Cartagena


La humanidad de Campo Elías Terán

GERMÁN GÓMEZ POLO

02 de enero de 2013 10:11 AM

“Yo regreso a la Alcaldía, y después vuelvo a mi radio”. Esta vez dejamos de lado lo político, dejamos de lado la crisis y aquello de la ingobernabilidad para dedicarnos al personaje que por tanto años dedicó su vida a los micrófonos.
Más que a los micrófonos, a poner estos al servicio de la gente, a solucionar problemas con una llamada matutina a los funcionarios que, tal vez, apenas despertaban y a quien quizá creyó, como lo llegaron a creer más de 160 mil cartageneros, que manejar los destinos de una ciudad desigual era menos complicado.
Fuimos a la que sigue siendo la casa de Campo Elías Terán, donde están los cables, los sonidos, las noticias. En la que, seguramente, como sucede con la mayoría de los periodistas, pasaba casi todo el día.
Campo Elías quiere volver a la radio también y eso lo dijo nadie más que Javier Cano Orozco ‘el Gato’, la voz comercial de RCN La Radio en Cartagena, quien madrugó día a día durante once años junto a Terán en el noticiero popular.
“Entre las 3:45 y 4:15 de la mañana llegaba Campo a la cabina y lo primero que buscaba era los muertos en las funerarias, leía las noticias locales e internacionales. Era muy dedicado a su noticiero, era lo que vivía”, cuenta el Gato, quien siempre estuvo pendiente a cualquier gesto que hacía el locutor del otro lado del vidrio para jugársela con uno de los tan conocidos efectos.
El “¡Ay, chuchi!” y el “Sí, señor”, en la voz del célebre humorista Cuchilla, colorean aún hoy las noticias, tal y como fue costumbre cuando Terán Dix estuvo al frente. “Yo nací en Zipacoa (un corregimiento de Villanueva, Bolívar) y me preguntaba siempre cómo se le decía en mi pueblo a algunas situaciones. Usaba muchos dichos y es un eterno mamador de gallo”, cuenta el Gato.
Sobre su trabajo en la radio, sus compañeros no se ahorran halagos. El director del noticiero popular, Manolo Duque, y quien asumió el difícil reto de mantener la audiencia que había cultivado Terán Dix durante años, destaca su disciplina. “Es un amante de la radio, muy profesional. Si iba a transmitir temprano no se tomaba ni un trago”, dice Duque.
Gran aspiración
En aquellos tiempos se rumoraba de su candidatura a la Alcaldía, pero cuando nada era confirmado, sus compañeros de trabajos eran testigos de conversaciones sobre el tema, y participaban en ellas. “Cuando Real Cartagena estaba jugando en Magangué e íbamos en la móvil, ese era el tema. Yo le decía que aquí estaba bien (en la radio), pero que si se lanzaba contaba con mi voto”, señala su compañero en los controles.
Otra persona que guarda un fuerte aprecio por el alcalde, y quien lo acompañó en tarima por un largo año antes de que decidiera lanzarse a la Alcaldía, es la periodista Thairina Atencio. “Decía: ‘no me voy a meter en eso’, pero otro día decía: ‘la gente dice que me lance’”, indica Thairina, quien nunca estuvo de acuerdo con su decisión y quien considera que, de ahora en adelante, debe dedicarse a su salud y a descansar de la vida tan agitada que ha llevado por tantos años.
La opinión de que el Alcalde se dedique a su salud y a su familia también la comparte Manolo Duque, quien además lo invita a ver bien quiénes son sus amigos, ya que considera que en ese sentido la política no le hizo bien.
Calvario
En la mitad de su primer año de mandato, el alcalde Campo Elías Terán fue sorprendido por el cáncer de pulmón. “Nunca lo vimos fumando, más bien era muy saludable. Comía muchas frutas y hacía ejercicio”, dice el Gato.
Para Manolo fue un hecho trágico. “Es un tipo muy vital, de buen genio y agradable. Nos golpeó mucho la noticia de su enfermedad”, cuenta el locutor. El cáncer tiene al Alcalde hoy fuera de su despacho y convirtió este año de su administración en un difícil camino sumido en la crisis política, y con la incertidumbre de si volverá o no a su escritorio.
Hoy, la situación de salud del Alcalde, que se recupera en la casa de su hijo —también Campo Elías— en Bogotá, no solo ha afectado a su familia, sino a las personas que lo vieron con tanto brío entrar a la cabina, bailar y mamar gallo. “Entraba y hasta los jingles de las cuñas los bailaba, y me decía: ‘Gatirri, edítame este audio ahí’”, señala el Gato.
Campo Elías, el papá
Su hijo nos habla de su padre. Más allá de su talento como narrador y como profesional, Campo Elías Terán Jr. admira la disciplina de su papá. “Es un hombre que se debe a su trabajo, que logró consolidar las bases de la familia, darle educación a sus hijos y ganar respeto en una ciudad como Cartagena”, dice Campo.
El hijo del Alcalde no envió un mensaje a quienes han atacado desde la política a Campo Elías Terán, sino a los más de 160 mil cartageneros que lo eligieron. “Lo han atacado de mil formas y nunca se han podido meter con su impecable vida profesional, lo que lo llevó a ser alcalde”.
Dónde prefiere ver a su papá, ¿En la casa o en la Alcaldía?
Campo Elías Terán Jr. solo respondió que quería verlo contento y que si quería volver a la Alcaldía, porque fue un reto que se propuso, lo quería ver dirigiendo un barco del que está seguro que su padre es capaz de dirigir.
Su hijo asegura que Campo Elías aprendió más con su enfermedad y es mucho mejor que el Campo Elías de antes. “Soy lo que soy por mi papá, que siempre me aconsejó no creerme más que nadie. A uno lo crían con la imagen de un superhéroe. Mi papá es Superman”, concluye Campo Elías Terán Jr.
La humanidad de Campo Elías Terán está rodeada de su familia y de los amigos que hoy, fuera de los errores que haya podido cometer como alcalde, quieren su recuperación. Pocos saben lo que vive el Alcalde. Ernesto McCausland se lo pidió, y murió con ese deseo, el deseo de que Campo Elías Terán entre nuevamente “a calentar aquella cabina de hielo” que volvía en caldera.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS