Denuncian destrucción de ecosistema en Barú

Los supuestos invasores, sin permiso de la autoridad, sembraron plantas frutales de pancoger.
Cardique dijo haber constatado, después de recibir denuncias de nativos, quema y tala de mangle bobo, mangle zaragoza, matatigre y nea, afectando el humedal,  en una franja con extensión aproximada de 3 kilómetros y un ancho aproximado de 40 metros.
Allí se encuentran lotes delimitados con cambuches.
Informaron trabajadores de las fincas vecinas  las actividades de tala, que la quema y delimitación de parcelas la realizaron personas indeterminadas, que residen en los corregimientos de Pasacaballos y Santa Ana, algunos con el fin de cultivar y otros para venderlos posteriormente. (LEA: Nativos de Barú niegan estar talando mangle en Barú)
Durante la visita, se observó gran cantidad de mangle seco, que, según información los trabajadores, son envenenados por los colonos para luego quemarlos o utilizarlos para la fabricación de hornos artesanales y elaboración de carbón vegetal.

En defensa de Playeta

Entre tanto, con una acción popular, que ya fue admitida, los habitantes del corregimiento de Barú intentan que los gobiernos Nacional y Distrital rescaten el sector Playeta de esa localidad.
El mencionado recurso fue instaurado por el Consejo Comunitario de Comunidades Negras de Barú, ante el Juzgado Segundo Administrativo Oral de Cartagena, en contra del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Distrito de Cartagena y la Oficina de Valorización Distrital.
Los accionantes consideran que estas tres instancias no le han dado la debida importancia a Playeta, que une a los corregimientos Ararca, Santa Ana y Barú, y que es parte obligada de la Transversal de Barú, pero desde hace 15 años,  viene siendo devorado por el mar, lo que amenaza con incomunicar del todo a esas tres comunidades.
Los gestores cívicos aseguran que desde los primeros indicios de la erosión, llamaron la atención del Distrito y de Parques Nacionales, para que se construyeran espolones, o muros de contención, con tal de preservar el kilómetro y medio de vía que estaba por perderse.
Aclaran que la afectación más importante no tiene que ver sólo con la pérdida de la vía sino también con la erosión que amenaza a todo el sector de Playa Blanca, en donde hay actividades económicas ya consolidadas, que podrían verse seriamente afectadas, puesto que el mar podría unirse con la bahía de Barbacoas, Ciénaga Honda y Ciénaga Mohán y se reduciría el territorio del pueblo de Barú, comunidad que quedaría peligrosamente aislada.
De otro lado, anotan que la unión de esos sectores, junto con las aguas que provienen del Canal del Dique, por estar contaminadas, podrían deteriorar los ecosistemas del Mar Caribe.
Otro asunto preocupante es que el Consorcio Barú no ha podido continuar la construcción de la carretera que lleva a Barú (pueblo), dado que las maquinarias no pueden traficar por la zona ocupada por el mar.
Tampoco se ha podido solucionar la falta de agua potable en Barú, debido a que las maquinarias que se necesitan no pueden traficar por la zona afectada.