Infinitas parecen ser las quejas de los usuarios insatisfechos e incluso ofendidos por el servicio ofrecido. Y a pesar de que es un tema del que se habla frecuentemente, señalan los quejosos, aún no se ven soluciones al respecto.
Ni los constantes reclamos por parte de los mismos usuarios, ni los llamados de atención de las autoridades, han puesto fin a esta problemática que cada vez impacienta más a los habitantes de la heroica.
Quejas por doquier
Una de las más frecuentes quejas escuchadas entre las personas es la velocidad a la que viajan los buses y microbuses urbanos. Algunas veces exceden los límites de velocidad permitidos dentro de la ciudad que equivale a los 60 kms/h y exponen la seguridad e incluso la vida de los pasajeros.
Conductores de buses y busetas de la ciudad se defendieron al respecto, diciendo que a ellos les dan un tiempo límite para llegar a distintos puntos de la ciudad donde les toman el control de llegada.
“Si no llegamos en el tiempo estipulado nos hacen esperar 10 turnos más antes de salir a dar otra vuelta. Eso para nosotros representa llegar a veces a la casa sin un peso”, aseguró Jairo Mosquera, conductor de la empresa Cootransurb.
Sin embargo, algunos usuarios aseguraron que los excesos de velocidad se presentan de manera intermitente. “Ellos esperan que uno se suba y arrancan duro. Parece que lo hicieran intencionalmente para que uno se caiga. Otras veces se ponen a competir con otros buses sin importarles los pasajeros”, aseguró Jorge de la Parra, estudiante universitario, quien diariamente usa el transporte urbano.
Así mismo, hay otros pasajeros que se quejan porque algunos conductores van a una velocidad mínima convirtiéndose en los responsables de trancones y en las llegadas tarde de usuarios a sus lugares de destino. Estos incluso aseguran sentirse burlados frente a este tipo de actos.
Otra de estas recurrentes querellas es que los conductores contando con la “colaboración” de los sparrings (ayudantes) sobrepasan los cupos dentro del bus incomodando a todos los pasajeros.
“Ellos con tal de hacerse más plata meten a todo el mundo, la gente a veces va colgando de la puerta”, aseguró un usuario frecuente de bus que prefirió no ser identificado.
Otra de estas situaciones en las que el ciudadano se incomoda son los frecuentes transbordos. El pasajero es pasado de un bus a otro para poder llegar a su lugar de destino.
Los usuarios también denuncian que algunas veces son engañados por los choferes y los ayudantes quienes aseguran pasar por todos los sitios de la ciudad con el fin de subir cuantos pasajeros sean posibles.
Y las quejas parecen no terminar. Se quejan porque el nivel de volumen con que escuchan la música es muy alto, también aducen los usuarios que los dejan dos cuadras después de la parada. “Permiten que muchos vendedores se suban cuando muchas veces lo que hacen es pelear y no se orillan al dejar a los pasajeros, exponiendo nuevamente sus vidas”, dijo un usuario.
Muchos ciudadanos aseguran a demás haber llamado a la línea de “¿Cómo conduzco?” (6644771) que han colocado algunos buses, y aseguran que no les contestan. El Universal corroboró esta información y es cierta.
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