No necesitábamos TLC: Ernesto Samper

“Nosotros éramos los únicos que no necesitábamos TLC”, afirmó el expresidente de Colombia, Ernesto Samper Pizano, en una conferencia realizada por la Universidad Libre de Cartagena y el Colegio Bolivarense de Economistas, donde también agregó que el país dejará de recibir entre 600 y 800 millones de dólares por las desgravaciones arancelarias.
Para el expresidente, este no es un tratado de desarrollo porque responde sólo a las pretensiones de Estados Unidos y se benefician los de mayores condiciones competitivas, además, Colombia no está preparada para un TLC, ya que no posee la infraestructura en cuanto a puertos, conectividad y tecnología.
Cuatro puntos principales:
En el evento académico, Samper expuso cuatro ideas acerca del Tratado de Libre Comercio.
-En la Primera Cumbre de las Américas, realizada en Miami en 1994 a la que asistió como Presidente, se vendió la idea de “necesidad de construir el gran bloque americano de integración”, a partir de esto se realizaron tratados con países latinoamericanos y todos estos han satisfecho las necesidades de Estados Unidos, Samper considera que el caso colombiano no es la excepción.
-América Latina como región tiene la ventaja de haber desarrollado una mano de obra calificada y en este tratado no se está brindando capacidad de trabajo a este sector, compuesto en su mayoría por migrantes.
-El territorio latinoamericano se caracteriza por poseer los mayores niveles de desigualdad, prevalecen asimetrías sociales y geográficas. Como solución plantea la creación de fondos de cohesión que permitan el acercamiento de los países.
-No hay nada en el TLC sobre protección de la biodiversidad, teniendo en cuenta que Colombia posee una gran riqueza en esta área y es en esta misma en la que se presentarán posibilidades de desarrollo genético.
Por último, rescató que la Costa Caribe tiene posibilidades de competir en las nuevas dinámicas económicas que trae consigo el TLC, si desarrolla una buena infraestructura y un modelo de competitividad que no dependa de las restricciones proteccionistas de desarrollo impuestas por Bogotá.