Obispos denunciarán casos de pederastia

 “El abuso sexual es doloroso y grave, independientemente de la persona que lo cometa. La Iglesia hoy es totalmente clara frente a esta situación y por consiguiente creó una legislación especial para actuar frente a estos casos”, explica monseñor Jorge Enrique Jiménez, arzobispo de Cartagena.
La Iglesia Católica Colombiana elaboró la segunda edición de un directorio que servirá de guía a todos los obispos, para que denuncien si ocurre algún caso de pederastia que implique a un religioso.
Según monseñor Jiménez, en el directorio se exponen las parámetros para llevar estos casos hasta la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la Santa Sede, donde es analizado por las leyes eclesiásticas, y si el ordenado resulta culpable, se procede a denunciar el acto ante la justicia ordinaria.
“Según las estadísticas publicadas por las autoridades colombianas, el número de abusos de menores en este país es muy alto, y un porcentaje mínimo son actos cometidos por sacerdotes, mientras que la mayoría de casos apuntan a familiares o al sector educativo”, expresa el arzobispo de Cartagena.
CULTURA DEL SILENCIO
Conforme a las normas que rigen a la Iglesia Católica, el sigilo sacramental nunca se puede quebrantar porque lo que se dice en secreto de confesión, se queda entre el sacerdote y el creyente.
“La relación entre los obispos y los sacerdotes se compara a la de un padre y sus hijos, por eso siempre buscamos orientarlos y obviamente un padre no quisiera ver a su hijo condenado, pero con esta legislación ya queda muy claro que si en Roma se demuestra que el religioso ha cometido el delito, debemos poner el caso en manos de la justicia civil (justicia ordinaria) para que proceda, y desde ese momento la Iglesia no va a interferir en el proceso”, explica monseñor Jiménez.
El arzobispo de Cartagena concluye que es importante que la Iglesia también tome conciencia de cómo puede aportar a la rehabilitación de la víctima desde el punto de vista psicológico y emocional, teniendo en cuenta el daño que causa en la vida ser abusada o abusado sexualmente.
“En Cartagena  hace tiempo se abrió una investigación sobre un caso, pero no prospero. La verdad considero que no existe una institución que sea tan supremamente cuidadosa para escoger a sus personas como lo hace la Iglesia; lo que pasa es que por ser religiosos nos las cobran más duro”, manifiesta monseñor.
ADMITEN 4.000 MIL CASOS
La iniciativa de la Iglesia contra el abuso sexual surge después de que el Vaticano admitiera que se han conocido 4.000 casos de pederastia en los últimos diez años, y que la respuesta de la institución religiosa ha sido inadecuada.
Esta estadística se divulgó en el Simposio ‘Hacia la Curación y la Renovación que se desarrolló en la Universidad Pontificia Gregoriana, en Roma, donde se discutió cómo reparar a las víctimas de estos abusos.
“Esta guía muestra la seriedad con que la iglesia toma estos casos, tenemos orientaciones muy claras sobre cómo se escoge a los seminaristas, siempre se les hace un estudio de tipo psicológico, hoy tenemos voluntad de hacer emerger la verdad, así como la prioridad de dar voz a las víctimas como un primer paso hacia la cura”, comenta monseñor Jiménez.
En esta guía están consignadas las normas y los documentos que en los últimos años ha sacado la iglesia sobre los casos de abuso sexual, en especial con menores de edad.
EL PROCEDIMIENTO
Según la guía para obispos de la Iglesia Católica, desde el momento en que se conoce de una acusación contra algún sacerdote por abuso sexual a menores, se deben cubrir los siguiente pasos:
–El obispo debe escuchar y atender a las personas implicadas para definir la gravedad de la situación.
–Si el asunto es grave, el obispo debe crear un tribunal interno en la iglesia para que otros miembros escuchen de nuevo las acusaciones.
–Se debe suspender el trabajo del sacerdote en la parroquia hasta que todo se aclare.
–El tribunal debe escuchar a todas las personas que interesadas en hablar sobre el caso en particular, y hacer un informe escrito tras realizar la investigación.
–El obispo recibe el informe y emite por escrito lo que opina sobre el mismo, y lo envía a la Santa Sede, en Roma (Italia), a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Allí estudian el caso y dan el dictamen de si es considerado culpable o no.
–El obispo debe avisar a la justicia civil sí el sacerdote fue encontrado culpable al interior de sus tribunales, pero en ningún momento se pueden utilizar datos que se hayan dicho en confesión para hacer juicio sobre la persona.