Cartagena


El sueño americano de Cartagena

REDACCIÓN CARTAGENA

24 de febrero de 2010 12:01 AM

Cuando se menciona la palabra “Bocagrande” se piensa en toda esa franja de tierra que se abre entre el mar y la bahía de Cartagena, pero que en realidad contiene a tres barrios: Boca-grande, Castillogrande y El Laguito. La mayoría de los cartageneros, sobre todo los de extracción popular, concibe en ese nombre como una sola cosa; y lo mismo hacen los foráneos: para ellos Bocagrande, desde el inicio de la Avenida San Martín hasta lo último de El Laguito, es una sola cosa: una zona ro-sa, una galería exquisita de grandes edificios, centros comerciales, playas, discotecas, mansio-nes inconmensurables, calles bien trazadas y jardines óptimamente cuidados. Después del Centro Histórico y del cordón amurallado, la mejor referencia que se tiene de la Cartagena turística es Bocagrande y sus dos barrios vecinos. Desde tiempos inmemoriales, esta sección de la capital de Bolívar ha sido el paradigma del ascenso económico y social para una gran cantidad de cartageneros que miran hacia allá co-mo la meta más alta por cumplir en sus vidas. Razón tiene el representante de “Asobocala” (Asociación de Vecinos de Bocagrande, Cas-tillogrande y El Laguito), Ignacio Villarreal, cuando dice que “Bocagrande es el sueño ameri-cano de Cartagena”. Pero lo dice más por visualizar la problemática del espacio público y de la convivencia con las hordas de vendedores ambulantes y estacionarios que ven en las calles y grandes construc-ciones de esa zona la posibilidad de salir adelante, arrancando desde la economía informal. Y es desde aquí, desde esa economía, donde nacen los problemas de movilización y afea-miento que sufren los tres barrios, según lo que piensan y expresan los habitantes, quienes todavía no se acostumbran a que las rutas de buses urbanos que los visitan diariamente sigan circulando, aunque sirvan para conectar a la ciudad de polo a polo. Este es el momento en que ellos, aunque el resto de Cartagena crea lo contrario, se empe-ñan en afirmar que están solos en la lucha por la conservación de sus barrios, “porque el Go-bierno distrital lo que hace es azotarnos a impuestos, pero poca ayuda nos presta para resolver nuestros problemas”. Más participación, por favor Durante los diez años de labores comunales que lleva “Asobocala”, sus miembros dicen haber descubierto que lo más desalentador de las tres comunidades a las cuales representan “es que la gente critica mucho, pero poco participa proponiendo”. Ellos no tienen que enfrentar los problemas de planteles educativos, centros de salud, protección social, alimentación colectiva o arreglo de calles que presentan los barrios de es-trato cuatro hacia abajo, pero dicen que con la ocupación del espacio público, el mal uso de ciertos inmuebles y la inseguridad “tenemos sopa y seco para rato”. Afirman que la sola presencia de las rutas de buses es el principal factor para el deterioro de las vías y el esparcimiento de los comerciantes informales, “quienes muchas veces practi-can el raponazo con lo que ven mal puesto. Pero lo principal es que empiezan poniendo un negocio pequeño en los antejardines de un establecimiento legal de cualquier tipo, y termi-nan instalándose con cualquier cantidad de elementos, como si hubieran comprado un lote. Después, para sacarlos de ahí el proceso es complicado y largo”. De playas y turismo Por encima de la arquitectura y del aire de modernidad que se respira en la zona, es indis-cutible que son gran atractivo son las playas, las cuales “son ocupadas los fines de semana de una manera desordenada, duplicándose los vendedores y la inseguridad”, anotan los dirigen-tes cívicos. Asimismo, señalan que en El Laguito, específicamente en la zona que hace frente con el corregimiento de Tierrabomba, ya no hay mucho espacio de playa, debido a que el mar está cobrando los terrenos en donde se levantan los edificios, socavando los cimientos de los mis-mos. En esa misma zona se ven las flotas de lanchas provenientes de la isla, que embarcan y de-sembarcan pasajeros en sitios que no están considerados embarcaderos, por carecer de la in-fraestructura necesaria. “El cierre de la boca de El Laguito también es una gran preocupación —explican—, por-que puede terminar perjudicando la salud pública, por la falta de oxigeno de ese cuerpo de agua”. De otra parte, en los últimos meses, Asobocala dice haber recogido las inquietudes de la comunidad respecto a una cantidad de inmuebles de zonas netamente residenciales que se están vendiendo o arrendando a extranjeros quienes protagonizan fiestas ruidosas los fines de semana, las cuales podrían tener alguna relación con el turismo sexual. “Y esa es otra de nuestras preocupaciones. Por eso hemos pedido ayuda al Distrito para saber qué dice el POT al respecto”, aducen los de Asobocala. La falta de higiene Dificultades con la disposición de basuras en las playas y sospechas de restaurantes que aparentemente no cumplen con las normas mínimas de salubridad, son las quejas que expre-san los vecinos de Bocagrande, Castillogrande y El Laguito en cuanto a salud pública. Según Asobocala, los residuos que abandonan los bañistas contaminan las playas y gene-ran la proliferación de plagas. “En algunas partes dejan latas enterradas o abandonan objetos plásticos, haciéndole un daño al medio ambiente. En medio de esa basura se reproducen mosquitos y ratas, de las cuales tememos que puedan transmitirnos enfermedades, pues éstos animales tienden a utili-zar las casas de familia como guaridas”, expresan los dirigentes cívicos. Habitantes del sector y turistas se quejan de la falta de señalizaciones y de sitios de dispo-sición de basuras. “Se deben crear programas de limpieza para remover la basura de la playa, aunado a una campaña de difusión para la conservación de playas limpias”, manifiestan. La otra querella expuesta por la comunidad es la supuesta falta de higiene en los restau-rantes adjuntos a la playa, así como la aparición de quioscos informales donde se expenden alimentos sin tener en cuenta las medidas de salubridad. “El peligro proviene simplemente de la falta de higiene, o del incumplimiento de reglas elementales en las cocinas de los restaurantes”, dijo una vecina del lugar. Para Asobocala es necesario que las autoridades extremen los controles pues algunos res-taurantes exponen a sus clientes a enfermedades. “No es posible que vengan turistas a Cartagena y se le ofrezcan alimentos manipulados sin la higiene necesaria. Esto es una vergüenza. Por esa razón instamos a las autoridades de salud para que se pongan al frente”, puntualizaron. Espacios que integran El sector comprendido por Bocagrande, Castillogrande y el Laguito, en materia de de-porte y recreación, puede decirse que es privilegiado puesto que los distintos escenarios de-portivos y parques están en excelentes condiciones y prestan un gran servicio a la comunidad. Gracias a la gestión de Asobocala se han venido creando espacios para que jóvenes y adultos hagan deporte sanamente. En Bocagrande está funcionando la primera cancha sintética de minifútbol que se cons-truyó en la ciudad. Allí se organizan torneos que cuentan con la participación masiva de jó-venes que se reúnen para disfrutar de un picadito. Al lado de este escenario está el popular estadio de sóftbol, “El Campito”, donde juegan los mejores softbolistas de Cartagena. Es un sitio donde el público disfruta de las sensaciona-les jugadas que hacen estos grandes peloteros. Cerca de allí está el campo de tenis, en el cual practican jugadores de alta competencia, como Natalia Yacamán. “Estamos haciendo gestiones con el Ider para conseguir la administración de ese escenario. La idea es darle un orden para que el público pueda entrenar con tranquilidad y hacerle el respectivo mantenimiento”, anunció Ignacio Villarreal. Otra cancha que está en excelentes condiciones es la de baloncesto, contigua a la iglesia de Bocagrande. Esta cancha fue refaccionada el año pasado por la firma Surtigás y es sitio ideal para hacer deporte y fomentar la integración. Los otros sitios de recreación y deporte son los parques que hay en Castillogrande, donde el público sale a trotar, caminar y practicar deportes náuticos. Gustavo, más cartagenero que un poco Por su amabilidad y compromiso con el bien común, el comerciante Gustavo Pérez, pro-pietario del restaurante “Intriga Tropical”, es una persona querida entre los vecinos de Boca-grande, Castillogrande y El Laguito. Este antioqueño, nacido en Medellín, llegó a Cartagena hace 14 años y desde entonces se ha ganado un espacio representativo en este sector de la ciudad. “Con mis actos sólo trato de corresponder al cariño de la gente”, expresa Gustavo, quien es destacado por recuperar algunos espacios verdes al lado de El Laguito, que en el pasado eran utilizados como refugio de indigentes. Con recursos propios ha sembrado árboles y pastos para embellecer la zona. “Esta ciudad necesita pulmones y sembrar un árbol representa vida, salud y brisa”, señala. Dice que su virtud principal es la gentileza, no sólo con los clientes sino con la comunidad en general. “En mí pueden hallar un amigo dispuesto a colaborar”, comenta. Gustavo Pérez manifiesta que en Bocagrande, Castillogrande y El Laguito hace falta más participación de los vecinos para debatir los problemas que les atañen. Pero también resalta que hay gente preocupada por el bienestar común, cualidad que es difícil de encontrar en estos días. “No soy adinerado. La platica tengo que sudarla y trabajarla, pero siempre estoy presto a cooperar en lo que pueda”, dice. Afirma que está enamorado de Cartagena, ciudad a la que le debe todo, y en la que espera ser enterrado cuando le llegue la muerte. A las autoridades le pide que estén atentas ante la creciente ola de turismo sexual y narcó-tico, pues, según comenta, este tipo de actividad está enlodando la imagen de la ciudad, en especial la de los barrios que agrupa Asobocala. “Es un tema de cuidado, pero con el favor de Dios se superará en beneficio de todos, y sobretodo de los vecinos del sector turístico”, augura.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS