Lago El Cabrero y caño Juan Angola, entre la basura y el olvido

Las extensas franjas de basura y casuchas de madera, plástico y zinc a orillas de El lago El Cabrero y el caño Juan Angola distan de la imagen turística que goza Cartagena y que tanto cuida la Administración Distrital, por ser la “gallinita de los huevos de oro” en las franjas económicas que mueven el crecimiento de la ciudad.
Cualquier observador desprevenido que presencie un espectáculo ambiental tan deprimente se pregunta ¿dónde están las autoridades en esta ciudad?
Hace dos años, El Universal recorrió el cuerpo de agua. Las fotos tomadas en ese entonces y las tomadas recientemente, para este nuevo informe, detrás de la invasión La Unión, dan la sensación de que las circunstancias estuvieran congeladas en el tiempo.
El lago, a su encuentro con el caño Juan Angola, sigue estrangulado en el mismo punto (antes del cruce del puente Benjamín Herrera) y más repleto de basuras que nunca, sin que ninguno de los organismos estatales (Edurbe, Epa, Alcaldía, Policía y la Unidad Ambiental del CTI) que tienen injerencia en la protección de los cuerpos de agua y sus orillas hayan concretado alguna acción que logre cambiar la realidad preocupante de este ecosistema.

RELLENOS A TODO NIVEL
Tanto el lago El Cabrero, como el caño Juan Angola han sufrido rellenos de ciudadanos de todos los estratos que han levantado en esos espacios inmuebles acordes a sus facilidades económicas.
Los patios de las casuchas de la invasión La Unión son una muestra del adormecimiento de las autoridades. Estos lugares más parecen unos basureros satélites que el área social de una familia. Son lugares impropios tanto para el bienestar del ser humano, como para la del cuerpo de agua a donde van a parar heces, orines, aguas servidas y todo tipo de desperdicios.
A corta distancia de La Unión, el Lago El Cabrero colinda con las últimas casas de las calles Bogotá y Constantino Pareja, entre otras, del barrio Torices, en donde, también, se aprecia  el desprecio por la naturaleza.
Según los mismos residentes, hasta estos sectores llegan los carromuleros y descargan toneladas de escombros que van cimentando, poco a poco, la orilla del lago. Al final de estas calles se encuentran casas de dos niveles, empresas de canotaje y mejoras, cuyos propietarios las arriendan hasta en 180 mil pesos.
Y el urbanismo sigue, como pudo constatar eluniversal.com.co. Al final de la calle Constantino Pareja, se levantan las columnas de una vivienda familiar planeada para ser de dos plantas, según refirió Jesús Eduardo Barraza, quien aseguró ser uno de los propietarios y tener escritura del terreno.

VIOLACIÓN DEL CÓDIGO
Todos los inmuebles a orillas del lago El Cabrero y el caño Juan Angola se han levantado sin tener en cuenta el Código de Recursos Naturales que establece que en las orillas de los cuerpos de agua hay una franja mínima de 50 metros que pertenece a la Nación, porque son espacios de conservación de agua y biodiversidad.
La violación de este código y el arrojo indiscriminado de escombros y todo tipo de basuras, ante la “mirada ciega” de los organismos ambientales y policivos, han acelerado el ritmo de sedimentación del caño.
Según una batimetría hecha por el Establecimiento Público Ambiental (Epa), en 2011, el calado del lago y el caño Juan Angola se ha disminuido considerablemente, expresó Didimo Mendivil, director técnico de la entidad.

LOS RELLENOS
Son más de 100 familias las que están asentadas en la invasión La Unión, según un censo que hizo la Alcaldía de la Localidad Uno, también en 2011.
El actual alcalde local uno, Mauricio Betancourt, en conversación con eluniversal.com.co aclaró que el proceso de restitución ya está en marcha e incluso hay tres resoluciones de restitución listas para la invasión La Unión y tres más en la calle Bogotá, del barrio Torices.
“En los próximos días vamos a notificar a las familias, sin embargo antes de hacer efectivas las órdenes de restitución debo acordar con el Alcalde Mayor, Campo Elías Terán, si se les va a brindar algún tipo de alternativa domiciliaria a las familias que hoy ocupan esos espacios”, dijo Betancourt. (Lea más sobre los rellenos al caño Juan Angola)
 
URGE ATENCIÓN
Residentes del barrio Torices precisan que el caño necesita una limpieza y un dragado urgente para mejorar las condiciones ambientales de la comunidad que lo rodea.
“Hace aproximadamente 15 años que el lago no se draga, la sedimentación ha aumentado a un ritmo acelerado, lo que ha traído consecuencias nefastas a los ciudadanos que vivimos en Torices pagando impuestos”, comenta Jorge Cuesta, quien vive hace 45 años en este sector.
A la queja de Cuesta, se une Walfredo Pérez Terán: “La falta de oxigeno que padece el caño Juan Angola origina constantemente la muerte de muchos peces, y esto, un olor insoportable en el ambiente. Ya es hora, que la entidad correspondiente, haga una limpieza y la Policía se apersone de evitar que los carromuleros llenen las orillas de escombros y eviten que los rellenos sigan sin control”.
Edimiro Mendivil, director técnico de Desarrollo Sostenible del Epa, afirmó que desde el mes de abril le envió un oficio a Edurbe, con copia a la Policía y a la Unidad Ambiental del CTI, invitándolos a reunirse para concertar acciones concretas para recuperar esta área, pero aún no ha recibido respuesta.