Vecinos de Castillogrande preocupados por contaminación sonora

La administración de los edificios Alejandría y Punta Castillo manifiestan su preocupación por  los altos volúmenes que se registran en el Club Naval de Oficiales Santa Cruz de Castillogrande, lugar que ahora realiza eventos sociales cualquier día de la semana.
“La gente no puede dormir y se realizan fiestas hasta la madrugada”, afirma Luz Karime Sierra, administradora del edificio Alejandría.
En una primera instancia los edificios aledaños hablaron con la administración del Club y se creó un compromiso para cambiarle la dirección a los parlantes que se usaron en la noche de este jueves, cuando se anunció un acto social.
Sin embargo, Margarita Insignares, administradora del edificio Punta Castillo, manifiesta que es difícil conseguir que el ruido no llegue a los hogares debido a las fuertes brisas y el espacio tan abierto donde se hacen los eventos.
Las demandas puntuales de las administraciones respectivas consisten en que se terminen los eventos al aire libre.
“Ellos pueden hacer sus eventos siempre y cuando sea a puerta cerrada sin afectar las tranquilidad de los hogares”, expresa Luz Karime.
QUE DICE EL EPA
El Establecimiento Público Ambiental, EPA, se encuentra al tanto de la situación e informó que enviará a un funcionario técnico para que mida los decibeles que se generan en el sector y así determinar si no se cumple con los niveles adecuados establecidos por la Ley.
Los vecinos esperan que la situación en la noche de este jueves cambie, de lo contrario recurrirán a otras instancias.
NO HUBO QUEJAS DE LOS VECINOS: GERENTE DEL CLUB
El capitán de fragata Aníbal Galindo Orozco, manifestó a El Universal que durante la noche del jueves, no se presentaron inconvenientes con los vecinos de este sector de Castillogrande.
El gerente del Club Naval, indicó que se han tomado varias medidas para evitar incomodar a la comunidad en general durante la realización de estos eventos sociales.
Entre las acciones preventivas están la ubicación de los parlantes en dirección contraria a los edificios aledaños y el control de los decibeles permitidos por la ley, entre otros.
Este medio pudo comprobar que durante la realización del evento, la intensidad sonora era baja.