Emisario: incidente en la Bahía iniciaría el siniestro

El encallamiento de partes distintas de los 4,32 kilómetros de tubería destinada al Emisario Submarino para Cartagena en los bajos frente a Bahía Honda (también llamada Ciénaga Honda en las cartas de navegación) antes de salir de la Bahía de Cartagena, donde fueron armados los tubos, sería la causa previa del siniestro del pasado 2 de diciembre en aguas del Mar Caribe cartagenero.
Debido a ese incidente, se habrían desajustado varios de sus lastres de cemento, le dijeron a El Universal voceros de la Asociación de Profesionales Especializados en Ingeniería Sanitaria y Ambiental del Caribe (Apesamc).
Allí, el convoy de los remolcadores tuvo que multiplicar la fuerza de arrastre para desencallar los tubos ensamblados, lo que movió los lastres y descompensó la distribución de la carga en el tubo, y probablemente les entró agua.
La explicación la dan Mauricio Sánchez y Demóstenes Zabaleta Molina, ingenieros civiles especializados en Ingeniería Sanitaria y Ambiental, y voceros además de Apesamc.
Sánchez laboró con EDT Marine Construction como ingeniero residente del proyecto Emisario Submarino durante un año, en su fase terrestre.
Error en viraje
Para Sánchez, la variación en la ruta de arrastre, que no pasó entre la Isla Tierrabomba y el bajo de Salmedina, como debió hacerlo según el plan original, sino que le dio la vuelta a ese bajo por su lado sur, enfrentó al remolque con olas grandes y corrientes mayores, terminando de desarmar la tubería ya averiada desde su encallada frente a Bahía Honda.
Para poder tomar la ruta correcta y sobre aguas menos profundas, como se había planeado, era necesario que la tubería tuviese dos cabezas de tiro.
Así saldría en línea recta por la boya de mar, y habiendo salido toda la tubería, el remolcador principal soltaría los cables y se trasladaría al otro extremo de la tubería, remolcándola desde su otra cabeza de tiro, entre Salmedina y Tierrabomba, sin tener que doblarla a casi 90 grados. De esa manera habría sucedido de seguir la ruta original, pero sin cambiar el remolcador de un extremo a otro.
Los ingenieros agregan además que fueron malos los diseños de la tubería y de los lastres de concreto, realizados por la firma Hazen and Sawyer, y las modificaciones posteriores que hizo de estas piezas la firma EDT Marine Construction, responsable del suministro y traslado de la tubería del Emisario. Los lastres debieron estar constituidos por varillas de hierro, las que EDT sustituyó por fibra de vidrio, según el ingeniero Sánchez.
Otro detalle en que puntualiza Mauricio Sánchez es que el 80% de los lastres al parecer no tenían compensadores, que es un caucho “e neopreno” que se utiliza para apretar el lastre superior al lastre inferior. Ante esta deficiencia no garantizaba entonces que los lastres quedaran fijados a la tubería.   
“Sería bueno que se revisaran todos los compensadores, para saber si se colocaron o no”, agreda Sánchez.
 Habla la Capitanía
Ante estas revelaciones, el capitán de fragata Juan Francisco Herrera, capitán del Puerto de Cartagena, dice que en lo relacionado con la Capitanía se avanza en la investigación, que tendrá una nueva audiencia la próxima semana.
Sin refutar ni aceptar las explicaciones dadas sobre el incidente por los ingenieros Sánchez y Zabaleta, el Capitán de Puerto dice que todas las versiones técnicas de quienes participaron directa o indirectamente del traslado del Emisario Submarino se tienen en cuenta en el expediente, que está bajo reserva sumarial.

Declarar pérdida
Para los ingenieros sanitarios Mauricio Sánchez y Demóstenes Zabaleta, los peritos de las compañías de seguros deben apersonarse del incidente y declarar la pérdida total de la tubería.
“El Distrito no debe desembolsar ningún recurso por el siniestro, por eso se contrató un operador que debe asumir estas responsabilidades”, sostiene Sánchez.

Plan sanitario
Para los voceros de Apesamc, no es tan importante rescatar la tubería hundida en el mar, sino salvar a la Bahía de Cartagena y a la Ciénaga de La Virgen de los vertimientos de aguas residuales que se hacen por la red del alcantarillado.
La fórmula para construir ese Plan B de salvamento, según Sánchez, está en crear un comité de varios representantes de instituciones conocedoras, a fin de resolver parte del problema ambiental mientras se demora el litigio por el Emisario o se consiguen los recursos necesarios para culminar el proyecto con tubería nueva.
Errores en Plan Maestro
Los miembros de Apesamc piden revisar la ingeniería del sistema del Emisario Submarino en todos sus componentes, terrestres y acuáticos.
“Después de más de 6 millones de dólares (alrededor de $12.000 millones) invertidos en diseños, los componentes del plan de saneamiento de la ciudad no cumplen con las normas ambientales que exige una obra como ésta, por eso se debe realizar un análisis exhaustivo del sistema”, sostiene Sánchez.
Este plan de choque es necesario porque hoy la ciudad descarga las aguas residuales crudas en la Bahía de Cartagena y en la Ciénaga de Tesca, o de la Virgen.  
“La calidad de los cuerpos de agua se degrada a tal punto que están vulnerables no sólo a desaparecer, si no a contaminarse, por eso se requiere un plan que mitigue el colapso”, reitera el ingeniero Mauricio Sánchez.
Peligro ambiental
La Asociación de Profesionales Especializados en Ingeniería Sanitaria y Ambiental del Caribe (Apesamc) llama la atención por el peligro que habría en la zona de transición del Emisario Submarino, en el sector Punta Canoas (norte de Cartagena), ya que la tubería de fibra de vidrio (terrestre) es más liviana que la de polietileno de alta densidad (que va por el fondo del mar), y esto podría sacar a flote esta estructura por el cambio de morfología de la zona.
También sugieren los ingenieros Mauricio Sánchez y Demóstenes Zabaleta, que es necesario un plan de contingencia en caso de un rompimiento de la tubería en Tierra Baja o en la Zona Norte, ya que la población correría peligro y habría emergencia ambiental y sanitaria de grandes proporciones.