Ya son dos las amenazas de muerte que ha recibido Mari-bel Padilla, por pretender que a su barrio llegue la tranquili-dad y la buena ventura para niños, adolescentes y adultos. La última advertencia fue hace quince días, cuando una voz desconocida para ella la llamó a su teléfono celular y le dijo: “Como usted siga poniéndose de sapa, metiéndose en lo que no le importa, la van a encontrar con el culo lleno de hormigas”. Meses atrás había recibido una agresión parecida, pero su reacción fue dirigirse a la Fiscalía de Cartagena para entablar la correspondiente denuncia. Lo mismo piensa hacer con la más reciente llamada que recibiera. Maribel es la presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio San José de Las Reinas, del cual cuenta que desde su fundación no ha dejado de experimentar una que otra molestia en lo que a seguridad se refiere. Pero afirma que en los últimos meses la situación ha pa-sado de castaño a oscuro, porque ya en las calles no se están viendo las travesuras de algunos jóvenes desocupados, sino la incursión de hombres armados en motos y carros para co-brarles vacunas a los tenderos y a los expendedores de estu-pefacientes. Dice Maribel que algunos de esos actores violentos vivie-ron un tiempo en el barrio, pero se han mudado a zonas cer-canas sin dejar de visitar, cada ocho días en promedio, a San José de Las Reinas en pos de seguir practicando sus activida-des. La dirigente explica que uno de los espacios que identifi-can al barrio es el Parque Minuto de Dios, construido por la fundación del mismo nombre, que además funciona en la zona. “Pero de un momento a otro –narra– los hombres arma-dos dijeron que no querían ver a alguien allí sentado. El 27 de febrero mataron a dos muchachos, quienes no le pararon bolas a las amenazas; pero lo más horroroso es que hace co-mo 8 días asesinaron a un indigente que venía de otro lado y se sentó en el parque a descansar. El hombre murió sin saber ni por dónde iba la tabla”. Algunos vecinos interpretan la prohibición como que los hombres armados tienen de corredor a la vecina invasión 27 de Julio, cuya calle principal empieza en el parque. Desde ese momento, la dirigente y su grupo se propusie-ron conseguir un CAI Móvil para el sector. Según ellos, la Policía Metropolitana visita periódica-mente al barrio y organiza retenes para requisar a los con-ductores de motos, “pero lo que queremos es un cuerpo de policías que esté un tiempo prudencial y que después sea re-emplazado por otro, pero que nunca deje de haber unifor-mados en la zona”, indican los líderes comunales. “Y de allí podrían venir las amenazas –aduce Maribel–, porque si hay policías permanentes, baja el expendio de dro-gas y los hombres armados no podrían cobrar sus vacunas”. APOYO PARA LOS JÓVENES Al margen de la situación, la dirigencia cívica reconoce que otro factor preocupante es la cantidad de jóvenes deso-cupados en el barrio, los cuales ya están clasificados como “jóvenes en riesgo”, quienes se pasan el día en las esquinas, practicando juegos de mesa en horas en que deberían estar estudiando, trabajando o adelantando alguna labor comuni-taria. “En un tiempo –cuenta Maribel– hubo una cantidad de atracos protagonizada por los jóvenes en riesgo, a quienes la Policía Metropolitana nos ayudó a organizar mediante una campaña de resocialización que incluyó un campeonato de fútbol para que se reintegraran con sus antiguos enemigos y la vinculación de algunos de ellos a la UNAD (Universidad Nacional Abierta y a Distancia), para que terminaran el ba-chillerato, pero lo que se necesita es que nos sigan ayudando, para que los muchachos estudien carreras técnicas y puedan ganarse la vida honradamente”. Maribel Padilla asegura que la situación de orden público que se vive en la zona fue ventilada ante la alcaldesa de Car-tagena, Judith Pinedo, al inicio de su mandato, durante un consejo de seguridad en el vecino barrio San Pedro Mártir. “Esa vez, la alcaldesa de comprometió a reubicar a las fa-milias del 27 de Julio, y hasta envió a una comisión de Cor-vivienda para que hiciera un censo, pero la cosa parece que se quedó ahí. No hemos vuelto a tener razón ni grande ni chi-ca”, expresó. ESTO ME INTERESA El barrio San José de Las Reinas fue fundado hace 22 años. Tiene 133 viviendas y unos 660 habitantes. Pertenece a la Localidad 3. Limita con los barrios San Pedro Mártir, Altos de San Pedro, El Progreso, El Reposo y Rafael García Herreros.
Cartagena
San José de Las Reinas, cansado de la violencia
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