El Palito de Caucho, convertido en letrina

Uno de los sitios más referenciados de Cartagena, conocido como el Palito de Caucho, un árbol ubicado diagonal a la Torre del Reloj, amaneció ayer inundado de orines.
“Con anterioridad habíamos tenido este problema y lo erradicamos, pero en esta oportunidad el olor es insoportable y consideramos que se debe a la gran afluencia de personal que esta custodiando el Centro, a quienes no les pusieron un baño ecológico”, dijo Joaquín Cassiani Palomino, embolador desde hace 30 años en el Palito de Caucho.
“Considero que faltó coordinación en ese sentido, porque con más de 800 hombres que prestan guardia durante varias horas, es apenas lógico que también sientan sus necesidades, pero no se justifica que aprovechen la noche para utilizar el árbol como orinal”.
FALTA DE RESPETO
El lugar es punto de encuentro y referencia para la mayoría de los cartageneros.
“Este árbol hace parte de nuestra historia y es una falta de respeto que esta mañana (del viernes) cuando llegamos a laborar, el olor a orines era insoportable y el charco aún se podía ver, qué falta de cultura, ya le rocié dos tarros de creolina y no se va el mal olor, es demasiado incomodo laborar así”, expreso Ruben Darío Díaz Muentes, vendedor de minutos con 17 años trabajando en el lugar.
El Palito de Caucho da sombra a vendedores y emboladores de zapatos, quienes son los habitantes fijos del lugar, además de muchos cartageneros y visitantes que se reúnen cada día en ese sitio representativo de Cartagena, para hacer labores varias o simplemente para sentarse y refrescarse con la sombra que producen sus ramas.
PARTE DE LA CULTURA
Debajo del Palito de Caucho se mueve toda una cultura, este lugar parece que tiene vida propia y hace parte de la memoria de miles de ciudadanos.
“Una vez hace 15 años se murió el primer árbol que se sembró en este lugar y no queremos que en esta ocasión lo mate los orines. Los que nos encontramos siempre en este espacio que nos da el árbol, pagamos 500 pesos para acceder al baño que nos facilitan en un local cercano, además pintamos de blanco la raíz del árbol para que se visualice si alguien se acerca en la noche, gestionamos que le cortaran las ramas más largas. Ahora quién responde por esta mala acción”, comentó Díaz Muentes.
PREOCUPANTE
Esta situación tiene alarmada a la gente vecina del Palito de Caucho, que les preocupa que nadie se apersone por buscar una solución definitiva  este problema.
“Hago un llamado al Distrito para que cuide los espacios públicos y en este caso solicito que le instalen unas rejas lo suficientemente altas para que los inescrupulosos no sigan haciendo sus fechorías en el árbol y respeten la ciudad”, consideró Luis Muñoz Arroyo, pensionado de Ecopetrol que frecuenta el lugar para que le embolen los zapatos.   
Por su parte, Eloy Tejedor Miranda, embolador que lleva trabajando 17 años en el Palito de Caucho estima que “es doloroso que no valoren la ciudad, cuánto dinero han invertido en pintar fachadas y arreglar calles para una visita de unos días, y nosotros que llevamos toda la vida aquí solo pedimos que tomen medidas para arreglar el daño que le han causado al árbol, y lo protejan para que no vuelva a suceder esta situación, ¿acaso es mucho pedir eso?”.