Protesta silenciosa contra los ruidosos

Los vecinos del barrio El Laguito protestan silenciosamente para exigir respeto al descanso y al buen vivir. Con una pancarta en el edificio residencial El Mirador, piden un cese al constante abuso de las chivas rumberas y establecimientos con altos volúmenes de música y ruido. “Con esta pancarta queremos hacer un llamado ante todas las autoridades competentes como la Alcaldía Local, el Establecimiento Público Ambiental y la Policía Metropolitana de Cartagena, para que tomen control de la calle, iniciando operativos constantes y sancionando de manera drástica y permanente a estos establecimientos que desde hace mucho vienen cometiendo toda clase de atropellos contra nuestro legítimo derecho al descanso, a dormir y a la tranquilidad en la zona”, expresó un empresario que habita en el barrio, quien pidió la reserva de su nombre. Según manifiestan los quejosos, a diario diferentes chivas rumberas se parquean, pasadas las 10 de la noche, con música en vivo y locución por micrófono, incitando a todos sus pasajeros al desorden, gritos, histeria y bulla, situación que los tiene sobresaltados. Comentan los querellantes que el destino final de las chivas rumberas es un prestigioso restaurante, donde ingresan visitantes, con niños inclusive, hasta entrada la madrugada. Al parecer, el establecimiento se escuda en un permiso que lo identifica como restaurante, pero en la noche se convierte en discoteca con altísimos volúmenes de música, promoviendo desorden y ruido, expresaron voceros de la comunidad afectada. LO QUE DICE EL EPA En atención a un derecho de petición interpuesto por residentes del edificio El Mirador, el Establecimiento Público Ambiental (EPA) desarrolló un operativo de control y seguimiento de ruido en los establecimientos comerciales del barrio El Laguito, sin encontrar indicios de contaminación auditiva. Así lo informó la directora de la entidad, Ruth Lenes Padilla, quien aseguró que en dos visitas efectuadas al lugar no se encontraron mayores ruidos en el ambiente. La funcionaria fue clara en decir que existe la posibilidad de imponer sanciones a los propietarios de los negocios en los cuales sean hallados aparatos de sonido con volumen alto, en las próximas intervenciones a la zona.