La incertidumbre y la espera de la familia Solórzano está a punto de terminar.
En horas de la tarde de hoy estarán unidos en un abrazo, agradeciendo al cielo, por devol-verle a su ser querido, el cartagenero Guillermo Solórzano, Mayor de la Policía Nacional, secuestrado hace tres años y ocho meses por las Farc.
“Estamos emocionados...”, dice a El Universal Franklin Solórzano, hermano del Mayor, con un tono de voz que irradiaba alegría, agradecimiento y verdadera emoción.
“Contamos las horas para poder ver a Guillermo, abrazarlo, besarlo. Hemos orado para que todo salga bien y estamos seguros que con el favor de Dios vamos a estar celebrando su liberación mañana (hoy)”, añade Franklin.
La familia Solórzano, conformada por su madre Noemí Julio, su padre Guillermo Solórzano y sus hermanos Luis Guillermo, Piedad, Franklin y Francisco, se encuentran en Bogotá desde el jueves, tras recibir indicaciones por parte de la Policía y del Gobierno Nacional.
Su esposa Julia y su hija Laura Sofía, viven en Bogotá, luego del secuestro, donde Julia la-bora con apoyo de la Policía Nacional.
Ellas también están en el Hotel de la Policía donde esperan los familiares de los secuestra-dos.
Antesala de la liberación
“Según lo que nos han informado, las liberaciones se realizarán según lo planeado, enton-ces esperamos que mañana (hoy) en la tarde ya podamos estar con él”, dice Luis Guillermo, otro de los hermanos del Mayor Solórzano.
Una vez liberados el mayor Solórzano y el cabo Salín Antonio Sanmiguel, serán llevados en helicóptero al Aeropuerto Perales, de Ibagué, y de allí serán trasladados de inmediato a la capital del país, donde los esperarán sus respectivas familias.
En esa misma operación será liberado el patrullero Carlos Alberto Ocampo, secuestrado en diciembre de 2010 por este grupo armado.
Su liberación fue anunciada apenas ayer por la exsenadora Piedad Córdoba a través de su cuenta en la red social Twitter.
Cómo esperan verlo
Con la experiencia de los dos operativos de liberación producidos el pasado miércoles y viernes, en los que recobraron su libertad el concejal de San José del Guaviare, Marcos Ba-quero, el concejal Armando Acuña y el infante de Marina, Henry López, la familia Solórzano Julio cree que la liberación de su hijo y del cabo Sanmiguel se llevará a cabo sin contratiempos.
“Queremos aferrarnos a lo que hemos visto en las otras liberaciones, donde los hemos visto bien de peso y con buen semblante, así que esperamos que Guillermo retorne en buenas condiciones”, señala.
Hoy, después del almuerzo, la familia Solórzano Julio se dirigirá a la base militar de Ca-tam, en Bogotá, para esperar el arribo de Guillermo Javier Solórzano Julio.
¿Y qué harán después?
Una de las preguntas hechas a los familiares del Mayor de la Policía es qué recibimiento le harán una vez sea liberado por las Farc y trasladado a Bogotá.
“Cómo sabemos que a ellos los someten a exámenes médicos, queremos hacer algo pe-queño, íntimo y rápido antes que se lo lleven. Luego trataremos de estar con él el mayor tiempo posible. Tenemos unos regalitos para entregarle cuando lo veamos, pero son una sor-presa”, dijo su hermano Franklin.
Esta familia cartagenera aún no sabe cuál es el cronograma de actividades para el oficial de la Policía, por lo que no han planeado un viaje a Cartagena.
“Todo dependerá de lo que él quiera”, dijo Noemí Julio, su mamá.
Secuestrado en el 2007
Guillermo Solórzano, empezó en la Policía Nacional como auxiliar bachiller cuando cursaba 11º grado en el Colegio Panamericano de Cartagena, a la edad de 17 años.
De allí, y gracias a una beca que ganó entre sus compañeros auxiliares, viajó a la Escuela General Santander en 1993 a realizar un curso de vigilancia y culminó sus estudios con el grado de subteniente.
Hizo parte de varias comandancias de Policía en Bolívar, recorriendo casi todos los muni-cipios del sur del Departamento en la época en que la guerrilla tenía el control de la mayoría de estos territorios. Además estuvo en los departamentos de Cauca y Valle.
En este último, donde se desempeñaba como Comandante de Estación de Policía del municipio de Florida (Valle), en el año 2007 y tras haber ascendido por su buen desempeño en la institución al grado de Capitán, fue secuestrado por las Farc (Fuerzas Armadas Revolu-cionarias de Colombia).
Paradójicamente su secuestro no se efectúo en una emboscada o en cumplimiento de sus funciones, sino en una finca mientras compartía de un día libre con su esposa y su hija, el 4 de junio del 2007.
“Él (Guillermo Solórzano) estaba en una finca con su familia, cuando llegaron unos gue-rrilleros a cobrar vacuna al dueño de esa finca. Cuando se dieron cuenta de quién era Guillermo, se lo llevaron junto al otro señor. A los pocos días liberaron al dueño de la finca y a Guillermo lo dejaron secuestrado”, narra Noemí Julio, su madre.
Hoy, 3 años, 8 meses y 6 días depués, y con 17 años y 3 meses de servicio en la Policía, el oficial Guillermo Solórzano volverá a la libertad para alegrarle el alma a sus familiares, que nunca perdieron la esperanza de volver a verlo con vida.
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