No hay quien pueda con los lavadores de carros

Ni las obras de Transcaribe, ni la Policía y mucho menos el Distrito han podido frenar la actividad de lavado de carros que realizan informales en mitad de la Carretera La Cordialidad, en el tramo que va del sector El Gallo a El Amparo.
Los charcos, tanques y el parqueo de vehículos en los carriles de esta vía principal son la constante en esta zona, por donde se supone empezarán a rodar en algún tiempo los buses articulados de Transcaribe.
Ramiro Luna Parra, uno de los lavautos del sector, dice que “aquí todavía quedamos como 14 personas que vivimos de lavar carros y la verdad es que no podemos irnos hasta que la Alcaldía nos solucione algo porque tenemos familias a las que tenemos que mantener”.
Antonio Patrón Peña, otro de los informales, asegura que “la solución sería que nos entregaran una plata como a los lavadores que estaban antes aquí, porque lo que necesitamos es tener siquiera un negocio para trabajar y ganarnos la vida”.
Los hombres afirman que mientras no haya indemnización seguirán con su actividad en la vía pública, dado que aún son muchos los taxistas y conductores de vehículos particulares que requieren sus servicios.
HAN REGRESADO
Fuentes que pidieron reserva de su identidad reportaron a El Universal que algunos de los lavadores de carros que recibieron compensaciones económicas el año pasado para retirarse de esta zona, han retomado su actividad pese a que se comprometieron con el Distrito a no hacerlo.
Cabe recordar que a mediados de un fallo de tutela ordenó al Distrito a incluir a 37 lavadores que trabajaban en los sectores Santa Lucía y El Gallo, de la Carretera La Cordialidad, en el Registro Único de Vendedores (RUV) y a pagarles 113 millones de pesos para programas de formalización económica y superación de pobreza.
En julio del año pasado fue rechazada por el Juzgado Cuarto Civil Municipal una segunda tutela presentada por nueve lavautos que pretendían obtener indemnizaciones al considerar que la Alcaldía había violado sus derechos al trabajo, mínimo vital, libertad de empresa e igualdad.
DISTRITO RESPONDE
Humberto Ripoll Durango, subdirector operativo del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT), dice que el control de esta actividad no autorizada no depende solo de sus dependencia sino que involucra además a la Policía y a la Gerencia de Espacio Público.
“En este caso el DATT solo puede sancionar a los conductores que lleven sus vehículos para que los laven en vía pública, ya que esto está prohibido por el Código Nacional de Tránsito Terrestre. Los lavadores deben ser controlados por otra autoridad”, aclara el funcionario.
Ripoll considera que para que el retiro de estos informales sea efectivo deben hacerse operativos conjuntos y además garantizar la vigilancia de la zona para evitar la reactivación de la actividad.
Adelfo Doria Franco, gerente de Espacio Público de Cartagena, afirma que “este tema debe ser asumido por la Alcaldía de la Localidad de Industrial de la Bahía (3) y la Policía, los cuales tienen la responsabilidad de realizar operativos para mantener despejadas estas zonas que ya fueron recuperadas por el Distrito”.
Doria hace un llamado a la ciudadanía “para que se abstengan de lavar sus vehículos en vías públicas ya que se exponen a multas”.
Agrega que también se harán controles para retirar las volquetas que desde hace mucho usan como parqueadero una de las entradas al barrio Santa Lucía, la cual conecta con la Carretera La Cordialidad.
ALERTA
El gerente de Transcaribe, Enrique Chartuni González, reconoce que le preocupa la continuidad de los lavadores en este trayecto construido recientemente en cumplimiento de las obras del cuatro tramo de este macroproyecto.
“El vertimiento constante y prolongado de agua sobre el pavimento por parte de estos lavadores podría generar filtraciones que de llegar a la base de las losas causaría daños; por eso es importante que se detenga esta actividad”, asevera el funcionario.
A Chartuni también le inquieta que los exteriores de las estaciones de este tramo sean usadas por los lavautos como sitio para poner sus tanques y resguardarse, ya que podrían generar averías que significarían gastos de reparación adicionales en estas estructuras que ni siquiera han sido estrenadas.
Agrega que estas y otras estaciones de parada son apetecidas por habitantes de la calle que violan incluso la seguridad privada para meterse en estos sitios a dormir, dada la comodidad que representan para ellos.
“Muchos de los vigilantes de las estaciones han tenido enfrentamientos con algunas de estas personas de la calle, las cuales son peligrosas porque–andan con cuchillos y otras armas con las que intimidan a las personas. Lo importante es que la Policía nos colabore con rondas de vigilancia para evitar que estos hechos sigan ocurriendo”, indica.
SANCIONES
El Código de Tránsito establece una multa de ocho salarios mínimos diarios legales vigentes ($151.120) para los conductores que “laven vehículos en vía pública, en ríos, en canales, en quebradas, etc”.
Esta norma establece además en su artículo 93 la obligación de las empresas de transporte para controlar las infracciones de conductores de servicio público, en este caso de los taxistas que diariamente acuden a esta zona a lavar sus vehículos pese a ser una conducta prohibida.
“Los organismos de tránsito remitirán mensualmente a las empresas de transporte público las estadísticas sobre las infracciones de tránsito de los conductores y éstas a su vez remitirán los programas de control que deberán establecer para los conductores”, reza el Código.