Cartagena


Vecino ruidoso hizo que un colegio suspendiera labores antes de tiempo

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ P.

23 de noviembre de 2010 12:01 AM

Cada vez se hace más necesario que la Administración Distrital revise la propuesta que, para controlar el ruido, le hicieran, en días pasados, un grupo de dirigentes comunales de la Localidad 1. Como se recordará, antes de que se iniciaran las Fiestas de la Independencia, habitantes de barrios como Daniel Lemaitre, Torices, Canapote, Santa María, 7 de Agosto y San Francisco, entre otros, encabezados por el dirigente comunal, Bernardo Romero Parra, propusieron a la Alcaldía de Cartagena una serie de medidas de control para salvaguardar la tranquilidad de esas comunidades en torno a los vecinos ruidosos. Estos mismos proponentes dieron a conocer que el pasado miércoles 17 de noviembre, en el barrio San Francisco, frente al CAI de la Policía Metropolitana, un habitante instaló su equipo de sonido en la terraza de su vivienda y lo programó a todo volumen. Blas Hernández Olascuaga, el inspector de la Comuna 3, cuya oficina funciona al lado del CAI, relató que en el momento en que el aparato empezó a sonar estaba atendiendo una audiencia con un grupo de personas. Por la dificultad de seguir conversando, dado lo estruendoso del equipo, el funcionario se dirigió al CAI y sugirió a los agentes del orden que le llamaran la atención al presunto infractor, pues, al parecer, los decibeles que su aparato estaba liberando sobrepasaban los límites permitidos. Uno de los policías propuso al inspector que lo acompañara al inmueble en donde estaba produciéndose el ruido; y, en efecto, ambos se acercaron para dialogar con el supuesto infractor, quien alegó que “primero que todo, estoy en mi casa. Segundo, en las fiestas no pude hacer nada, porque me la pasé trabajando. Así que hoy es que voy a festejar el 11. Además, ¿por qué me la van a montar a mi solo?” Ganó el ruido Contó el inspector Hernández Olascuaga que, ante ese argumento, sólo le sugirió al pro-pietario del equipo de sonido que siguiera festejando, pero a un volumen moderado. Después de varias argumentaciones, la persona (de quien se supo que es un comerciante aficionado a los picós) bajó el volumen del equipo y la audiencia de la inspección se reanudó. Sin embargo, el funcionario aseguró que a las 12:00 del medio día se retiró a almorzar y, tiempo después, recibió una llamada telefónica mediante la cual le informaban que el comerciante había elevado nuevamente el volumen. Manuel Meza, un líder comunal de la zona, dijo haber llamado al EPA Cartagena para que sus funcionarios visitaran al barrio y midieran, con sus sonómetros, los decibeles que estaba liberando el equipo de sonido, pero anotó que mientras estuvo en San Francisco no presenció la llegada de los empleados de esa entidad. Al parecer, el ruido se tornó tan perturbador que los profesores del Colegio Corazón de María debieron enviar a los estudiantes a sus respectivas casas antes de la hora acostumbrada, ya que era imposible dictar clases. El EPA estuvo De acuerdo con el inspector Blas Hernández, en estos casos el despacho a su cargo recibe quejas de vecinos que se sientan agredidos por el ruido que alguien produzca, ante lo cual se le expide una citación al presunto infractor. Una vez citado, el productor del ruido es interrogado al respecto y después se le hace firmar una fianza, con la que se compromete a no seguir perturbando la tranquilidad de sus vecinos. Dijo que la Policía puede amonestar a un ruidoso, pero sólo procederá a realizar un decomiso haciéndose acompañar del EPA Cartagena. El EPA, por su parte, identificó al comerciante ruidoso como Vicente Meñaca, información que dice haber recibido de parte del CAI de San Francisco. El organismo ambiental asegura que sí se hizo presente y acompañó a la Policía del sector durante una inspección, con sus funcionarios Donaldo Herazo y Walter Silgado, quienes realizaron medición sonométrica, encontrándose decibeles por encima de lo permitido en la Resolución 627 de 2006. Asimismo, dispuso visitar hoy a Meñaca para sensibilizarlo personalmente sobre la necesidad de cumplir con las normas ambientales en cuanto a ruido, so pena de hacerse acreedor a amonestaciones escritas o requerimientos y posteriores investigaciones o sanciones por tales hechos que podrían dar como resultado multas pecuniarias hasta de $5 mil salarios mínimos diarios legales vigentes. La propuesta Vale recordar que los líderes comunales de la Localidad 1 proponen a la Alcaldía el siguiente proceso: —Realizar anotación en un libro en los CAI de Policía y en las inspecciones donde se consignen los nombres y direcciones de las personas denunciadas o sorprendidas in fraganti abusando del volumen de los equipos de sonido o picós. —Esto, con el fin de llevar un control estadístico que permita realizar acciones de vigilancia, monitoreo y educación comunitaria. —A estas personas, la Policía les entregaría un comparendo para que se presenten, día hábil, a una audiencia pública en el CAI o en la respectiva inspección del área de su jurisdicción, donde, como acciones pedagógicas, se les conmine a suspender sus acciones y a recibir un curso de relaciones humanas y vida en comunidad. —Los cursos de relaciones humanas se organizarían por localidades y se encargaría a Distriseguridad como entidad responsable. —Si el infractor reincide, recibirá las sanciones más drásticas que contemple el manual de convivencia. La secretaria del Interior del Distrito, Sindis Meza Pineda, anunció que en esta semana revisará el documento y llamará a los proponentes a dialogar.

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