Lo que más impacta al llegar a Isla Fuerte, corregimiento a 400 kilómetros de Cartagena, es la bonga antigua de mil ramas que sirve se sitio de encuentro. Pero cuando sus nativos hablan, su sentido de pertenencia se roba la atención del forastero.
Ayer los más 400 asistentes a la inauguración de un colegio con 12 aulas, tres de ellas virtuales, sala de sistemas, mobiliario, baterías sanitarias, salón para los docentes y otros espacios, cantaron con fuerza e ímpetu el himno de Cartagena y agradecieron a la alcaldesa, Judith Pinedo, por invertir en ese pedacito de ínsula, que comercia con Lorica y San Bernardo del Viento, municipios de Córdoba, pero sus habitantes se sienten cartageneros de pura cepa.
Allí estudian 480 alumnos, quienes se comprometieron a cuidar la nueva institución. Los estudiantes de 11 grado le pidieron a la Alcaldesa un acompañamiento para salir de la isla a continuar estudios universitarios.
“Necesitamos que nos apoyen porque queremos avanzar en la vida. Por ejemplo, yo quiero estudiar ingeniería civil, pero tengo que pasar en una universidad pública, ya que mis padres no tienen una buena situación económica”, dijo Jeison, uno de los alumnos.
La Alcaldesa se comprometió a apoyarlos y anunció que llegará personal capacitado para preparar a los alumnos para las pruebas del Icfes. “Solo así podrán alcanzar buenos resultados”, dijo Pinedo.
Acto seguido, la Alcaldesa, el secretario de Educación del Distrito, Julio Alandete y docentes recorrieron el colegio que desde ayer estrenó las aulas virtuales ante más de un centenar de niños y adultos, quienes no podían creer que esa tecnología llegara a Isla Fuerte.
“Es que ahora estudiar es más fácil”, dijo sin reparos Estanislao Sierra, un campesino nativo, que advirtió que nunca pensó que el mundo podía avanzar tanto. Pero se sorprendió más cuando la alcaldesa, Judith Pinedo, lo tomó de la mano y lo invitó a escribir su nombre en la pantalla electrónica. Así lo hizo y antes de salir de una de las tres aulas virtuales dijo: “Carajo yo pensé que estas vainas pasaban nada más que en las películas”.
Las aulas digitales constan de un proyector de vídeo y un computador portátil. En la memoria del computador viene la información de las diversas áreas, por lo que para los docentes será más fácil todo, debido a que de una manera animada e interactiva podrán desarrollar las materias.
Julio Alandete informó a la comunidad que en el colegio se han invertido $1.200 millones y que en tres meses se invertirán otros $300 millones para dotar la sala de sistemas y la biblioteca con altos componentes digitales.
Otras obras
La comunidad de Isla Fuerte reconoce que en los últimos tres años el progreso ha llegado a ese pedazo de Cartagena.
“Primero con el apoyo de la Alcaldesa y del ex ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez, nos instalaron la energía, que se produce con paneles solares y otra tecnología que funciona con petróleo. Ahorita está deficiente el servicio, pero se requiere una inversión para que podamos tenerlo las 24 horas”, dijo Leris Zúñiga, inspectora de Isla Fuerte.
Advirtió que además, el Distrito el año pasado inició un programa de construcción de pozas sépticas, adecuación de viviendas y pavimentación de calles. “Pero lo más importante es que dentro de poco tendremos el acueducto, en el que se han invertido $750 millones y se espera que funcione en tres meses. Ya las tuberías están instaladas, solo falta la parte eléctrica de los aparatos que permitirán que el agua que sacaremos de pozos profundos llegue a las viviendas ya potabilizada”, aseguró Leris Zúñiga.
La alcaldesa, Judith Pinedo, indicó que el arraigo de la población de Isla Fuerte es su mayor tesoro. “Esta gente ha al Distrito porque nunca antes había llegado el Estado, y aún faltan otras obras. Pero aquí hemos llegado con el servicio de recolección de basuras, el programa de patios productivos de la Umata, con apoyos en cultura y otras inversiones como la compra de un barco pesquero que administra una cooperativa de pescadores”, dijo.
No hay médico permanente, ni infraestructura de salud, pero Pinedo Flórez se comprometió a mantener el programa “Médico en Casa”, que ha dado buenos resultados.
“Yo siempre que vengo quedo maravillada por el control que estas personas tienen con su isla. Aquí no hay basuras, no permiten la circulación de motocicletas porque contaminan el ambiente y lo mejor es que cuidan los árboles y toda la vida que crece en sus arrecifes coralinos”, puntualizó Pinedo.
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