Bebés siamesas murieron en Sincelejo

Tras una crisis de cianosis por afección pulmonar esencial rebelde al tratamiento, las niñas siameses nacidas el pasado 21 de diciembre en la ciudad de Sincelejo, murieron en la mañana de hoy.
Las criaturas dejaron de existir a eso de las 10:30 de la mañana, luego de luchar de forma valiente por vivir, aunque las condiciones clínicas con que nacieron ya hacían difícil su manejo y sobrevivencia.
Así lo dio a conocer el Geriatra Neonatólogo Internista, Wilmer Alfonso Pérez, de la Clínica La Sabana de la ciudad de Sincelejo, en donde nacieron y murieron las niñas siameses hijas de una joven pareja de San Onofre.
En sus últimas 48 horas, las niñas presentaron una hipertensión pulmonar que se hizo difícil de tratar y que no respondió a las medidas de ventilación mecánicas y de asistencia ventilatoria ofrecidas.
"Así mismo, con el medicamento terapéutico apropiado, no pudimos vencer esa resistencia vascular aumentada que presentaban las bebés" explicó el Geriatra Neonatologo Internista, Wilmer Alfonso Pérez.
Los estudios practicados por los galenos de la mencionada clínica, mostraron que las niñas compartían un solo corazón de características especiales, pues tenían tres aurículas y tres ventrículos, es decir dos cámaras más de lo normal.
"En los tres primeros días de vida, este corazón toleró, pero a parir del quinto y hasta hoy, mostró cansancio y no poder satisfacer las necesidades de los cuerpos y finalmente murieron por una falla cardiaca", expresó Pérez.
Las últimas horas de las niñas fueron de paz, pues estaban sedadas y analgésiadas, por lo que no podían percibir ninguno de los estímulos externos, práctica normal y adecuada según lo explicado por el galeno a los medios.
"Lo agobiante de esta situación y la crisis de cianosis e hipertensión pulmonar generaba una condición en la cual los cerebros de las niñas bajaron su funcionalidad", expresó el médico.
Una gran enseñanza
Para el equipo de médicos de la Clínica de la sabana, el caso de las niñas siamesas dejó una gran enseñanza, así como debe haber sido para la medicina de la región, el país y el mundo.
"Nosotros nos sentimos honrados de haber podido atender este caso clínico, nos enseñó bastante y es lo único rescatable en medio de la tremenda situación social que vive con esto la familia", expresó el galeno.
El médico pidió al mismo tiempo a la comunidad sucreña y sobretodo al pueblo sanonofrino que a la familia de las niñas siamesas se les brinde todo el apoyo posible sobretodo económico, sociológico y moral.
Lo poco ético que era para los médicos tratar a las niñas como "recien nacida del lado derecho" o "reciennacida del lado izquierdo", los llevó a bautizar a las criaturas con el apoyo de una tía, que siempre estuvo al pendiente de ellas.
Fue así como la niña de la derecha recibió el nombre de María Angélica y a la reciennacida de la izquierda la llamaron Dulce María, quienes para los médicos que trataron el caso, se tratan de dos luces o almas que regresaron al seno de Dios.