La referida marcha viene siendo organizada por la “Fundación para la transformación y el desarrollo de las familias (Fundespierta)”, en compañía de las iglesias cristianas-evangélicas y los planteles educativos de la zona.
De acuerdo con Samuel Ortiz, el coordinador de la fundación, la marcha tiene cuatro objetivos: el respeto por la vida, el rechazo a la drogadicción, atracos y vandalismo; concienciar a niños y jóvenes de no iniciarse en las drogas alucinógenas y promover más inversión social en educación, empleo, cultura, recreación y deportes.
La caminata se iniciará en la entrada del barrio y recorrerá todas las calles hasta terminar en su punto de partida.
De acuerdo con los organizadores, hubo la necesidad de convocar a esta marcha para llamar la atención de los sectores público y privado respecto a la situación de emergencia social que está viviendo el barrio.
Agregaron que, en los últimos años, se ha venido incrementando el número de jóvenes en riesgo, quienes pasan la mayoría del tiempo estacionados en las esquinas, muchas veces consumiendo estupefacientes o perpetrando atracos en horas de la noche.
“Todavía no tenemos pandillas propiamente dichas, pero ya existe el caldo de cultivo para que éstas se formen, y es precisamente ese el extremo que no queremos tocar”, dijo Samuel Ortiz.
Más adelante anotó que “la mayoría de esos jóvenes desorientados son hijos de madres solteras desplazadas por la violencia, huérfanos o quienes viven con abuelos, quienes, al no tener recursos para brindarles una mejor vida, terminan por reconocer que se les salen de las manos y que es poco lo que pueden hacer”.
Lo que el viento se llevó
Los dirigentes cívicos enfatizaron en que San José de los Campanos está rodeado de grandes empresas y de establecimientos educativos universitarios de prestigio, pero que ninguno de ellos está cumpliendo una función social en el barrio.
“Entre la planta de trabajadores de esas empresas, son muy pocos los habitantes de San José de los Campanos los que se podrían contar, lo mismo que entre los estudiantes de las universidades que nos circundan”, indicaron.
Asimismo, recordaron que las autoridades distritales han escuchado sus requerimientos, “pero es como si nada, porque hasta ahora no han movido un solo dedo para que la situación cambie”.
Trajeron a colación que el pasado 16 de febrero de 2010 se reunieron, en las instalaciones del Colegio Comfamiliar, con la Policía Metropolitana, el EPA Cartagena, el Sena, el Ider, la Personería Distrital y la Secretaría de Participación y Desarrollo en torno a la problemática de la juventud y sus posibles soluciones.
En un acta quedó consignado que la Policía Metropolitana realizaría reuniones periódicas en los 28 sectores del barrio con miras a crear frentes de seguridad.
El EPA Cartagena implementaría campañas ambientales para erradicar los focos de acumulación de basuras y desarrollar campañas educativas en torno al cuidado del medio ambiente.
El Sena facilitaría los caminos para que todos los jóvenes interesados pudieran estudiar carreras y técnicas y tecnológicas.
La Secretaría de Participación y Desarrollo organizaría cursos de artesanías y demás manualidades para jóvenes y adultos.
La Personería sería la veedora de todo el proceso y garantizaría que todo se fuera cumpliendo cabalmente.
“Pero el único que medio cumplió fue el Ider, porque se había comprometido a abrir escuelas deportivas para niños de 6 a 8 años de edad, y de 6 a 15 años, pero sólo está funcionando la primera”, afirmó Samuel Ortiz.
Explicó, por último, que la marcha pretende, además, conseguir el apoyo de la Alcaldía de Cartagena para la creación de un centro de desarrollo que involucre a los jóvenes, con el respaldo de las secretarías del Interior y de Participación.
Comentarios ()