El sombrero colombiano no es un cuento chino

“Yo me siento feliz y contenta cuando vendo un sombrero 21 (el más costoso) y sé que estoy apoyando a mi país”, confesó Nidia De Ruiz, quien hace 16 años vende sombreros vueltiaos y otros artículos elaborados en caña flecha en la Feria Artesanal y Cultural del Caribe y en un puesto que tiene en el monumento a las Botas Viejas.
Con toda la polémica generada por los sombreros vueltiaos de imitación elaborados en China y que se venden por montón en Colombia, esta sincelejana residente en Cartagena asegura que para ella sería más fácil comercializar los extranjeros, que por costar menos pueden ser vendidos más rápidamente, pero que no lo hace ni lo hará por lealtad a su país y a sus artesanos.
Es por esa misma razón que Nidia decidió buscar uno de esos sombreros de imitación para tenerlo en el local que ocupa en la 62 Feria Artesanal y Cultural del Caribe para mostrar a sus clientes las diferencias y por qué la calidad de los originales los hace más costosos y valiosos.
El Universal aprovechó el conocimiento de la comerciante en el tema para conocer las diferencias entre el sombrero vueltiao falso y el original.
“El sombrero de imitación es elaborado con fibra sintética, menos resistente, las vueltas son más angostas y la fibra es más delgada”, explicó Nidia.
“El sombrero original es elaborado en caña flecha, tiene diferentes estilos, las vueltas son de casi 2 centímetros de ancho y la fibra con la que es armado es más ancha a medida que va subiendo de precio”, agregó.
El material del sombrero triado del extranjero es evidentemente mucho menos resistente que el original, por lo que su valor es mucho menor en el comercio. Nidia comenta que el que ella compró lo consiguió en Bazurto por tan solo 4.500 pesos.
“A los extranjeros se los venden hasta en 30 mil pesos, pero a los locales se los pueden dejar hasta en 10 mil”, dijo la mujer sobre el precio que les ponen los comerciantes de la pieza de imitación.
Mientras tanto, en su local en la Feria, Nidia vende sombreros originales que pueden ir desde los 25 mil pesos hasta el sombrero 21, que puede costar entre los 180 mil y 200 mil pesos, precisamente, dice la vendedora, por la buena calidad de su material.
Desde que la mujer comenzó en el negocio de la venta de los sombreros, trabaja con los elaborados por artesanos de Tuchín (Córdoba), quienes le han manifestado a Nidia que están revolucionados por lo ocurrido con los sombreros chinos.
“Esa venta de sombreros de imitación en la Costa está perjudicando a quienes elaboran esto y, a nivel mundial, se pierde la calidad del símbolo que es el sombrero”, opinó la vendedora.
A pesar de toda la polémica que se ha desatado, la sincelejana asegura que esto no es nuevo y que la incursión de los sombreros vueltiaos extranjeros viene de años atrás y que principalmente se había visto en Valledupar.
VENTAS BAJAS
Nidia De Ruiz cuenta que ha participado en 18 ferias artesanales en Cartagena, en todas se ha destacado por su venta de sombreros y demás productos en caña flecha, con la que anteriormente le ha ido muy bien, a diferencia de lo que ha estado viviendo en el último mes desde que comenzó la Feria.
“Estoy aquí desde el 17 de diciembre y no he logrado vender un solo sombrero 21, normalmente alcanzaba a vender hasta 20 sombreros de ese tipo en ferias de otros años”, comentó Nidia.