Cartagena


Entrega de facturas es un caos en Nelson Mandela

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ P.

22 de febrero de 2012 12:01 AM

Lo creen después de comparar las facturas que llegan a cada vivienda o local comercial, y después de traer a colación las épocas en que la energía eléctrica se cuantificaba mediante medidores comunitarios y se pagaba a la firma Energía Social.
Al mismo tiempo, los dirigentes comunales creen que a los usuarios de Nelson Mandela también les falta mucha educación respecto al ahorro de energía, sumado a que muchas familias no estaban acostumbradas a pagar por lo que consumían diariamente.
“Cuando la luz la vendía Energía Social, los usuarios pedían a gritos la normalización, porque dizque  nosotros les robábamos cuando íbamos a cobrarles las cuotas; ahora normalizaron el servicio y mire todos los problemas que se están presentando”, dijo Gladis Montes Manjarrez, dirigente comunal de la zona.
No obstante, tanto familias como comerciantes y trabajadores cívicos dicen tener mucha incertidumbre respecto a la facturación que han recibido desde que se normalizó el servicio, interrogantes que han expresado en los dos bloqueos viales que ya se conocen.

Recibos caros
A la vivienda de Derlis Navarro Cáceres, en el sector 18 de enero, llegó una factura por $170.070  por el consumo de 60 días, lo cual no deja de causar curiosidad si se tiene en cuenta que ese inmueble tiene cuatro meses de estar abandonado y carece de electrodomésticos y bombillos.
Yadira Díaz, una habitante del sector Los Deseos y propietaria de la vivienda M 3- L41, dice no saber cuál es la razón para que le estén cobrando $182.000 por un mes de consumo, si en su casa sólo viven cuatro personas que disponen de una nevera, un televisor, cuatro bombillos y alquilan cada 15 días una lavadora.
“Antes, con Energía Social, sólo pagaba 12 mil pesos por un mes de consumo y tenía los mismos aparatos”, recuerda la ama de casa, quien asegura no tener actualmente ninguna deuda antigua con Electricaribe.
“El desorden en la distribución de las facturas casi siempre ocurre cuando al joven que viene a repartirlas le hacen malos comentarios sobre el servicio. Entonces, él al ver la forma agresiva con que le hablan, se asusta y se marcha del barrio y quedan muchos recibos sin entregar. Cuando viene la nueva repartición, ya hay recibos por dos y tres meses”, cuentan con los líderes comunales.

Facturas para fantasmas

En la Calle Las Marías, del sector 18 de Enero, se viene presentando lo que los manifestantes han expresado en los dos bloqueos recientes: a lotes baldíos también llegan facturas sin que alguien esté habitándolos.
Al lote de María Sabala llegó una factura de un mes por $17000. Ese espacio tiene las acometidas eléctricas de una vivienda que alguna vez estuvo, pero que después fue derribada por sus propios dueños.
Pero el caso de los lotes de propiedad de Gilberto Arellano y Judith Julio es un poco diferente: los terrenos están vacíos y sin redes eléctricas, pero siguen recibiendo facturas, “porque parece que Electricaribe estuviera promediándoles un consumo que no existe, pero con base en que los dueños de esos lotes aparecen registrados en la empresa”, suponen los miembros de la Junta de Acción Comunal.
Álvaro Vega, el propietario de la tienda “La nueva estrella”, en la vía principal de Mandela, recuerda que con Energía Social sólo pagaba $130.000 por un mes de consumo, pero en cuanto entró en funcionamiento la normalización el mes de diciembre de 2011 le llegó por $400.000, mientras que el mes de enero de 2012 en $600.000, de los cuales ninguno ha podido pagar, lo que le suma un compromiso de un millón de pesos con Electricaribe.
Sin embargo, el comerciante afirma que no tiene deudas pendientes con la compañía, pero está esperando a que todo se aclare y se organice para que le cobren lo justo.
“Una vez —cuenta Vega— se fue la luz en esta calle; pero, cuando regresó, todo mundo la tenía, menos mi tienda. Llamamos a Electricaribe, creyendo que se trataba de un daño, y nos respondieron que nos habían suspendido el servicio por morosos. Es decir, lo suspendieron sin siquiera conversar con nosotros sobre el porqué de esas facturas tan altas”.
“Eso —añade Gladis Montes—, también hace parte del desorden que tiene la empresa con la facturación. A veces llegan recibos muy baratos o muy caros a la misma familia; o las facturas les llegan a las personas equivocadas, aunque tengan los nombres consignados y la dirección de la vivienda. Eso, en parte, ha hecho que algunas viviendas se desconecten del sistema nuevo y se reconecten al comunitario, porque no se sabe en qué va a parar la normalización. Pero también es cierto que se despilfarra mucha energía. Hay familias que duran un día con un foco o equipo de sonido encendido sin haber necesidad”.

Dialogo abierto

A su turno Electricaribe a través de su gerente, Fanny Guerrero, reiteró el llamado a la comunidad para que permita la revisión del sistema de medida y se puedan corregir los errores de facturación.
Dejó claro que todo proceso de normalización trae cierta resistencia en algunos clientes desacostumbrados a uso racional y seguro de la energía  y al pago de la factura.
Explicó que en todo proceso de introducción de nueva tecnología se presentan errores y la normalización en Nelson Mandela no es la excepción.
Por ello, desde el año pasado, Electricaribe mantiene un equipo de trabajo social en el sector. No obstante, el avance ha sido mínimo ya que la comunidad no permite la revisión y corrección de los equipos de medida y, por consiguiente, no se ha podido modificar la facturación.
Agregó que Electricaribe, para tener un interlocutor intermedio, ha solicitado el acompañamiento de la Administración local para ofrecer una garantía que la empresa está en la disposición de ofrecer una solución a las inquietudes de la comunidad.
Por último, rechazó las acciones de hecho e insistió en que éstas no van a frenar el progreso de las comunidades, y el servicio de energía es una herramienta clave en ese sentido.

Una convocatoria

El director de la Unidad Asesora de Servicios Públicos Domiciliarios del Distrito, Mauricio Sánchez, dijo haber visitado el barrio ayer y se reunió con líderes comunales y usuarios; y concluyó que, al momento de implementarse la normalización del servicio, no hubo un acuerdo pleno entre Electricaribe y la comunidad.
Por eso, agregó que dentro de poco convocará a la Personería Distrital y  a los contratistas para hacer una revisión técnica en cada vivienda, con el fin de establecer cuánta carga energética puede recibir cada una y cuánto debe pagar.
Advirtió que no es posible la instalación de contadores convencionales, porque se prestan al fraude.
Dijo que los displays de los contadores estaban funcionando mal y eso ayudó a los problemas de facturación, pero también se hará acompañar del secretario del Interior Nausícrate Pérez, para reorganizar las juntas de acción comunal, porque actualmente no se sabe quiénes firmaron los contratos para la normalización y en qué términos.

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