Jóvenes en riesgo labran un futuro prometedor

En Cartagena de Indias los jóvenes en riesgo cuentan con oportunidades para mejorar su calidad de vida. Antes, sus sueños se dilucidaban en esquinas de barrios, pendientes de asuntos poco pro-ductivos, y ahora saben que tienen un futuro bueno por delante. La Policía Metropolitana, en alianza con la Administración Distrital e instituciones de educación superior adelantan en barrios populares de la ciudad, actividades de sensibilización para acercarse a niños y jóvenes involucrados en pandillismo o vulnerables de ser utilizados por la delincuencia organizada en la comisión de delitos. Con este tipo de acciones se busca contrarrestar hechos delincuenciales que afectan la seguridad y convivencia, pero también generar para ellos espacios de desarrollo que les permitan mejorar su calidad de vida. RESOCIALIZACIÓN Hace aproximadamente 6 años, la Policía Comunitaria emprendió un proceso de resocialización de pandillas, al que se unió la Alcaldía de Cartagena a través de la Secretaría de Participación Comunitaria y Desarrollo Social, la Secretaría de Interior y Convivencia Ciudadana y Distriseguridad. Las actividades de reintegración social de los jóvenes en riesgo (se prefiere llamarlos así y no pandilleros) se desarrollan en las 3 localidades del Distrito, con énfasis especial en barrios como Olaya Herrera, El Pozón y Nelson Mandela, así como en los sectores más marginados del Cerro La Popa. En primera instancia, un grupo interdisciplinario de la Policía compuesto por sicólogos, trabajadores sociales y abogados realiza una etapa de abordaje para relacionarse con los pan-dilleros, gracias a un acercamiento que antes hacen los líderes de las juntas de acción comunal. Es así como se trabaja con 18 grupos de igual números de sectores de la capital bolivarense, que se integran en función de un campeonato de fútbol denominado Copa Convivencia y Paz, que tiene lugar cada fin de semana en la cancha del barrio Medellín. Se adelantan actividades de integración para generar confianza entre los jóvenes, a fin de que ellos no perciban a la Policía como una fuerza represiva, sino como una institución al servicio de su bienestar común. ESTÁN TRABAJANDO En una etapa más avanzada de este proceso, ingresan entonces aliados a apoyar la labor del organismo policial, como el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), la Escuela Taller Cartagena de Indias y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), que ofrecen a los jóvenes en riesgo su oferta institucional para animarlos a dejar la holgazanería a cambio de desarrollar actividades productivas. Estos esfuerzos han permitido capacitar a centenares de adolescentes en panadería, mesa y bar, carpintería, plomería, fontanería y mampostería. Otros han tenido la oportunidad de poder validar el bachillerato. El proceso contempla una tercera fase, que es integrarlos al trabajo. Ya 132 jóvenes en riesgo han sido vinculados por órdenes de prestación de servicios (OPS) al Programa Vales del Almirante Padilla, de la Escuela de Gobierno de Cartagena, y pronto serán contratados 52 más. Su función consiste en cultivar la cultura ciudadana y divulgar la historia de Cartagena y la de sus personajes entre coterráneos, adoptivos y turistas Los Vales reciben un salario de 725 mil pesos. Se resalta que por primera vez estos jóvenes han abierto cuentas bancarias de ahorro y cotizan o aportan a seguridad social (salud y pensión). MÁS OPORTUNIDADES Con los jóvenes interesados en aprovechar sanamente el tiempo libre y en fortalecer su núcleo familiar se definen perfiles ocupacionales, a fin de avanzar hacia la etapa de formación para el trabajo, explican fuentes de la Policía Metropolitana. A cambio acuerdan frenar los conflictos entre pandillas, para disfrutar de un ambiente tranquilo en las aulas, reanudar sus estudios y tener un trabajo digno. Recientemente los jóvenes en riesgo de los barrios Manuela Vergara de Curi y El Nazareno acogieron ese compromiso, abandonaron el pandillismo, suscribieron un pacto de no agresión y entregaron armas. Esto les trajo como beneficio capacitaciones de parte del Sena y de otras instituciones. La idea es formarlos en emprendimiento y demás actividades productivas, para posteriormente emplearlos en una bloquera, como obreros en la construcción de los megacolegios de El Nazareno y El Educador, o para sacar adelante sus iniciativas de negocio. HISTORIAS DE VIDA En Nelson Mandela, durante un proceso de resocialización liderado por Distriseguridad, un joven dedicado a la música popular y a la venta de pan, conocido como Jáider Way, ha sido apoyo fundamentalmente en este trabajo, debido a que gracias a su liderazgo ha logrado que compañeros suyos en malos pasos, hayan abandonado los enfrentamientos para dedicarse a la música y a la venta de pan en las calles. “Yo inicié este trabajo el año pasado, porque quería que en nuestro barrio hubiese paz, y porque deseaba que los jóvenes aprovecharan el tiempo en cosas provechosas, que más tarde le sirvieran en su vida como aprender a cantar y a trabajar,” comenta Jáider. De la misma manera, Julieth Jiménez y Boris Meléndez, también se han beneficiado recibiendo el apoyo a través de capacitación y créditos para su pequeño negocio de diseño de tarjetas para invitaciones, reparación y venta de accesorios para celulares, entre otros servicios. “Dejé de andar en las esquinas perdiendo el tiempo. Ahora soy beneficiaria del programa Apostémosle al Cerro, mediante el cual recibo capacitaciones de contabilidad, emprendimiento y desarrollo para sacar adelante mi pequeño negocio”, expresa Julieth. Wílmer Gómez, de San Francisco, y su grupo de amigos también hacen parte de este programa que adelanta el Distrito de Cartagena, a través de la Secretaría de Participación y Desarrollo Social, denominado Apostémosle al Cerro, en donde se han beneficiado 270 jóvenes en riesgo y alrededor de 300 madres cabezas de hogar. Existen muchas formas de incluir a los jóvenes en riesgo, ellos están en una base de datos amplia y la finalidad es brindarles apoyo y resocializarlos, pero con el compromiso de que estén dispuestos a abandonar los enfrentamientos entre ellos. Los interesados pueden preguntar por el Programa Jóvenes en Riesgo, de la Alcaldía, o Jóvenes a lo Bien, de la Policía Comunitaria con el Sena. 60 PANDILLAS Según la Policía Metropolitana, en Cartagena hay 2.462 jóvenes agrupados en 60 pandillas. En los tiempos más grises de la ciudad, hubo registros de hasta 15.000 jóvenes agrupados en 80 pandillas. Los trabajos de resocialización han permitido desarticular bandas reconocidas como Los Kalimanes y Los Sexteros. En total, 8 pandillas han sido desacopladas de común acuerdo con sus integrantes en 6 años de trabajo en Cartagena. Al reintegrase a la sociedad, los jóvenes manifestaron estar cansados de no poder salir dentro de su barrio debido a los roces que existen con adolescentes de sectores vecinos, situación que los motivó a dejar el pandillismo. Hoy la Policía y el conjunto de instituciones aliadas a esta causa resocializadora, intervienen a 18 grupos de jóvenes en riesgo, y la apuesta es que ellos dejen el pandillismo y se dediquen a actividades provechosas, con apoyo institucional. Los adolescentes de Manuela Vergara de Curi y El Nazareno, 38 en total, hacen parte de un proyecto piloto de emprendimiento, con asesoría de diversas entidades oficiales y algunas privadas. Cifras de la Policía indican que unos 6 jóvenes en riesgo han perdido la vida en enfrentamiento entre pandillas en lo que va corrido del 2010. Los hechos acontecieron en barrios Olaya Herrera, San Francisco, La María, Fredonia y Boston.