Aunque el equipo médico de la organización Healing The Children tenía presupuestado atender ayer a unos 120 niños que habían sido previamente inscritos para participar en la XIX Jornada Volver a Sonreír, el número de aspirantes a una cirugía superó cualquier expectativa.
Y es que además de la promoción con la que esta maravillosa actividad cuenta, la dicha de las madres de los niños que ya han sido beneficiados pasa de boca en boca llenando de esperanza los corazones de otras que anhelan que sus hijos, con paladar hendido, labio leporino o secuelas de quemaduras o accidentes, sean operados.
Yesenia San Juan Marrugo es una de estas madres, mientras sus ojos brillan abraza a su hija Elianis Paola Martínez, de dos años, quien después de ser valorada por los médicos fue felicitada por su progreso y recibió la buena noticia de que por el momento no es necesario volver a intervenirla.
“La nena nació con labio leporino y le costaba respirar y tomar seno, pero el año pasado nos beneficiamos de la jornada Volver a Sonreír y quedó perfecta. Habla claro y respira muy bien, no puedo describir la felicidad que siento al verla así”, asegura la madre de Elianis, mientras la niña juega con una cámara.
17 años en Cartagena
Para el doctor Robert Gilman, voluntario de Healing The Children, lo más importante de este tipo de campañas radica en poder ayudar a los niños que no cuentan con los recursos necesarios para practicarse una cirugía reconstructiva.
“Estamos haciendo estas jornadas hace 17 años y venimos a Cartagena porque son tantos los menores que hemos podido ayudar que cada año tenemos que regresar (...) hemos sido testigos del progreso de muchos niños”, afirmó el cirujano, quien en compañía de un equipo de especialistas, estará a cargo de las cirugías de aproximadamente 60 menores.
Los pacientes serán intervenidos quirúrgicamente en la Fundación Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja - La Casa del Niño, aliado primordial de la campaña, desde hoy hasta el próximo jueves.
“Sin ellos no sería posible”
Mencionando las virtudes de la jornada Volver a Sonreír, la madre de la pequeña Elianis también resalta la labor del Club Rotario Cartagena Caribe, promotor y organizador de la actividad, que en esta oportunidad atrajo menores hasta de Barrancabermeja.
“Tengo entendido que la llegada de estos buenos médicos a la ciudad se la debemos agradecer al Club Rotario, Dios los bendiga por su ayuda”, dice la joven madre, quien reside en el corregimiento de La Boquilla con su esposo, Elianis y otra hija con condiciones especiales.
Según Guillermo del Castillo, presidente del Club, la labor de esta asociación se basa en “aglutinar esfuerzos en pro de este proyecto. El Club básicamente se encarga de proveer los médicos, traerlos, alojarlos; gestionar y nacionalizar los insumos y sumar a ese esfuerzo lo que aportan nuestros aliados, sería imposible sin ellos”, cuenta Del Castillo refiriéndose a la jornada Volver a Sonreír, que tiene un costo aproximado de unos 60 millones de pesos.
Además del importante apoyo de la Casa del Niño, que habilita sus instalaciones para la evaluación y dos salas de cirugía, el presidente del Club Rotario destaca el apoyo de la empresa privada que en muchos casos se encarga de “adoptar” (hacerse cargo de los gastos quirúrgicos) a un niño, lo que sostiene la iniciativa.
“Amistad y deseos de servir es lo que mueve a los miembros del Club Rotario”, exalta Guillermo, mientras otros de sus compañeros se mueven entre los niños y las madres que esperan a ser atendidos.
Aproximadamente 800 niños, de los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena y Atlántico, entre otros, han sido atendidos en los últimos 17 años de Volver a Sonreír y se espera que con el buen corazón de la gente este número se siga multiplicando, con lo que se haría felices a muchos niños y a todas sus familias.
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