Villa Lorena se volvió piscina de aguas lluvias

Los habitantes del barrio Villa Lorena volvieron a sufrir por los embates de los últimos aguaceros. Villa Lorena es un pequeño conjunto de viviendas, en el suroccidente de Cartagena, entre los predios de la empresa Vimarco y la Urbanización El Golf. Los patios de las casas colindan con la Cuarta Etapa del barrio El Campestre. Dicen que con el aguacero de la madrugada del jueves, las corrientes ingresaron por los patios y se encontraron con las aguas que entran por la vía principal de El Campestre y El Golf, buscando salida hacia el barrio Santa Clara, bordeado al Corredor Vial de Carga, por donde cruza un canal a aguas pluviales que desemboca en la Bahía de Cartagena. Cuentan los residentes que hace unos años, a través de la Secretaria de Infraestructura del Distrito, lograron que les pavimentaran la entrada del barrio, que era un camino destapado y lleno de un lodo negro y fétido. “Era una ‘piscina’ de barro –explican–, pero ahora tenemos una piscina pavimentada, porque igual nos anegamos, y estas aguas se encuentran con las que atraviesan nuestras casas, que vienen de un canal de drenaje que limita con nuestros patios”. Las aguas bajan desde el barrio El Milagro atravesando más de diez urbanizaciones y terminan en Villa Lorena, pero no encuentran evacuación porque en esta parte, más exactamente en la entrada, hay un canal rudimentario que fue tapado hace tiempo, lo cual frena la evacuación de las corrientes. Los moradores de Villa Lorena afirman que el box culvert que va desde El Campestre hasta la entrada del canal en el barrio Ceballos, es muy pequeño ante la cantidad grande de agua que pasa por allí. “El jueves fue un día en que el parque de El Campestre no se veía y el agua se metió a todas las casas de la orilla de la calle por donde pasan las busetas de la ruta Los Caracoles”, relataron. Como problema adicional, en la zona hay un lote de Corvivienda que también ayuda a tapar la salida del agua, debido a que algunos moradores lo han to-mado como escombrera y basurero. “Allí –agregan– también llegan vagos y ladrones que se pasean por los techos de nuestras casas, pero no sabemos a quién acudir para que nos ayude”.