El gerente de Espacio Público y Movilidad Urbana, Adelfo Doria Franco, se comprometió a despejar totalmente esta semana las plazoletas Telecom y Olímpica.
De estos sitios han salido en las últimas semanas más de la mitad de los vendedores informales que por décadas ejercieron sus actividades allí.
El funcionario, quien ayer recorrió las zonas recuperadas en el Centro, reporta que en la Plazoleta Telecom han sido desmontados más de 60 puestos de venta y que el 80% de sus propietarios han optado por compensaciones económicas, mientras los restantes por reubicación en el Tercer Piso del Pasaje Comercial Nueva Colombia, en la Avenida Escallón del Centro Histórico.
De los 128 negocios de la Plazoleta Olímpica también se han retirado más del 50 por ciento y para esta semana se prevé que el lugar sea desocupado casi por completo, pues quedarían pendientes sólo 12 vendedoras de comidas que no han logrado acuerdo alguno con el Distrito.
Al respecto, Doria advierte que “estos casos ya están en manos de la Alcaldía de la Localidad Histórica y del Caribe Norte (1), la cual tendrá que cumplir con procesos de restitución de espacio público luego de agotar las instancias que implica el debido proceso”.
La Alcaldía sostiene que no es posible que estos restaurante sigan funcionando en la calle, ya que es una práctica prohibida por las autoridades de salud y sanidad.
Advierte que el despeje de estas zonas comunes es prioritario, teniendo en cuenta que serán sometidas a obras de renovación que se iniciarían el 13 de junio de este año.
“La idea es que estas plazoletas tengan una cara diferente en octubre de este año, de manera que podamos estrenarlas en noviembre, cuando se conmemora el Bicentenario de la Independencia de Cartagena”, anota Doria Franco.
INCONFORMIDAD
Pese a haber firmado acuerdos con la Alcaldía de Cartagena algunos informales están insatisfechos y consideran que las alternativas ofrecidas por el Distrito son insuficientes y no compensan los años que muchos de ellos llevan trabajando en el espacio público con el consentimiento tácito de las autoridades.
Doris Acosta, quien ha vendido ropa por 25 años en la Plazoleta Telecom, dice que ella escogió la compensación económica “porque no tenía más alternativa, pero ahora no tengo claro que voy a hacer con esos $7 millones que son pocos si vemos que para montar un negocio formal hay que pagar muchos impuestos, arriendo y otras arandelas para las que no alcanza esa plata”.
Jaime Mercado, otro quejoso, señala que él firmó “al igual que muchos otros compañeros, ante la presión del Distrito que nos dice que si no arreglamos nos sacan con Policía, y obviamente no nos queremos quedar con las manos vacías, pero de todas maneras deberían pensar en darle un poco más de dinero a la gente para que monte bien sus negocios”.
Otras quejas recurrentes vienen de vendedores que son familiares, hermanos por ejemplo, que aunque tienen una venta, dicen tenerla dividida en dos negocios y por tanto piden compensaciones dobles, una por cada supuesto ocupante.
A esto se suman los reclamos de aquellas personas que se dedican a buscar y persuadir a clientes para llevarlos a los negocios de estas plazoletas y a cambio reciben comisiones del dueño del negocio. Esos intermediarios del comercio informal reclaman por no haber sido tenidos en cuenta por la Alcaldía y consideran tener derecho a una indemnización.
“Aquí la Alcaldía no ha visto el componente social, porque además de los vendedores informales aquí trabajan ‘patines’ (el que hace el mandado de conseguir los clientes), vigilantes y otras personas que van a quedar en el aire, y eso significa más desempleados y familias desamparadas”, concluye el comerciante Salvador Pérez.
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