Los vecinos del barrio Nuevo Campestre manifiestan estar sometidos a respirar varias veces al día un olor desagradable que procede de la empresa vecina Avícolas El Madroño (antiguo Indupollo).Sin embargo esta zona fue declarada como zona industrial en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), como lo confirma Sara Luna, asesora del POT, y por tanto no debía estar habitada por comunidad alguna.
Pero hace aproximadamente 20 años un grupo de invasores llegó al lugar y se apoderó de estos predios propiedad de la Nación, haciéndose propietarios de los terrenos.
Hablan los vecinos
El fuerte olor que sale de Avícolas El Madroño es transportado por el viento hasta los barrios aledaños como 20 de Julio, Vista Hermosa, Bella Vista, Sucre, entre otros.
Los vecinos aseguran que el desagradable olor se apodera a cualquier hora de este sector de la Zona Suroccidental de la ciudad, a distintas horas, lo cual interrumpe y afecta sus actividades cotidianas.
Entre los principales afectados con esta situación están los estudiantes y el personal docente de la Institución Educativa Bertha Gedeón de Báladi, localizada en la parte posterior de Avícolas El Madroño.
“Tenemos un comedor donde los niños almuerzan a diario, y justo a la hora del almuerzo el olor es demasiado fuerte. Esta situación nos tiene desesperados”, asegura Judith Arrieta, directora del plantel.
También Mariano Ortiz, vigilante del centro educativo, reafirma esta información y dice: “Mi hijo de 6 años tiene que soportar a diario esta situación, pues estudia en el colegio”.
“Muchas personas se abstienen de poner a sus hijos en este colegio por la situación, a pesar de ser tan bueno académicamente”, agrega Ortiz.
Camilo Barrera, estudiante de octavo grado del Colegio 20 de Julio, localizado en este barrio, asegura que los malos olores llegan hasta la institución.
“A veces ha olido feo cuando estamos haciendo exposiciones, todos dicen que es porque están quemando las plumas de los pollos”, comenta el niño.
A qué se debe el mal olor
Y en efecto la quema de las plumas es parte del proceso por el que pasa cada pollo, dice la empresa que para no atentar contra el medio ambiente.
“Las plumas, la sangre y las vísceras del pollo son metidos en una máquina de secado para obtener una harina que luego es utilizada para hacer un concentrado que se utiliza como alimento para los mismos pollos. A esto le llamamos proceso de beneficio”, informa Magaly Jaimes, superintendente de Planta de Avícolas El Madroño.
“Este proceso es el manejo adecuado que se le debe hacer a todos estos residuos, puesto que de no ser así afectaríamos el medio ambiente”, agrega Jaimes.
Esta vocera indica que el mal olor proviene de las emisiones de la torre de secado, y que a pesar de estar cumpliendo la compañía con la normatividad, los fuertes olores son inevitables por ser una empresa de alimentos.
Una de esos estatutos, refiere Jaimes, es un certificado otorgado por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), encargado de certificar las granjas avícolas como ‘bioseguras’, con el fin de prevenir enfermedades en el sector.
Versión acreditada
El Universal corroboró esta información con Cristóbal Monterrosa, gerente seccional del ICA, El funcionario dijo que lo señalado por la empresa avícola es cierto.
Sin embargo los vecinos denuncian que no se le da el mejor manejo a los residuos del pollo, pues en ocasiones fueron encontradas plumas y restos saliendo de drenajes de agua, como lo expresa Jorge Luis Jiménez, presidente de la Acción Comunal del barrio Nuevo Campestre.
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