Los trabajadores comunitarios del barrio El Nazareno temen que una parte de los jóvenes resocializados vuelvan a sus actividades violentas por falta del acompañamiento permanente del Distrito.
Oscar Suárez Villadiego, coordinador del “Centro Multiactivo El Nazareno”, es uno de los que vienen dando la voz de alarma respecto a la situación de los jóvenes, pues una parte de ellos, según el funcionario, “está dando muestras de querer desorientarse nuevamente”, manifestó.
Suárez Villadiego se refirió específicamente a un grupo que, con ayuda de fundaciones y de la “Secretaría de Participación Ciudadana y Desarrollo del Distrito”, fueron incluidos en un programa de creación de microempresas, mediante lo cual lograron abrir un restaurante.
“Al principio, las cosas funcionaron bien, porque los de Participación venían periódicamente a revisar el trabajo y el comportamiento de los jóvenes. Pero desde hace más de dos meses no vienen, y ya los jóvenes están teniendo problemas por la coordinación en el trabajo, por las ganancias, porque unos colaboran y otros no, etc. El caso es que ya está surgiendo nuevamente la discordia y eso nos hace temer que podrían abandonarlo todo para volver a lo de antes”, advirtió Oscar Suárez.
En defensa propia
Luis Alfonso Calvo Guerrero, uno de los jóvenes resocializados y quien abrió un SAI en compañía de otros vecinos de su edad, dice tener un buen balance de lo que hasta ahora se ha conseguido con el proceso, pero no desconoce que “es preocupante que algunos se están retirando, porque no ven la compañía de las fundaciones ni de la Alcaldía”, indicó.
No obstante, dejó en claro que en El Nazareno no existían pandillas propiamente dichas, “lo que pasa es que nosotros tuvimos que ponerlos las pilas, porque los pelaos de los barrios vecinos venían por aquí a buscar pelea. Cuando no encontraban muchachos con quienes pe-lear, entonces se ponían a tirarle piedras a las casas. Eso lo hacían siempre en la madrugada”.
Asimismo relató que “el barrio se puso pesado, porque nosotros tuvimos que salir a de-fenderlo. Pero al principio los vecinos creían que nosotros éramos peleoneros. Después se dieron cuenta que los del problema eran pelaos de otros barrios y empezaron a apoyarnos y a no dejar entrar a los problemáticos”.
Calvo Guerrero asegura que muchos jóvenes y niños que estudiaban en la “Institución Educativa Manuela Vergara de Curi”, del barrio del mismo nombre, debieron retirarse ante las agresiones de los pandilleros.
El año pasado, los dirigentes comunales, con el apoyo de los vecinos de El Nazareno, dicidieron buscar la ayuda de la “Fundación Nueva Colombia”, que opera en el barrio Nelson Mandela.
Dicha fundación acogió a 32 jóvenes de El Nazareno, quienes posteriormente fueron asistidos por la “Fundación Metropoli”, Comfenalco, la Secretaría del Interior del Distrito y Participación Ciudadana.
El proceso empezó siendo recreativo, con charlas sobre convivencia e instrucciones sobre manualidades en las que participaron no sólo los jóvenes violentos sino también los que nada tenían que ver con las reyertas.
“Los que más se destacaron fueron los jóvenes de El Nazareno, quienes hicieron un convenio con Comfenalco en pos de crear microempresas; y fue así como surgió el restaurante, el SAI y un almacén de ropa”, dijo Oscar Suárez.
A su vez, Luis Alfonso Calvo, agregó que de los 32 jóvenes que empezaron el proceso con la “Fundación Nueva Colombia”, sólo 9 salieron favorecidos para la creación de microem-presas, mientras que 23 están esperando la orientación del Distrito y de las distintas funda-ciones.
El resocializado considera que el mismo proceso debería implementarse en barrios vecinos como Manuela Vergara de Curi, 3 de Junio, 2 de Noviembre, Barrio Nuevo y Venecia, que también padecen de jóvenes desorientados.
Habrá revisión
Al respecto, la secretaria de Participación Ciudadana, María Bernarda Pérez, dijo que en estos momentos el despacho a su cargo está haciendo contacto con fundaciones como Ama-necer y Red de Jóvenes, entre otras instancias, para proseguir el proceso en El Nazareno.
Hizo saber, así mismo, que “los enfrentamientos entre jóvenes no se dan porque las autoridades los acompañen o no. Las causas son otras, que se están investigando en todo el país y aún no se llega a una conclusión efectiva”.
Explicó que los funcionarios “toman a los jóvenes en riesgo, los instruyen y los orienta. Cuando vemos que han alcanzado cierto grado de madurez, los soltamos para que dirijan sus propias vidas. Ese es el caso de los jóvenes de El Nazareno: si los funcionarios los soltaron es porque les vieron la madurez necesaria para andar el camino solos”.
No obstante, anunció que hoy el equipo de juventudes de su despacho visitará el barrio para establecer qué está sucediendo con los jóvenes que están dando muestras de querer desandar el proceso.
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