Medidas contra las personas que programan equipos de sonido en sus viviendas los fines de semana, pidieron habitantes de la Localidad 1 a la Alcaldía de Cartagena. Estos residentes de barrios como Torices, Daniel Lemaitre y Canapote, entre otros, se mostraron preocupados por la proximidad de las Fiestas de Independencia, en las que los bailes y parrandas aumentan. En virtud de esto último, señalaron que las medidas decretadas para controlar el ruido, en más de 49 sectores, son encaminadas especialmente a vigilar el funcionamiento de los esta-blecimientos de comercio que utilizan picós en sus instalaciones. La medida, según los quejosos, desampara a los vecinos de sectores residenciales, “ya que cualquier persona, en estos barrios, prende su aparato de sonido, abusando del volumen, sin importarle que los que vivimos a su alrededor tenemos derecho a la paz y a la tranquilidad”, manifestaron. Igualmente, indicaron que por esa imprudencia se han presentado enfrentamientos entre moradores, “porque si un vecino prende su equipo el viernes y todavía el domingo en la no-che lo tiene sonando, lo más probable es que alguien le reclame; pero lo que más rabia da es cuando responden tranquilamente: ‘yo estoy en mi casa; y al que no le guste, que se tape los oídos”.
Proceso educativo y sancionatorio
Por esas razones, el dirigente comunal Bernardo Romero Parra, tomando la vocería de ese grupo de ciudadanos, presentó a la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, una pro-puesta para el control a los infractores, con el fin de que sea aplicada como medida pedagó-gica. La proposición, explicó Romero Parra, consiste en que la Alcaldía de Cartagena ordene a la Policía Metropolitana desarrollar el siguiente proceso: Se debe realizar anotación en un libro en los CAIS de Policía y en las Inspecciones donde se consignen los nombres y direcciones de las personas denunciadas o sorprendidas in fra-ganti abusando del volumen de los equipos de sonido o picós. Esto, con el fin de llevar un control estadístico que permita realizar acciones de vigilancia, monitoreo y educación comunitaria. A estas personas, la Policía les entregaría un comparendo para que se presenten, día há-bil, a una audiencia pública en el CAI o en la respectiva inspección del área de su jurisdic-ción, donde, como acciones pedagógicas, se les conmine a suspender sus acciones en contra de sus vecinos y a recibir un curso de relaciones humanas y vida en comunidad. Los cursos de relaciones humanas se organizarían por localidades y se encargaría a Distri-seguridad como entidad responsable. Si el infractor reincide, recibirá las sanciones más drásticas que contemple el manual de convivencia. “Esta propuesta anotó Bernardo Romero requiere, lógicamente, de la creación, por parte de la Policía Metropolitana de Cartagena, de grupos especiales de agentes como gesto-res sociales de convivencia ciudadana, la coordinación con la Secretaria del Interior y Distri-seguridad, con el apoyo de las organizaciones comunitarias”. El dirigente indicó que la propuesta fue presentada a la Alcaldía el pasado 17 de septiem-bre de 2010, y trasladada por la alcaldesa Pinedo a la Secretaría del Interior del Distrito. Por su parte, la secretaria del Interior, Sindis Meza Pineda, explicó que los procedimientos hacia las familias que, con sus equipos de sonido, perturben la tranquilidad de sus vecinos, se ha venido estudiando detenidamente. Aclaró que intervenir a una casa de familia y decomisarle un aparato sonoro no es igual a hacerlo en un estadero o en una caseta, sobre todo si la persona tiene la casa cerrada y el equipo en el patio, por ejemplo. No obstante, anunció que el Consejo de Estado acaba de emitir una sentencia que favo-rece a las autoridades, pero se está estudiando para encontrar la manera de aplicarla en Carta-gena.
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