Informales crean la casa del comerciante popular

La sede de este centro estará en un local del barrio Amberes, y fue dotada con recursos propios.
La inauguración está programada para mañana lunes, y a este acto está invitada la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, que según los voceros de la iniciativa, ve con buenos ojos la propuesta.
Para qué servirá
Danilo Contreras, abogado  representante de los vendedores informales cuyo rótulo quieren cambiar por el de vendedores populares, explica que la iniciativa surge pensando en el proceso de formalización de vendedores estacionarios que empezó en el años 2006.
“Se está dando el proceso de formalización de vendedores del carril solobús y de la acera contigua, en Bazurto. Por eso, para preservar los esfuerzos y las políticas de un proceso de reubicación o indemnización, creamos este   centro de emprendimiento mediante el cual se le hará seguimiento a los procesos de formalización de estos comerciantes”, explica Contreras.
Las organizaciones que integran la Casa del Comerciante Popular son la Asociación de Microcomerciantes de Cartagena (Amicoc), Asociación de Vendedores Informales de Cartagena (Asovincar), Asociación de Vendedores Populares (Asovencop) y Asociación para el Trabajo y el Desarrollo Social (Asotrabajo).
Con base de datos
Gledis Garcés Arteaga, vendedora de variedades del carril solobús, en Bazurto, y miembro de Asotrabajo, es la representante de la Casa del Comerciante.
“La idea que tenemos con la Casa del Comerciante es que los vendedores populares, y no informales, tengan una sede adonde acudir. Se configurará una base de datos de todos los comerciantes, no sólo del sector de Bazurto, sino del Centro, El Amparo y demás sitios”, explica Garcés.
Además de estas ventajas, los vendedores que hagan parte de este centro de emprendimiento serán asesorados para montar negocios productivos, recibir capacitaciones o recibir orientaciones jurídicas o  sociales.
Para explicar el proyecto, Gledis Garcés visitó El Universal junto con el abogado Danilo Contreras y Erasmo Alcázar Meléndez, de Amicoc, Joaquín Díaz, de Asovincar y Eduardo Roca, de Asotrabajo.
“El mercado es la empresa que más empleo genera y tenemos que cuidar y fortalecer esa fuente de trabajo”, dice Joaquín Díaz, de Asovincar.
“Somos los propios vendedores quienes realmente conocemos la mente del vendedor popular, y quienes podemos asesorarlo”, agrega Díaz, vendedor de la calle desde hace 22 años.
Redes productivas
Nuestra idea es novedosa porque creemos que 1.600 comerciantes populares es una fuerza productiva indudable, nuestro objetivo a través del centro de emprendimiento es crear redes de encadenamiento productivo en líneas de negocio como ferreterías, pescaderías, carnicerías, variedades, fruterías y restaurantes populares”.
De esa manera creamos nuestros propios canales de compra a través de un mecanismo de comercialización empresarial, para que cuando los vendedores sean reubicados e indemnizados, el tejido social  configurado en la informalidad no se rompa”, explica Danilo Contreras.
La casa del comerciante  es una fuerza creada a partir de los sectores populares, para canalizar su fortaleza creada en condiciones adversas en la calle, desde la formalidad.