Así transcurrió el día de Santos, después de la muerte de Alfonso Cano

Una noche en vela pasó el presidente Juan Manuel Santos, luego de que el país conociera la noticia que pasó a la historia de Colombia: la muerte de Alfonso Cano, jefe número 1 de las Farc.
El sábado en la mañana, muy temprano y desde la ciudad de Cartagena, el mandatario inició su día lleno de felicitaciones por parte de diferentes personas de la vida pública, entre ellas, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien telefónicamente le manifestó su complacencia con la noticia que hoy golpea a la guerrilla de las Farc.
Hacia las 10:30 de la mañana el Presidente llegó a la Brigada 29 de la Tercera División del Ejército, en la ciudad de Popayán, departamento del Cauca, allí se reunió con la cúpula de las Fuerzas Militares y de la Policía, para evaluar los detalles de la operación que acabó con la vida de uno de los cabecillas que el Ejército Nacional consideraba de más alto valor.
Mientras avanzaba la reunión, en el campo abierto de esta Brigada lo esperaban cientos de hombres pertenecientes al Ejército y a la Fuerza Aérea Colombia que participaron de la operación Odiseo, en este lugar estaban expuestos aproximadamente 8 de los helicópteros utilizados en los combates que se desarrollaron en el Cauca.
La felicidad de los militares era evidente, mientras Santos y los comandantes salían de la reunión, ellos contaban sus experiencias y se tomaban fotos con sus compañeros.
Al Jefe de Estado también lo esperaban decenas de periodistas colombianos y extranjeros que aguardaban por el pronunciamiento de Santos frente a la operación militar.
Luego de dos horas del encuentro, Santos saludó cada uno de los pilotos, soldados, oficiales y en general a todos los que hicieron parte de la estrategia de las Fuerzas Armadas.
“Tienen verdadero coraje, valentía, entrega, perseverancia, disciplina, ellos y toda la gente a su mando son un ejemplo para el resto del país, nuestros héroes de la patria dieron una noticia que cambiará la historia del país”, dijo el mandatario.
Entre la cantidad de uniformados que formaban en el campo abierto de la Brigada 29 del Ejército, un labrador dorado se le acercó y el mandatario lo acarició.
Finalmente en su discurso, el presidente Santos reconoció, que la noticia que hoy le da vueltas al mundo, lo hizo llenar de tanta emoción que hasta lágrimas salieron de sus ojos y aseguró que de eso solo fue testigo su esposa, María Clemencia Rodríguez.
“Sí, se me aguaron los ojos, una que otra lágrima de la emoción, mi señora fue testigo de eso”, manifestó Santos.