A pesar de haber nacido, hace 37 años, como una invasión, el barrio Nuevo Paraíso era tranquilo y sin mayores contratiempos hablando de orden público.
Pero desde hace unos tres años su seguridad se ha ido diezmando por cuenta del microtráfico, los atracadores en moto y las riñas juveniles, elementos que tienen su desarrollo sobre todo los fines de semana, cuando las cantinas encienden sus equipos de sonido y expenden licores desde el viernes hasta el domingo.
Ubicado en la zona suroriental de Cartagena, Nuevo Paraíso pertenece a la Localidad 2, está clasificado como estrato uno, tiene tres mil predios y diez mil habitantes, que se dividen en tres sectores: Alameda, Central y Pantano de Vargas. Tiene como vecinos los barrios Fredonia, Las Palmeras, Las Américas y Uncopín.
Los líderes comunales aseguran, sin embargo, que las manifestaciones de la inseguridad y de desorden público vienen arropando a toda la zona suroriental, “pero nos preocupa particularmente nuestro barrio, porque anteriormente aquí no había ni cantinas. Uno que otro consumidor o vendedor de estupefacientes, pero el asunto era controlable”.
Señalan que es en el sector Pantano de Vargas donde más se concentran los actos delictivos, hasta el punto de que algunos camiones proveedores de tienda ya no quieren ingresar por temor a que los atraquen, como ha sucedido en anteriores ocasiones.
“No podemos negar --afirman-- que la Policía, en estos casos, actúa de manera contundente, pero no nos ayuda el hecho de que a un delincuente lo capturan y lo encarcelan, y a los pocos días ya está en la calle nuevamente cometiendo fechorías”.
Otra muestra de la desorientación juvenil en Nuevo Paraíso tiene que ver con el uso que se le da a las tres calles principales que tiene el barrio, las cuales fueron pavimentadas, pero sin andenes y sin bordillos.
No obstante, los jóvenes las utilizan en las madrugadas para organizar carreras en moto sin importarles que el ruido estorbe a los vecinos que deben salir temprano a su sitios de trabajo; y sin poner reparos en que algunos de esos apostadores ya han tenido escabrosos accidentes en el pleno pavimento.
De lo anterior se desprenden los problemas ambientales del barrio, que van desde lo auditivo, con el ruido de las cantinas y las motos; hasta los malos olores que produce el caño Viejo Calicanto.
“Hasta este caño --cuentan la dirigencia cívica-- llegan las aguas servidas de algunas viviendas que aún no están conectadas al alcantarillado; pero también las del Colegio Fe y Alegría, del barrio Las Américas, que hace un vertimiento en el caño con dos tubos de doce pulgadas. Lo mismo sucede con la urbanización Sevilla, cuyas aguas residuales vienen a parar a nuestro barrio, provocando epidemias respiratorias en la población infantil”.
Al respecto, dicen haber comunicado la anomalía a la empresa Aguas de Cartagena, puesto que en ese canal deben instalarse unas acometidas, “pero a veces dicen que eso le toca al Distrito. Otras veces nos sugieren que compremos los materiales y ellos realizan los trabajos”.
Pese a esos inconvenientes, solo es un diez por ciento de viviendas las que aún no se han conectado al alcantarillado, como también es cierto que el barrio no sufre de inundaciones durante las temporadas invernales.
En estos momentos, otra de las preocupaciones comunitarias se centra en que en el sector Pantano de Vargas vienen creciendo invasiones que significan la tala de los manglares, “pero lo peor es que en esa zona hay un colector de Acuacar que produce permanentemente malos olores, los cuales están enfermando a ese nuevo asentamiento”.
Al respecto, relatan los líderes que “la inspectora de la zona ha tratado de erradicar el asentamiento para reubicar a esas personas, pero no ha contado con el apoyo de la Gerencia del Espacio Público ni de la Alcaldía de esta Localidad”.
OTROS PUNTOS
**La carrera 81 mide un kilómetro, pero, hace seis años, solo le pavimentaron 200 metros.
**El barrio cuenta con 17 callejones transversales aún sin pavimentar.
**El servicio de transporte público es excelente, porque los usuarios disponen de todos los buses (incluyendo los de Transcaribe), que ruedan por la avenida Pedro Romero. Igualmente, cuentan con flotas de moto y bicitaxis.
**Hay dos recintos deportivos: un polideportivo en el sector Alameda, que goza de mantenimiento permanente; y la otra, en el sector Pantano de Vargas, que necesita ser recuperada.
**No existen los problemas de ocupación del espacio público, porque las calles fueron pavimentadas sin andenes y sin bordillos.
**La falta de andenes y bordillos permite que a algunas viviendas se les hagan charcos en las terrazas después de cada lluvia.
**No hay salones para las reuniones comunitarias, ni para eventos culturales.
**La mayoría de niños y jóvenes pertenecen a los planteles Fe y Alegría, de Las Américas; y la Institución Educativa Fredonia.
**El puesto de salud de Fredonia está quedando pequeño para atender pacientes de toda esa zona.
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