Los casos de hacinamiento de animales y la falta de higiene de los mismos en diversos sectores de Cartagena, son más frecuentes de lo que se piensa.Ello se ha visto reflejado en las denuncias interpuestas por ciudadanos afectados por tener vecinos que conviven con diversos y muchos animales en sus casas.
Malos olores, insectos, roedores y enfermedades son los problemas que genera tener que convivir ó estar cerca de animales en condiciones de hacinamiento y falta de higiene, según se relatan en las denuncias.
De las denuncias presentadas se resalta la de los vecinos de Amparo Durán de Borré, en el barrio Alameda la Victoria. Se quejan que ésta vecina mantienen en su casa de todo tipo de animales.
Aseguran que la mujer llegó al barrio hace aproximadamente dos años. Desde entonces, vienen padeciendo de fuertes y malos olores producto, según ellos, de la presencia de por lo menos 15 animales entre los que se encuentran perros, gatos y ratones hámsters, en la casa de Durán de Borré.
Dicen que los animales están desaseados, pues a pesar de que la mujer se niega a abrir la puerta ó recibir a alguien en su casa, en algunas ocasiones la han visto pasearse por el barrio con varios de los perros en condiciones deplorables.
“Una vez la señora llegó a la tienda con algunos de los perros y los pobres animales tenían restos fecales pegados por el cuerpo y por supuesto olían horrible. Las personas que estaban allí tuvieron que irse porque no aguantaron el mal olor”, cuenta Victoria Vélez, una vecina del sector.
Los vecinos desesperados por la situación y con el ánimo de ponerle fin a la problemática han enviado comunicaciones a la Personería Distrital, a la oficina de Espacio Público Ambiental (EPA), a la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria Umata y al Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis), sin encontrar una solución definitiva.
“Algunos funcionarios han venido hasta acá, pero no han resuelto absolutamente nada. La última vez que llegaron a la casa de la señora el olor era insoportable, nosotros no sabíamos que era y cuando llegaron encontraron un perro muerto,” comentó Luz Myriam Gutiérrez, otra vecina afectada.
Vecinos de Durán de Borré contaron que al parecer ella se fue a vivir a otro lado, pues la ven llegar y salir de la casa cada tres días, según ellos, para darles de comer a los animales.
Acuden a tutela
A raíz de este problema, uno de los vecinos, Jorge Eliécer Muñoz, interpuso una acción de tutela a finales de 2009 contra el Dadis, la Personería Distrital y la Umata.
La tutela falló favorable, y le ordenó a las mencionadas entidades atender las peticiones del demandante. Sin embargo, el problema continuó hasta hace poco menos de un mes, cuando al parecer la mujer se mudó.
El Universal llegó hasta el lugar y corroboró que la casa está en venta. Personas interesadas que llegaron a verla ayer domingo comentaron que en la casa hay tres perros y un gato y que encontraron a tres mujeres aseando la vivienda, entre ellas la señora Amparo, pero el mal olor aún era fuerte.
Otros casos similares a este han sido denunciados, tal como en el barrio El Cabrero. Allí, Nicole Rober, otra mujer de edad, vivió durante años rodeada de por lo menos 15 gatos y un perro Dóberman, el cual la agredió hace aproximadamente 10 días.
Según vecinos la mujer se mudó, regaló el perro y entregó los gatos a una fundación.
Síndrome de Diógenes con animales
Son muchas las víctimas de este síndrome en el mundo, un trastorno psiquiátrico y cuyo síntoma visible es el acopio desmesurado de animales de compañía.
Quienes lo padecen -personas de 50 años en adelante- sienten una necesidad compulsiva de poseer animales, creen firmemente que los están salvando.
Este tipo de personas no reconoce que sus animales están mal, incluso ante niveles críticos y evidentes de desnutrición, deshidratación e infestación parasitaria.
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