Son cerca de $158 millones los que deberá pagar el Instituto de Seguros Sociales y la IPS Clínica Henrique de la Vega por el daño cerebral irreversible que sufrió una paciente hace 13 años, luego de haber sido sometida a un proceso de parto.
Lo anterior obedece a una sentencia del Tribunal Administrativo de Bolívar al resolver una demanda de reparación directa interpuesta por la familia de la paciente Yenis Blanquicett, que al momento de los hechos tenía poseía 30 años de edad. La familia deberá ser indemnizada con aproximadamente $158 millones.
Según se relata en la sentencia, la joven fue programada para parto a las 11 a.m. del 25 de agosto de 1998, para lo cual le hicieron una cesárea que culminó exitosamente. Sin embargo, minutos más tarde de la operación, la señora fue remitida a una sala de recuperación sin que se le hiciese un examen para corroborar la perdida de sangre que tuvo y tomar las medidas del caso.
La paciente fue remitida a la sala de recuperación y para ello se dio la orden a las auxiliares de enfermería de aplicarle penicilina.
55 minuto más tarde la paciente empezó a padecer algunas reacciones, tales como una cianosis ( coloración azulada de la piel cuando la sangre pierde oxigeno) y posteriormente se fue quedando sin pulso y baja frecuencia cardíaca, padeciendo un paro cardiorespiratorio. Al final se le determinó un daño cerebral irreversible, definiendo una incapacidad de 52%.
Señala la sentencia que pese al tratamiento de rehabilitación la joven no presenta ningún progreso y por ende no ha podido desempeñar su profesión como Química-Farmaceútica, con lo cual se solventaba para mantener a su madre, padre y hermano.
Ante tal situación, la familia se ha dedicado a cuidarla, lo que también ha generado sufrimiento en sus familiares ante la falta de mejoría de la paciente.
Al resolver el caso, el Tribunal consideró que hubo fallas en el servicio, toda vez que antes de someter a la paciente a penicilina, no se le hizo un estudio para detectar si ésta era o no alérgica a tal medicina, como efectivamente lo era.
Se determinó que fue la penicilina, la que le causó una alergía y a su vez le produjo el paro cardiorespiratorio y consecuentemente los daños severos en el cerebro.
Conforme a las pruebas presentadas en el proceso, el Tribunal consideró que hubo daños fisiológicos y en la vida de la paciente, lo que le ha generado dificultad para interactuar con el mundo e incluso se le privó de cuidar a su hijo, tarea que quedó relegada en la abuela del menor.
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