico a poca distancia de la corriente eléctrica de 66 kW. Ante lo anterior, el alto tribunal señaló que Corelca tampoco suministró equipos aislantes y de protección, ni hizo lo que le correspondía para desenergizar el sitio y sus componentes, y tampoco estableció la distancia eléctrica mínima para impedir choques eléctricos. Por este hecho, la Corte sentenció que la heredera del ingeniero debe ser beneficiada con indemnización económica, para reparar los daños causados directamente por la muerte de su padre.
Cartagena
Corelca, a pagar $473 millones por muerte de un ingeniero
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