Con una gran movilización, miles de estudiantes, profesores y sindicalistas le dijeron desde Cartagena al Gobierno Nacional que no están de acuerdo con el proyecto de ley que reformaría la Ley 30 de 1992, que regula la educación superior en Colombia.
La marcha, convocada por la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), se realizó simultáneamente en ciudades como Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Cartagena, entre otras capitales.
Los manifestantes sentaron su posición de rechazo a los nuevos planteamientos del Gobierno, entre ellos el dar entrada al sector privado para que invierta en las universidades públicas, pues esto es visto por estudiantes, profesores y sindicalistas como un primer paso hacia la privatización de la educación superior en el país.
Otro de los aspectos seriamente criticados es el recorte del presupuesto que las universidades destinan a Bienestar Universitario, pues a través de esta dependencia muchos jóvenes de escasos recursos pueden estudiar con facilidades de pago.
LA JORNADA
A las 8 de la mañana ya había un grupo considerable de personas en la Universidad de Cartagena, sede Piedra de Bolívar, lugar dispuesto para iniciar la marcha.
Desde que comenzó la caminata, los jóvenes se valieron de carteles, pancartas y consignas de rechazo a la reforma de la Ley 30 para expresar su opinión. Los estudiantes de la universidad pública se hicieron sentir en cada sitio por donde pasaban.
Al pasar por el sector Los 4 Vientos, un grupo de estudiantes del Sena Industrial salieron de su sede para unirse a la marcha. Fue un momento de emoción para los marchantes. Igualmente en el camino se fueron uniendo estudiantes de colegios públicos de varios puntos de la ciudad.
La idea durante el recorrido era una sola: dejar claro que los estudiantes de Cartagena también se preocupan por el futuro de la educación superior y sobre todo mostrar que hay un profundo amor por la universidad pública.
Los organizadores de la marcha y los policías que acompañaron el recorrido estiman que unas 10.000 personas participaron de esta enorme movilización.
A pesar del calor y el cansancio, los marchantes recorrieron con entusiasmo la Avenida Pedro de Heredia y llegaron hasta el Centro Histórico, hicieron una parada en la Plaza de la Proclamación y terminaron el recorrido en la Plaza de la Aduana.
SIN DISTURBIOS
Aunque la Policía Metropolitana informó que hubo algunos desordenes por personas que pintaron paredes y rayaron algunos carros, y que las personas identificadas a través de las cámaras serían individualizadas, no se presentaron situaciones de peleas entre los marchantes o enfrentamientos con los miembros del organismo de seguridad.
De hecho, hay que destacar la impecable labor de acompañamiento que hicieron los policías durante la marcha, pues además de garantizar el cierre de las vías que recorría la marcha, estuvieron muy pendientes de la seguridad y estuvieron de principio a fin.
PUNTO NEGRO
Aunque la marcha se propuso para rechazar la reforma de la Ley 30, y así se hizo durante casi todo el recorrido, al llegar al Centro Histórico varios sindicalistas se tomaron el micrófono y proclamaron discursos que poco a poco se iban alejando del objetivo de la movilización.
Los reclamos de los sindicalistas eran sobre la inoperancia de las autoridades en la seguridad de ellos, los altos costos de valorización, reclamos a los mandatarios Alberto Bernal y Judith Pinedo, y el rechazo a la reforma que planea el Gobierno a la Ley 30 de 1992.
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