Las personas de ingresos bajos, asalariados y universitarios son los mayores compradores de motocicletas en Cartagena.
Así lo revela el Sexto Estudio Sociodemográfico de los Usuarios de Motos en Colombia, el cual indica que el 67% de quienes compran motos en la capital bolivarense ganan entre uno y dos salarios mínimos mensuales legales vigentes, es decir de $535.600 a $1’071.200.
Esta evaluación hecha por el Comité de Ensambladoras de Motos Japonesas (Kawasaki, Honda, Yamaha y Honda), también señala que el 60% de los compradores de estos vehículos en Cartagena son empleados, seguidos por un 25% que son independientes, un 7% que se dedican al hogar, un 6% estudiantes y un 2% jubilados.
EDUCACIÓN Y USO
El estudio determina que un 36% de quienes adquirieron motos en 2010 en esta ciudad son estudiantes universitarios, el 34% son bachilleres y sólo un 7% profesionales. El 23% restante tienen estudios técnico, tecnológicos y de básica primaria.
Estas cifras difieren de las del estudio realizado el año pasado en esta capital, el cual reportó que el 40% de los motorizados tiene un nivel de educación secundaria, seguidos por un 29% de profesionales y un 25% primaria.
Según el 82% de los compradores de motos cartageneros la usan para transporte y movilidad, frente a un 8% que la usa para diversión. Ninguno de los encuestados dice utilizarla para aumentar ingresos.
En 2009 los encuestados el 51% de los compradores dijeron utilizar la moto para transporte, el 43% para aumentar ingresos y el 4% para actividades de aprovechamiento de tiempo libre.
El estudio de la Esambladoras de Motos Japonesas muestra que el 21% de los compradores locales son mujeres y el 79% son hombres. La mayoría de estos compradores (53%) son casados, seguidos por un 42% de solteros, un 4% que vive en unión libre.
ESTUDIO IMPORTANTE
Leonor Loaiza Lemos, vocera del Comité de Esambladoras de Motos Japonesas (CEMJ), asegura que “la caracterización y conocimiento de los compradores y usuarios de motos es importante de cara a la toma de medidas por parte de las autoridades de tránsito de las ciudades para emprender campañas de educación vial que incidan en la reducción de índices de accidentalidad en las vías”.
Paola Alzate Brito, representante de este Comité, afirma más que imponer más medidas restrictivas para los motociclistas lo que se debe reforzar es la pedagogía y los controles en las vías de las ciudades, ya que según las ensambladoras de motos, la reducción de la circulación de motos no siempre es sinónimo de disminución en robos, atracos y sicariato.
El CEMJ considera que también debe haber más rigurosidad en la entrega de licencias de conducción, teniendo en cuenta los estudios que indican que el 44% de los motorizados de Colombia aprenden a manejar solos o con un familiar.
“Los centros de enseñanza de conducción deben cumplir con la función de instruir a quienes pretendan obtener la licencia pero no deben ser estos mismos los que califiquen a los conductores para que se les entregue este documento. Aquí debe haber un tercero que evalúe estrictamente a los conductores y determinen si están listos o no para salir a la vía”, puntualiza Alzate Brito.
¿CÓMO SE HIZO?
Los datos publicados en el Sexto Estudio Sociodemográfico de los Usuarios de Motos en Colombia se obtuvieron de encuestas aplicadas a compradores de motocicletas en ciudades principales e intermedias del país.
Dichos compradores llenaron al adquirir estos vehículos un formato con sus datos básicos a partir de los cuales se hace un informe con los promedios nacionales y otros por ciudades.
Según el CEMJ estos informes son entregados a los organismos de tránsito, el Fondo de Prevención Vial, el Ministerio de Transporte y otras entidades encargadas de la formulación de políticas públicas de movilidad.
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