Pasaron once años y once días para que el sargento de la Policía Luis Alberto Erazo regresara a la libertad. El 26 de noviembre fue el día más esperado para él y su familia, era el día que volvería a ver la luz de la libertad que le opacó la selva por tanto tiempo.
En sus sueños siempre estuvo la ilusión de regresar a casa. Ese día llegó pero no como lo esperaba, pues en su mente retumbaban los disparos que silenciaron para siempre la voz de sus cuatro compañeros de cautiverio.
Erazo fue secuestrado por las Farc en diciembre de 1999 en Curillo, Caquetá, donde comenzó la pesadilla que aún lo tiene adormecido: “Esa anestesia que uno va adquiriendo en el cautiverio aún no se me ha quitado del cuerpo”, dice.
Para el uniformado no ha sido fácil reintegrarse a la vida de la ciudad, pero asegura que acompañado de su familia ha logrado cicatrizar las heridas del alma que le dejó la tragedia del secuestro.
“La única terapia que estoy recibiendo es la del amor de mi familia, ninguna otra. Yo creo que esa es la que me está cicatrizando el alma”.
En entrevista con Colprensa, el sobreviviente de la masacre de las Farc habló sobre cómo volverá a vivir una Navidad al lado de su familia.
No obstante, dijo que ahora su corazón estará en la selva, con los demás secuestrados que aún permanecen en cautiverio.
¿Cómo ha pasado esta Navidad?
La estoy viviendo muy contento y muy alegre, voy a ver si mi familia se puede reunir conmigo y poder tener una Navidad en paz y alegría, espero que todos los hogares colombianos puedan tener a su familiares y estar contentos como estoy ahorita.
- ¿Cómo es la Navidad en cautiverio?
Esas cosas no existen en la selva ni para secuestrados ni para guerrilleros, no hay Semana Santa, no hay año nuevo, no hay cumpleaños, no hay ninguna fecha especial, todo es oscuridad.
- ¿Cuál cree que podría ser una salida hacia la paz?
Lo único que digo es que las Farc deben liberar a todos los secuestrados sin ninguna contraprestación. La única salida es la que brinda el señor presidente de la República, Juan Manuel Santos, él es un hombre sensato y las Farc deben aprovechar el momento.
- ¿Cómo se siente hoy que ya se encuentra en libertad?
Me encuentro supremamente feliz y contento de mi libertad, le agradezco a Dios y a la virgen María por no haberse olvidado de mí en las dificultades en las que me encontraba en la selva, por haber escuchado mis ruegos y súplicas. Estoy agradecido con la fuerza pública, con el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y mi gloriosa Policía que pudieron con su trabajo y sus fuerzas traerme a la libertad.
- ¿Cómo han sido sus días fuera de la selva?
Visitando a mi familia y algunos amigos. Me encuentro bien pero no me he habituado muy bien a la población, me causa un poquito de problema esa situación y la rehabilitación mía depende del personal profesional de mi gloriosa Policía que lo han hecho muy bien y se los agradezco.
- ¿Está en alguna terapia?
La única terapia que estoy recibiendo aquí es el amor de mi familia, ninguna otra, y yo creo que esa es la que me está cicatrizando el alma.
Añoraba ver a mi madre, a mis hijas, conocer a mi nieto, estar con mis hermanos, conocer a mis cuñados, conocer a mis sobrinos, regresar al seno de mi familia policial, esos eran mis sueños que se llevaron a feliz término gracias a Dios y todos mis sueños se están haciendo realidad.
- ¿Cómo encontró a su familia?
Yo no tengo casa. Mi madre, mis hermanos me han dado posada este tiempo porque los terroristas de las Farc no me lo permitieron, me llevaron con ellos junto a mis compañeros policiales y nos han quitado muchos proyectos de vida que teníamos, entre ellos, construir un rancho para nuestras familias.
- ¿Se siente motivado para continuar con la vida que llevaba antes de su secuestro?
Son muchos años de secuestro y muy poquitos los de libertad, de todas formas uno todavía está como en el aire, como desubicado, como que esa anestesia que uno va adquiriendo en el cautiverio aún no se me ha quitado del cuerpo.
No se todavía qué es lo que voy a hacer, de todas formas tengo la colaboración de mis hermanos, de mis cuñados, de mi madre y amigos, mi institución me están llevando de a poquito y me siento muy agradecido de lo que ellos hacen por mí.
- ¿Qué piensa hoy de las Farc?
Yo no les tengo resentimiento, mal haría en estar resentido con ellos, no pienso nada de ellos, prácticamente el pueblo y el Gobierno es el que debe pensar y el que debe tomar las respectivas decisiones con respecto a estos grupos alzados en armas.
De todas formas, simplemente pienso que su ideología ha perdido el rumbo y lo que ellos hacen con mis compañeros aún secuestrados en la selva no es el camino correcto para la reconciliación.
- ¿Qué le diría a las Farc?
Al señor Timochenko le pido que tenga consideración con mis compañeros, militares, policías, civiles que aún están secuestrados. Ese no es el camino de la lucha y de la revolución, el camino de la revolución hay que hacerlo con ideas positivas para un cambio y un progreso del pueblo colombiano.
-¿Qué aprendizaje se trajo del secuestro?
En este momento lo único que quiero es decirle a los colombianos, a mis compañeros secuestrados y a las mismas Farc que en estas fechas uno recuerda a las personas que hacen de nuestra vida más placentera, entonces quiero hacer llegar un afectuoso saludo lleno de los mejores deseos para que en esta Navidad colmen sus hogares de amor y dicha con el retorno de todos ustedes a casa.
- ¿Algo positivo rescata de ese infierno?
La firme convicción de la existencia de Dios y del auxilio de la virgen, eso es algo positivo que uno puede aprender allá, además del amor de nuestra familia que nunca nos abandonó.
- ¿A quién más le agradecería?
Al señor Nelson Moreno Holguín, director del programa la Carrilera de las Cinco; al señor Ervin Hoyos Medina, de las Voces del Secuestro y al señor Antonio José Caballero, también a todos los periodistas y locutores de nuestras cadenas radiales por sus mensajes, su apoyo y solidaridad.
Colombia
“La Navidad y el Año Nuevo no existen en la selva”: sargento Erazo
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