Rescate de un gato atrae atención en el Centro de Cartagena

Al llegar a su pequeño negocio informal detrás del edificio Caja Agraria, en el Centro de Cartagena, promediando las 7:30 de la mañana, lo primero que hizo el comerciante José Antonio Osorio Toro fue llamar al Cuerpo de Bomberos.
No había emergencia alguna en su negocio, solo que se compadeció de un gato blanco y de contextura delgada que yacía casi al final de una rama de una alta palmera. Maullaba fuerte e incesantemente.
No es usual acudir urgente a este tipo de situaciones donde se ven implicados animales, pero según  el teniente Aníbal Guerrero, del Cuerpo de Bomberos de Cartagena, han 16 los casos presentados durante el año, los cuales han necesitado la presencia de bomberos para lograr un final sin lamentos.
Eran aproximadamente las 8 de la mañana cuando se inició el rescate del animal por parte del Cuerpo de Bomberos, suceso que atrapó la atención de muchas personas, que a esa hora llegaban al Centro de Cartagena.
El viejo callejón de los relojeros, de negocios de arreglos y ventas de celulares, en la parte trasera del edificio de la Caja Agraria en el Centro, se llenó de personas que veían como los oficiales de bomberos se la ingeniaban para llegar hasta las débil rama de la palmera, en la que se encontraba el animal.
El rescate se prolongó por más de media hora y se dificultó porque la larga escalera utilizada no podía sostenerse con la rama de la palmera.
En medio de las miradas de los transeúntes, algunos de los cuales aprovechaban para hacer fotografías y videos del suceso, los bomberos buscaban la mejor manera de escalar el alto árbol.   Promediando las 9 de la mañana se logró bajar al animal, que pasó posteriormente de brazo en brazo de los vendedores del sitio.
El suplicio para el animal había culminado y según vendedores del sector, tenía cerca de tres días de estar en el árbol y nadie se explica como subió  hasta la rama en la que se encontraba. Fueron tres días en que los vendedores del lugar estuvieron escuchando los chillidos del gato, pero ayer los mismos parecían inaguantables.
Al final,   el comerciante informal José Antonio Osorio Toro, y quien alertó  al Cuerpo de Bombero del suceso, determinó adoptar al animal, quien fue recibido con un gran pocillo con leche y media arepa con carne. Curiosamente a esta persona  le apodan “El Gato”.