Traslado del mercado divide las opiniones

Los únicos alegres con la noticia del inminente traslado del Mercado de Bazurto son los habitantes del barrio Martínez Martelo. En contraste, los vendedores informales y los legalizados se muestran desconcertados y hasta pesimistas con el anuncio. Por ejemplo, Jorge Martínez, un vendedor de plátanos de la Avenida del Lago, quien lleva 22 años laborando en esta central de abastos, dice no estar de acuerdo con el traslado, “porque lo mejor que pueden hacer es remodelarlo y ubicar bien al vendedor ambulante. Yo me enteré de que en la Transversal 26 piensan abrir un centro comercial para nosotros, pero eso todavía no se ha llevado a cabo. El mercado es nuestra empresa, y si lo quitan es como si nos quitaran el pan. Si es por los trancones y la contaminación, la verdad es que las vías que acaban de pavimentar están acabando con ese problema; y ya nosotros tenemos anticuerpos contra los malos olores”. Por su parte, Manuel Salvador García, un vendedor de pescado, quien lleva 26 años comerciando en la Avenida del Lago, también considera desacertada la idea del traslado, “porque sé que va a suceder lo mismo que cuando quitaron el mercado de Getsemaní: la gente necesitó un año para recuperarse económicamente. Una tía mía se murió de pesar, porque vio que ya el trabajo no era el mismo en el nuevo mercado. Las ventas decayeron en un 80%. Lo que pasa es que los gobernantes hacen las cosas pensando en el beneficio de ellos y no en el de uno. Está bien, la contaminación y la movilidad son un problema, pero eso no es culpa nuestra. Es culpa del gobierno, que no hace obras pensando en que duren cien años sino para salir del paso; y el venga atrás que se componga como pueda. Los desagües del mercado son muy pequeños y eso lo supieron los constructores desde el principio, pero los dejaron así para que cuando se formara el problema de las inundaciones y los malos olores, tener una justifi-cación con que sacar al pueblo de aquí. En vez de trasladarlo, deben hacer una buena in-fraestructura sanitaria y mejores vías. Después, reeducar al vendedor para cuide todo eso”. Igualmente, Rubén Marimón Hernández, un comerciante formal, propietario de colme-na, opina que “habría que revisar los pro y los contra de ese traslado. Yo tengo como 20 años de estar oyendo esos rumores, pero nunca nos han dicho en dónde piensan reubicarnos, y creo que eso es lo primero que tienen que aclarar. Sin embargo, creo que lo mejor es reestructurar el mercado, mejorar las avenidas Pedro de Heredia y del Lago para que se descongestione. De pronto, cuando terminen las obras de Transcaribe las cosas mejoren”. Juan José Cárcamo, un cacharrero del centro comercial El Colmenar, quien lleva 25 años trabajando en el centro de acopio, cree que “el principal problema del mercado es la falta de vías. Si el gobierno pudiera idearse otra camino para llegar a El Bosque y otro para llegar al Centro no habría de eliminar el mercado. Lo otro sería mejorar las redes de aguas lluvias y de alcantarillado”. En el barrio Martínez Martelo, un habitante como Carlos Espitaleta Beltrán opina que “es la mejor noticia que hemos podido escuchar en mucho tiempo. Ese mercado no ha traído otra cosa que perjuicios para nosotros. Perjuicios en la movilidad, en el medio ambiente, en la seguridad y en la valorización de nuestras viviendas. El barrio se ha llenado de basuras, de gamines, recicladores. Y eso no puede ser en un barrio que está considerado como el ombligo de la ciudad”. María Eugenia Carrillo, quien dice tener 33 años de vivir en Martínez Martelo, afirma que “ese mercado en un tiempo fue un buen vecino porque teníamos la plaza de abastos ahí mismo, pero con el tiempo se fue deteriorando y este es el momento en que no muestras sig-nos de mejoría. Entonces, la comunidad se vio en la necesidad de asesorarse con personas ex-pertas en temas ambientales, en seguridad, movilidad, etc., e instauramos una acción popular para recuperar ese espacio. El mercado no sólo afecta a Martínez Martelo, afecta a toda la ciudad, empezando por el aspecto vehicular. Ojalá que el espacio que quedará ahí, sea bien utilizado”.