A la falta de poda o a una poda mal realizada, atribuye Cecilia Bermúdez Sagre, la Directora del Establecimiento Público Ambiental (EPA), la caída hace casi un mes de un árbol en el barrio Martínez Martelo.“Que no poden un árbol o que lo hagan de manera inadecuada puede hacer que este pierda el equilibrio en su copa, dejando mayor peso en alguno de sus lados y generar un volcamiento, tal como se cayó el árbol de Martínez Martelo”, explicó la funcionaria.
Esta conclusión fue hecha luego de haber revisado el árbol y según Bermúdez Sagre encontrar evidencias de que las actividades correspondientes a la poda fitosanitaria, de formación y mantenimiento del árbol de roble, no se cumplieron en su momento.
Estas actividades son la separación de las ramas de lo cables eléctricos, bajar el fuste, disminuir el tamaño de las ramas, quitar las mal formadas y darle formación y simetría a la copa.
Todas estas actividades estaban a cargo de la Acción Comunal del barrio y personal calificado a los cuales se les había dado permiso mediante la resolución 472 de 2010.
Bermúdez Sagre concluyó que a todo lo anterior se le suma que el árbol estaba sembrado en un andén por lo cual no pudo desarrollar sus raíces y esto también generó su caída.
De acuerdo con los reclamos presentados por el comerciante Jaime Marín, afirmando haber llamado al EPA insistentemente para que recojan el árbol que se encuentra tirado y obstruyendo el paso hace casi un mes, la directora dijo que “Una vez cae el árbol y deja de cumplir su función ambiental, se convierte en un residuo vegetal y su retiro deben hacerlo las empresas de aseo que tienen cobertura en la zona y hacer su disposición final en el relleno sanitario Los Cocos.
No más informalidad en el trato con los árboles
El EPA aprovecha la ocasión para hacer un llamado de atención a la ciudadanía y recordarles que la tala, poda y traslado de árboles en perímetro urbano, requieren la autorización de esta entidad.
Bermúdez Sagre sostiene que para garantizar la sostenibilidad del recurso arbóreo de la ciudad, es imperante ponerle fin a la informalidad que existe en el trato que se brinda a los árboles por parte de la ciudadanía.
“En muchas ocasiones, las personas talan o podan árboles por capricho, porque les molesta que caigan las hojas en sus residencias, porque se ubican vendedores ambulantes debajo de los árboles y les quieren quitar la sombra, entre otros argumentos incorrectos”, afirmó la Bermúdez.
“E intervienen los árboles sin un concepto técnico previo, y sin las consideraciones ambientales necesarias que se expresan en los permisos y autorizaciones que otorga la autoridad ambiental urbana, indicando el proceso a seguir para evitar afectaciones a los árboles, a los bienes y a la misma comunidad residente alrededor de ellos”, agregó la funcionaria.
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