Según la Biblia y otros libros sagrados de religiones como el Judaísmo, el Islam y la Fe Bahá'í, aproximadamente en el año 1.272 A.C., nació un niño judío contra todo pronóstico de sobrevivencia.
Ante una orden del faraón egipcio, de asesinar a todo hijo varón hebreo, su madre tuvo que abandonarlo y dejarlo a la deriva en el río Nilo.
El menor fue rescatado y tiempo después se convirtió en el líder que liberó a Israel del Yugo egipcio. Su nombre fue Moisés.
El 10 de agosto pasado, nació en Cartagena, contra todo pronóstico de sobrevivencia, un niño en el Callejón Iberia del barrio La Candelaria.
Ese mismo día, en la madrugada, el menor fue encontrado en la terraza de una casa por Daniel Maquilón, habitante del barrio. (Abandonan a un recién nacido en vivienda de La Candelaria)
Todo indicaba que se trataba de un abandono. De inmediato, Maquilón trasladó al recién nacido al Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja - Casa del Niño, donde fue internado.
La noticia se propagó por toda la ciudad, a la vez que la Policía identificaba a Katherine Paola Redondo Colina, de 22 años, como la madre que supuestamente abandonó a su hijo. Los uniformados aseguraron que la mujer podría asumir responsabilidades penales por el delito de abandono a menor. (Identifican a madre que abandonó a recién nacido en La Candelaria)
No es abandono
Con indignación por cómo se propagó la noticia, Libia Esther Colina Amaya, madre de Katherine, dijo a El Universal que su hija no sabía que se trataba de un embarazo y expresó que nunca quiso abandonar al niño.
“Ella sufre de indigestión y problemas en el estómago desde pequeña, como a los 12 años se le presentó un problema similar al de ahora. Pensamos que se le estaba repitiendo”, comenta.
Desde entonces dice que iniciaron exámenes en una clínica para estudiar la hinchazón progresiva del vientre de Katherine.
Explica que estos exámenes no identificaron ninguna enfermedad. El Universal quiso acceder al expediente clínico de la mujer, pero no fue posible conocer el nombre del centro asistencial.
“También le hicieron exámenes de embarazo para descartar y salió negativo. Nosotras mismas le hicimos una prueba casera y nada. Además ella nunca dejó de menstruar. Por eso no pensamos que se tratara de un embarazo”, relata Libia.
Desde entonces, asegura que creyeron que se trataba de un tumor. También fueron a la clínica y programaron más exámenes.
“Allá le enviaron unas pastillas que son hasta contraindicadas a embarazadas y no le pasó nada, ni a ella ni al niño”, añade.
El día del parto
Katherine se dio cuenta que se trataba de un embarazo el mismo día del parto.
Cuenta que esa madrugada se levantó con ganas de ir al baño, lo hizo y regresó a dormir. Después la sorprendió un fuerte dolor de estómago.
“No puedo dar una hora precisa del momento en que sucedió. Solo sé que me pegó un dolor más fuerte, entonces me paro y cuando salgo de la pieza, yo misma recibí al bebé en mis manos, me salió y de lo poco que recuerdo, lo dejé ahí acostado y me empecé a desangrar. Ya no recuerdo más. Dicen que yo misma le corté el ombligo con una cuchilla”, explica.
Mientras eso ocurría, su madre dormía sedada por una pastilla para la migraña.
Al despertar encontró a su hija tendida en el suelo desangrándose.
“No sabíamos que había tenido un hijo, solo la vimos ahí y tratamos de reanimarla. Entonces me fui con ella para la clínica, asustada de que se me fuera a morir. Un vecino vio al niño afuera de la casa y nos hizo el favor de recogerlo y llevarlo, pero no supimos a dónde”, comenta Libia Esther.
En la Casa del Niño
El menor llegó esa madrugada a la Casa del Niño, donde recibió las primeras atenciones médicas.
Según las enfermeras que la atendieron, el pequeño tenía cerca de 3 horas de nacido y con un peso de 3.800 gramos.
“Llegó con estigmas de sangrado, pero en buenas condiciones generales. Acá lo primero que hicieron fue bañarlo, pinzarle el cordón umbilical, colocarle las vacunas, su vitamina K y hacerle una serie de exámenes”, explica la médico Rossana Fortich González.
Dice que de inmediato el pequeño se ganó la simpatía de todo el centro asistencial y así consiguieron colaboraciones para alimentarlo y vestirlo.
Allí, varias personas se ofrecieron a adoptarlo. Incluso su familia se acercó a reclamarlo. Sin embargo, el miércoles pasado fue llevado a un hogar sustituto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
“Esa es una problemática bien grande, con un componente social importante, por eso nosotros no podíamos entregarlo porque es competencia del ICBF”, añade Rossana Fortich.
Nombre bíblico
El menor se ganó el cariño en el hospital. Allá “un niñito de familia cristiana, que se llama Abraham, le decía a su mamá que quería un hermanito y le dijo que se llevaran a Moisés y enseguida quedó bautizado así”, dice Fortich González.
Ese mismo nombre es el que su familia biológica anunció que le pondrá.
“Se va a llamar Moisés David. Moisés porque significa libertador y el día que nació cayó un palo de aguacero, después alguien lo toma. Él viene con un propósito, porque se agarró a la vida así como Moisés. Creemos que viene a hacer grandes cosas a este mundo”, comenta Libia Esther Colina.
Lo quieren devuelta
La familia de Moisés dice que con ayuda de la Comisaría de familia de Chiquinquirá lucha porque le devuelvan al menor, pues nunca quisieron abandonarlo.
Entre tanto, Jorge Redondo Suárez, director Regional del ICBF, comentó que la decisión de devolver o no al menor, depende de la Defensoría de Familia, pues antes debe hacerse una investigación para determinar si la familia puede garantizarle los derechos al niño.
Opiniones
- Libia Esther Colina, abuela. “Mi hija no quiso dejar a su bebé. Una doctora nos dice que a veces las mujeres pierden lucidez durante el parto y no saben lo que hacen, eso le pasó. Por eso lo queremos devuelta”.
- Jorge Redondo Suárez, director regional de ICBF. “La familia tiene que demostrar que pueden garantizarle los derechos al niño. Y así haya sido involuntario el abandono, eso quiere decir que no tuvo esas garantías. El defensor de familia en un máximo de 4 meses debe establecer qué medidas se tomarán”.
- Ligia Estela Cantero, enfermera. “El niño llegó bien gordito, muy bonito y blanquito. Todas las internas le traían cosas, era como el hijo de todos. Es calmado, casi no llora y lo pasaban cargando”
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