Diciembre le cambia la vida a muchas personas. La llamada época de la felicidad y el mes más bonito del año se convierte en motivo de regocijo y de búsqueda de manera de pasar un fin de año feliz.
Es por esto que más de 5 libreros, ubicados en el Parque del Centenario, han optado por realizar artesanías navideñas para ganar el sustento y sobrevivir mientras llega la temporada de libros.
Es el caso de Faisudy Fontalvo y su padre Ramiro, quienes desde hace ocho años decidieron buscar otra fuente de negocio, pues la época de los libros solo dura tres meses.
“La temporada está quieta, entonces me pongo a hacer estas artesanías. Mi papá comenzó esto hace 8 años y entre los dos lo hacemos, él los arma y yo los decoro. Los libros nada más es desde enero hasta abril, y el resto del año nosotros quedamos casi que vagando. Vendemos un 'Nachito', que no sustentan la comida siquiera entonces queremos tener más ingresos”, dijo Faisudy.
Junto con su padre, Ramiro Fontalvo, el negocio les ha resultado tanto que sus compañeros utilizan sus casuchas para promocionar tres o cuatro figuras.
“Yo ayudo y me rebusco también, pues la temporada de libro no está en movimiento. De aquí me gano algo y a la vez uno aquí aprende”, dijo Enrique Ochoa Pérez.
Padre e hija aseguran que es un buen negocio por la temporada, pero que nunca dejarán de ser libreros, pues es la actividad que ha permitido estudio y alimentación de los suyos y además se consideran parte de la historia de la ciudad y del emblemático Parque del Centenario.
Preocupados por su actividad comercial, estos vendedores de libros han solicitado que les sea permitido crear festivales de libros y demás estrategias para que su producto sea llamativo.
“ La idea es que nosotros vendamos otra clase de artesanías para complementar los libros, tenemos un proyecto para trabajar con el IPCC para ver más artículos culturales aquí”, dijo la hija de Ramiro.
“A mi me enseñó un sobrino y desde ahí he ido aprendiendo cada vez con las figuras. Diariamente armo cuatro palmeras, depende la figura”, dijo Ramiro quien explicó que los precios oscilan entre los 25 mil pesos hasta los 80 mil.
“ Hacemos flores, renos con o sin movimiento, hay palmeras, velas, campanas y lo que la personas necesiten”, explica la familia asegurando que su producto puede durar años.
LOS CLIENTES
Las personas que más llegan a comprar este producto son los lideres de las comunidades, quienes deciden arreglar las calles de su barrio.
Las figuras que están hechas con alambre dulce y cable, además de las luces Led, demoran en su fabricación alrededor de dos horas cada una.
“Esto ha resultado un negocio desde que aprendí. Algunos años se vende todo, ojalá este también”, concluye esperanzador, Ramiro Fontalvo vendedor de libros hace 25 años.
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